miércoles, 7 de febrero de 2018

Superar el dolor

Juan 16:33 Jesucristo fue el que lo dijo “En el mundo tendréis aflicciones pero confiad yo he vencido al mundo”.
Yo quiero hablarles hoy acerca de cómo salir adelante después de que usted se ha dado cuenta que existe un dolor ahí adentro, como puede usted salir adelante; yo no sé si usted se ha dado cuenta pero hay dolores emocionales, dolores relacionales que literalmente paralizan a la gente y esta tarde yo le quiero hablar a usted unos consejos de cómo vamos a salir adelante.
Mire usted lo que dice en este Salmos 142:7 “Saca mi alma de la cárcel para que pueda alabar tu nombre”. Diga conmigo: “basta de vivir en la cárcel, el Señor vino a hacer libre a los cautivos, a sacar nuestra alma de la cárcel para que podamos alabar su nombre” ¡amen!,  él vino a sacar y a liberar a los cautivos. No tenemos por qué estar en la cárcel emocional o la cárcel de nuestro dolor.
Dos cosas que tenemos que hacer para salir delante de nuestro dolor. Numero uno tenemos que perdonar a otros; si usted y yo no aprendemos a perdonar siempre viviremos en la cárcel del dolor y nunca vamos a poder alabar al Señor. Ese es el consejo número uno.
No tiene sentido no perdonar, porque cuando no perdonamos hay unas consecuencias muy terribles para cualquiera de nosotros. Mire lo que dice en Eclesiastés 7:9 “el enojarse es una tontería”. Literalmente cuando nosotros vivimos en el enojo, cuando vivimos enojados y no perdonando a los demás, no razonamos bien, pensamos mal, nuestro proceso de pensar decisiones esta todo mal, porque estamos pensando a través del filtro de nuestro enojo, por eso dice este pasaje enojarse es una tontería. Nuestra mente no piensa correctamente.
La otra cosa que le sucede a la gente que no perdona es que literalmente vive sin salud. ¿Sabe usted que todos los días confirman que muchos de los problemas médicos físicos que hay en la gente es el resultado de una falta de perdón? Es el resultado de una ofensa que alguien abrazó y se convirtió en amargura. Sabe usted que se están dando cuenta que muchos que tienen alta presión de la sangre, que sufren de varices, que sufre de canceres, están dándose cuenta que muchas de esas enfermedades están directamente vinculadas a problemas emocionales;  falta de perdón. Cuando usted abraza esa falta de perdón a su pecho, lo va a afectar a usted aun físicamente.
Dice Job 5:2 “La ira acaba con el necio”. El no perdonar a la gente no sirve a nadie y mucho menos a la persona que está enojada. La otra cosa es que simplemente al estar enojado y no perdonar, no lo está ayudando a usted, no está ayudando a la persona con la que usted está enojado, no está ayudando a su familia, no está ayudando a nadie, no está ayudando en nada.
Fíjese lo que me doy cuenta, había una familia que estaba peleada, el hermano peleado con la hermana por un asunto de herencia. Los papas se había muerto y habían dejado intestada a la familia, estaban todos peleándose por las propiedades y uno de los hermanos tenía que pasar por enfrente de la casa de su hermana para llegar a su casa, pero estaba tan enojado con su hermana que le sacaba todo una vuelta y se gastaba otros 15 minutos para llegar a su casa con tal de no pasar enfrente de la casa de su hermana. Imagínese nada más, la hermana ni cuenta se daba que el tipo tenía que darse toda la vuelta, ella tranquila en su casa haciendo sus cosas y el menso aquel dándose la vueltota, ¿para qué? Para que se le quite verdad, no está ayudando en nada, nadie está siendo beneficiado y su automóvil simplemente se gastó más, que loco. Y así es la locura cuando la gente se aferra a no perdonar y simplemente soltar las cosas; hay algunas cosas que simplemente hay que dejárselas a Dios, que nadie puede con esas situaciones.
Entonces lo primero que tenemos que hacer es perdonar. Tenemos que aceptar  y abrazar nuestra responsabilidad en el problema. Quizás nosotros tuvimos algo que ver, abrace eso, si usted tuvo algo que ver abrace eso y acepte el hecho de que usted también tuvo parte  que ver en el problema;  acepte su responsabilidad y luego perdone.

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