viernes, 11 de julio de 2014

Se impuso la cortesia

SE IMPUSO LA CORTESÍA

Me encontraba de vacaciones en las islas Fiji, escalando una colina un
tanto resbaladiza, en compañía de una docena de nativos que habían
venido con una delegación del gobierno. Pisé mal y de pronto me
precipité hacia abajo, apoyado en el trasero.

Ninguno de los nativos se rió de mi desgracia, pero tampoco escuché
palabras de consuelo, algo que me ayudase sobreponerme a la vergüenza
que sentía. Sin embargo, tras unos momentos de consternación, se impuso
la cortesía y los doce robustos hombres, a una, se deslizaron cuesta
abajo de la misma manera.

Nunca olvidaré ese acto de solidaridad. No era lo que uno se podría
haber esperado. No obstante, fue una lección muy elocuente de que cuando
nos faltan las palabras adecuadas para determinada situación inesperada,
por lo menos podemos mostrarnos solidarios con nuestros actos.

Adaptado de un texto anónimo

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