Anhelando a Dios, es que vamos a tener en la espera de nuestra respuesta, una vida de gozo, paz y victoria. Aunque hoy no se haya podido ver realizadas tus peticiones y sueños, tienes disponible la plenitud de la gracia de Dios. Siempre es un buen momento para tener amistad con Dios, que nos ayuda a desarrollar la paciencia necesaria hasta alcanzar sus preciadas promesas, las cuales llegan cuando obtenemos previamente la victoria en nuestro corazón.
Oremos así:
“Dios Padre, gracias por tu infinito amor, que me permite tener victoria ahora mismo por tu gracia, y por la comunión con el Espíritu Santo. Hoy me deleito en tu presencia y recibo plenitud de gozo en el nombre de Jesús. Amén”
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