¡Dios quiere que seas feliz!
¡El nuestro no es un Dios triste! ¡Es un Dios alegre, que quiere que tú también seas feliz! En la Biblia dice: "¡Feliz el pueblo cuyo Dios es el Señor!" (Sal.144:15) He ahí lo esencial de la Salvación: ¡librarnos del sufrimiento, del dolor, de la muerte y de las lágrimas que el Enemigo y los pecados del hombre han acarreado al mundo! Dios no es un monstruo que trata de negártelo todo para hacerte desgraciado. ¡No, Él ama la vida y lo creó todo para que lo disfrutes! ¡Hizo este mundo tan hermoso como morada para ti, para que vivas en él y te deleites, y como muestra de Su amor te ha dado un cuerpo, una mente y un corazón maravillosos para poder disfrutar de él!
¡En realidad, a veces nos bendice tanto que llega casi a consentirnos, al concedernos las peticiones de nuestro corazón por habernos deleitado en Él! (Sal.37:4) Claro que Dios es muy astuto: ¡sabe que cuanto más felices seamos, más le amaremos y más dispuestos estaremos a obedecerle, motivados simplemente por el amor, y que así cumpliremos mejor nuestra tarea para Él de servir a las personas con las que Él quiere que compartamos Su amor!
Dios quiere hacerte feliz con Su amor y ayudarte a llevar también la felicidad a los demás, ¡mediante Su amor y el tuyo! He ahí el principal objetivo de nuestra vida: ¡amar a Dios y disfrutar de Él eternamente, tratando de ayudar a los demás a hacer lo mismo!
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