La
naturaleza divina
María Fontaine
Dios
«nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas [lleguemos] a
ser participantes de la naturaleza divina» (2 Pedro 1:4)
¿En
qué consiste la naturaleza divina? Es la esencia de Dios, Su manera de pensar y
de actuar. Por medio de las promesas que nos ha hecho en Su Palabra podemos ser
como Él y adoptar Sus opiniones, Sus sentimientos y Su forma de entender las
cosas, si creemos y ponemos en práctica los principios y las promesas de
la Biblia.
Podemos
trascender los confines de las actitudes terrenales que representan un lastre,
que nos causan dolor, inquietud, preocupación y temor. En vez de tener un
simple conocimiento teórico de que «todas las cosas ayudan a bien a los que
aman al Señor» (Romanos 8:28), podemos creerlo, practicarlo y
vivirlo en carne propia.
Podemos
desembarazarnos de todas las actitudes y formas de pensar adscritas al plano
terrenal y opuestas al celestial. Jesús dijo a Sus seguidores: «Ya vosotros
estáis limpios por la Palabra que os he hablado» (Juan 15:3).
Podemos
reprogramarnos para ser «nuevas criaturas en Cristo Jesús» y vencer
mediante Su poder nuestras actitudes negativas y malos hábitos (2
Corintios 5:17).
Cuanto
más vivimos, creemos y practicamos la Palabra, mejor sintonizados estamos con
el reino celestial y sus moradores. Cuanto más ponemos «la mira en las cosas de
arriba, no en las de la Tierra» (Colosenses 3:2), más fácil nos
resulta estar en este mundo sin dejarnos controlar o moldear por él (Juan 15:19).
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