Dios nunca nos carga con más de lo que podemos soportar.
Dios es un Dios amoroso y misericordioso. Él conoce tu condición; se acuerda de que no eres sino polvo y sabe cuánto puedes soportar (Sal.103:8-14). Jesús dijo incluso de nuestro servicio a Él: "¡Mi yugo es fácil, y ligera Mi carga. Venid a Mí, y Yo os haré descansar!" (Mat.11:28-30)
¡Si el yugo se vuelve demasiado difícil y la carga demasiado pesada, entonces no es Su yugo, ni Su carga, sino los nuestros o los de otra persona, que imprudentemente nos hemos buscado o permitido que nos pusieran encima, puesto que son superiores a lo que el Señor sabe que son nuestras fuerzas y nuestra capacidad! O quizás es que intentas llevar o empujar una carga demasiado pesada, ¡en vez de dejar que sea Dios quien lo haga por medio de ti con Su poder, Su amor, Su gracia y Su fortaleza!
El Diablo trata de hacerte desistir y dice: "¡Uy, eso es muy difícil, es demasiado, pesa muchísimo!" ¡Pero Jesús dijo que no era así!
Su yugo no es demasiado difícil, ni Su carga demasiado pesada. Por tanto, si te lo da el Señor y haces Su voluntad, no será ni muy difícil ni muy pesado. ¡Él mismo nunca nos dejará ser tentados más de lo que podamos resistir! ¡Ha prometido que siempre nos dará una salida! (1Cor.10:13)
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