martes, 28 de febrero de 2017

No te compares con nadie...eres único

El verdadero éxito de una persona consiste en desarrollarse de acuerdo a su personalidad, a sus gustos, habilidades y talentos.
Cualquier imitación que quieras hacer de otra persona, cualquier simulación de quien eres en verdad será un rotundo fracaso, nunca podrás tener éxito siendo una copia de otro, no vale la pena que quieras imitar a nadie, porque eres único y original.
La naturaleza es amplia, generosa y ricamente diversa, todo tiene una función y un propósito, piensa un momento en la diversidad de flores, plantas y frutos que existen en la tierra, como así también los colores y las formas de los animales, son sumamente grandiosos todos y cada uno de ellos. Cada estrella tiene su brillo, cada astro reluce con su propia intensidad.
Todos los seres humanos fuimos creados por Dios para expresar la belleza de nuestro espíritu. En toda personalidad hay riqueza, belleza y un abundante tesoro que debe brillar. Aprende a descubrirte. Si creíste que no tenías atractivo o que tenias poco valor has sido engañado por una granadísima mentira. Eres una especial creación, única y original.
Dicen los que estudian la psicología humana que cuando alguien se siente muy superior a otros esta usando una máscara tratando de demostrar que no es menos que los demás, por eso hay tanta arrogancia y soberbia, los que quieren demostrar su inteligencia y andan proclamando su curriculum por todos lados, son en verdad personas que necesitan alimentar su ego por un profundo complejo de inferioridad, por que tampoco tienen en claro su gran valor.
No tienes que demostrarle nada a nadie, tu estima es tuya, esta bajo tu control, los de afuera deben arreglar la suya. Quién te descalifica lo hace porque te tiene envidia y sabe de tu enorme potencial, sabe que eres capaz de lograr grandes cosas. Como lo sabe y se siente menos, te descalifica.
Fuiste creado para expresar todo el potencial y lo bello que tienes para dar. No hagas cosas para agradar a los demás si no deseas en verdad hacerlo, no estudies, ni planifiques tu vida por lo que otro te dice sino por lo que a ti te apasiona.
Se tu mismo, seguí tus preferencias y tus gustos, perfecciona tus habilidades y tendrás gran éxito en todo lo que hagas. Dios te creo con un propósito sublime. Conquista tu destino.

lunes, 27 de febrero de 2017

Si hubiese...

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis… (1 Tesalonicenses 4:13)..

Lectura: Salmo 46:1-7 
La Biblia en un año: Marcos 5:1-20
A un después de años de haber perdido a nuestra hija de 17 años en un accidente automovilístico en 2002, me encuentro a veces sumido en el mundo del «si hubiese…». En medio del dolor, es fácil imaginar cambios en los sucesos de aquella trágica tarde de junio, que habrían traído a mi hija de vuelta a casa sana y salva.
Sin embargo, la tierra del «si hubiese…» no es un buen lugar para nadie. Allí hay remordimiento, sentimientos encontrados y desesperanza. Aunque el dolor es verdadero y la tristeza no termina, la vida es mejor y Dios es honrado si permanecemos en el mundo de «esta es la realidad».
En esta realidad, podemos encontrar esperanza, ánimo y consuelo. Tenemos la esperanza segura (1 Tesalonicenses 4:13) y la certeza de que, como Melissa había aceptado a Cristo como Salvador, está en un lugar «muchísimo mejor» (Filipenses 1:23). También disfrutamos de la presencia del Dios de toda consolación (2 Corintios 1:3) y de su «pronto auxilio en las tribulaciones» (Salmo 46:1). Además, solemos recibir ánimo de parte de otros creyentes.
Nadie desea experimentar tragedias en la vida, pero, cuando estas aparecen, nuestra mayor ayuda es confiar en Dios, la esperanza segura en la tierra de «esta es la realidad».

Señor, consuela mi corazón con la esperanza en ti.
Nuestra mayor esperanza viene de confiar en Dios.

viernes, 24 de febrero de 2017

¡No dudaré aunque todos mis planes naufraguen!

¡No dudaré aunque todos mis planes naufraguen!

     Cuando todo va mal y parece contrario a la Palabra y a lo habitual, sólo los que tienen gran fe pueden decir como Job: "¡Aunque Él me matare, en Él confiaré!" (Job 13:15) Si bien el Señor permitió que el Diablo casi lo matara, a pesar de ello Job no cedió ante el Diablo, ¡ni siquiera ante su esposa, que le decía que maldijera a Dios y muriera! ¡Siguió confiando y obedeciendo! ¡Y por ello resultó doblemente bendecido y vive eternamente!
     Pero muchas personas desfallecen cuando van rumbo a la victoria. Se debilitan, se cansan y se dan por vencidas. Flaquean justo antes del momento decisivo. "Padecen muchas cosas en vano" (Gál.3:4). ¡Sufren mucho, y luego se quedan sin la victoria! Se rinden con demasiada facilidad, como Esaú, que menospreció su primogenitura y se contentó con algo que podía ver y creer fácilmente, en vez de algo que no podía ver y para lo que necesitaba mucha fe (Gén.25:33-34).
     Por eso, cuando las cosas se pongan muy negras, ¡no mires abajo! ¡Mira hacia arriba! ¡No tengas miedo, ten fe! ¡Sigue creyendo y obedeciendo pase lo que pase! No pongas cara larga, no murmures ni te desalientes; alaba al Señor y agradécele por fe todas las gloriosas victorias futuras, aunque no las puedas ver todavía. ¡Mañana te alegrarás de haber confiado en Él!

jueves, 23 de febrero de 2017

Saliendo de las tormentas

Versión audio:
Los discípulos estaban pasando una tempestad, como muchas veces nos pasa a nosotros y nos dice que la barca estaba “bastante lejos de tierra”, esto simboliza una situación donde no tendremos recursos a nuestro alrededor para solucionar un problema, donde hay poco o nada que se pueda hacer humanamente, la tierra segura quedo lejos y nosotros estamos en medio de un mar, con una tempestad, con vientos contrarios que nos hacen luchar; en medio de esto se aparece Jesús caminando sobre las aguas, ellos se asustaron aun peor pensando que era un fantasma (Mt. 14:27) pero en seguida se dieron cuenta que era Jesús y al verlo Pedro caminar a Jesús sobre las aguas le dio tanta seguridad que pidió imitarlo y Jesús le dijo: “Ven” porque el Señor nos muestra que aun en medio de esa tormenta podemos caminar seguros poniendo la fe y mirada en Él.
Pedro logra caminar por un momento seguro y en victoria, pero luego sintió un viento fuerte y comenzó a hundirse; esto nos pasa siempre a todos, confiamos momentáneamente, pero luego nos tambaleamos al prestarle atención a los problemas y dejando de mirar al Señor. Pedro estaba aprendiendo a caminar por fe y pudo dar algunos pasos, pero luego cayó. Jesús vino al instante cuando se estaba hundiendo y lo rescato, este es el gran amor y protección de Dios, que aun cuando nuestra fe no alcanza al nivel de poder seguir caminando viene con amor y nos rescata. El Señor lo reprendió a Pedro diciéndole: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? Luego subieron al barco y se calmo el viento y lo adoraron diciendo: “Este es el Hijo de Dios”. La fe es confiar en el poder de Dios antes que concentrarnos en las circunstancias.
2. Tomar autoridad en la tormenta
Hay otra tormenta que es cuando Jesús dormía en la barca (Marcos 4:38), ésta nos muestra la gran seguridad que Jesús tenia en todo tiempo, los discípulos comenzaron a experimentar vientos y tempestad nuevamente, pero esta vez fue tanta que ya la barca se hundía y ellos alarmados fueron a decirle: “¡Señor no tienes cuidado que nos hundimos!” y Jesús reprende la tormenta y estos se calman completamente. Luego ellos tenían que ir donde estaba el endemoniado gadareno (Marcos 5) del cual salieron unos 2000 demonios, seguramente el enemigo trato por medio de esta tormenta de impedir el paso de ellos, esto simboliza cuando la tormenta es un ataque directo del enemigo que nos quiere detener en nuestro avance, pero es allí donde aprendemos a reconocer la autoridad de Dios y nos levantamos en fe utilizando las armas espirituales para resistir y hacerlo retroceder.
3. Agarrarse fuerte de Jesús en la tormenta
Vemos otra tormenta en Hechos 27:13-44 En esta tormenta la barca en que viaja el apóstol Pablo y otos tripulantes termino destruyéndose por completo, llegaron a la isla agarrándose de algún pedazo de barco y de tablas, y todos salvaron sus vidas. El hecho de que Pablo se haya tenido que agarrar fuertemente de un pedazo de madera simboliza que la fe en el madero donde murió el Señor es donde tenemos que aferrarnos fuertemente, que es donde fueron clavados nuestras maldiciones, pecados, enfermedades y dolores; y por medio de la resurrección se manifiesta el poder sobrenatural de Dios. En este mundo vamos a tener que atravesar tormentas que serán un desafío para nuestra fe. Jesús dijo que en el mundo tendríamos aflicción, pero también nos dijo que él venció al mundo y sus aflicciones. ¡Confiemos Jesús venció tu problema en la cruz!

miércoles, 22 de febrero de 2017

Una flor

Había una joven muy rica, que tenía todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida.
Lo extraño es que ella no conseguía conciliar todo eso, el trabajo y los que haceres le ocupaban todo su tiempo y su vida estaba mal en algunas áreas. Si el trabajo consumía mucho tiempo, abandonaba a sus hijos, si surgía algún problema, ella dejaba de lado a su marido… Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después,
Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una flor muy cara y rarísima, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:
“Hija, esta flor te ayudará mucho mas de lo que tu te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando, ocacionalmente conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y las más lindas flores.”
La joven la recibió emocionada, pues la flor era de una belleza sin igual. Más el tiempo fue pasando, los problemas surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitia cuidar de la flor.
Ella llegaba a casa, miraba la flor y aun estaba ahí, no mostraba ningún signo de debilidad o muerte, siempre, linda, perfumada. Entonces ella pasaba sin prestarle mas atención.
Hasta que un día, sin mas, la flor murió. Ella llegó a casa y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La Joven se hechó a llorar y le contó a su padre lo que había acontecido.
Su padre entonces respondió:
“Imagine que eso ocurriría ,y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a ella, era única, así como tus hijos, tu marido, tus amigos y toda tu familia.
Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero debes aprender a regarlos, podarlos y dar atención a ellos, pues así como la flor, los sentimentos también mueren. Tú te acostumbraste a ver la flor viva, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla. Cuida a las personas que amas!”
Y tú?… Cuidas de las bendiciones que Dios te ha dado? Proteges esa flor, pues forman parte de las bendiciones del Señor: El nos las dá, mas nosotros somos lo que debemos cuidar de ellas.
Lucas 10:41-42
“Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.”
Eclesiastés 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.
Mateo 6:33
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia.

martes, 21 de febrero de 2017

¡Miedo a que!

¿MIEDO A QUÉ?
Cuando el hombre abre sus espacios interiores a Dios, en la fe y en la oración; cuando siente que sus soledades interiores quedan inundadas por la presencia divina; cuando percibe que su desvalimiento e indigencia radicales quedan contrarrestados por el poder y la riqueza de Dios; cuando el hombre experimenta vivamente que ese Señor, que llena y da solidez, además de todopoderoso, es también todo cariñoso; que Dios es su Dios, el Señor es su Padre; y que su Padre lo ama, y lo envuelve, y lo compenetra, y lo acompaña; y que es su fortaleza, su seguridad, su certidumbre y su liberación… entonces, díganme, ¿miedo a qué? Ignacio Larrañaga
Brava la mar, mas la fe ilesa. Rafael Alberti
No es el estrés lo que nos mata; es nuestra reacción ante él.
Hans Selye
No hay mejor lugar para renovarse mentalmente que el aposento de la oración, a solas con Dios. Cuando nos apartamos de las cosas temporales que nos distraen y nos hostigan, y allí —en la presencia de Dios— fijamos la mente en las cosas de Él, Su poder transformador comienza a obrar en nosotros. Entonces cambiamos y nos renovamos. Virginia Brandt Berg
Tomado de La Familia Internacional

lunes, 20 de febrero de 2017

¡Señor, líbranos del espíritu de excesiva "laboriosidad", de estar demasiado ocupados para prestarte atención a Ti y a Tu Palabra!

     Para poder aprender lo que el Señor desea enseñarte, tienes que, como en un paso a nivel, parar, mirar y escuchar, ¡o serás arrollado por los afanes de esta vida, en vez de estar rebosante de Su Verdad, Su amor y Su gozo! ¡Si avanzas con excesivo empuje o prisa, es posible que no llegues a ninguna parte! Perderás la relación con el Señor y con nuestra Central celestial. Te sucederá como al gatito del que la niña dijo: "¡Mami, el gatito se durmió y dejó su motor encendido!" ¡Es posible que sigas moviéndote a pesar de estar dormido espiritualmente, aunque sin lograr nada, "como quien golpea el aire"! (1Cor.9:26)
     "¡Sin las fuerzas del Maestro no podrás realizar la obra del Maestro!" ¡Y para obtener esas fuerzas, debes pasar tiempo con Él! El Señor dijo que sólo una cosa es necesaria: sentarse a Sus pies y aprender de Él. ¡A quienes escogen esa buena parte nunca les será quitada! (Luc.10:42) ¡Por eso, si te falta tiempo para orar, estás excesivamente ocupado! ¡Si no puedes dedicarle unos momentos a solas a Dios, y orar, estás demasiado atareado!
     ¡Así pues, "dedica tiempo a la santidad"! ¡Para ser íntegramente Suyo! Él dice: "Estad quietos y conoced que Yo soy Dios. ¡En quietud y confianza será vuestra fortaleza!" (Sal.46:10; Isa.30:15)

viernes, 17 de febrero de 2017

La vida es un desafío

La vida es un Desafío
¿Te has puesto a observar la actitud de los pájaros ante las adversidades?
Están días y días haciendo su nido, recogiendo materiales a veces traídos desde largas distancias…
… Y cuando ya está terminado y están prontos para poner
los huevos, las inclemencias del tiempo
o la obra del ser humano o de algún animal lo destruye
y tira por el suelo lo que con tanto esfuerzo se logró…
¿Qué hace el pájaro?
¿Se ahuyenta, se paraliza, abandona la tarea?
De ninguna manera. Vuelve a recomenzar, una y otra vez,
hasta que en el nido aparecen los primeros huevos.
A veces -muchas veces- antes de que nazcan los pichones
algún animal, un niño, una tormenta, vuelve a destruir
el nido, pero esta vez con su precioso contenido…
Duele recomenzar desde cero…
Pero aun así el pájaro jamás enmudece ni retrocede, sigue cantando y
construyendo, construyendo y cantando…
¿Has sentido que tu vida, tu trabajo, tu familia, tus amigos no son los que soñaste?
¿Has querido decir basta, no vale la pena el esfuerzo, esto es demasiado para mí?
¿Estás cansado de recomenzar, del desgaste de la lucha diaria, de la confianza traicionada,
de las metas no alcanzadas cuando estabas a punto de lograrlo?
Por más que te golpee la vida no te entregues nunca,
di una oración, pon tu esperanza al frente y arremete.
No te preocupes si en la batalla sufres alguna herida,
es de esperar que algo así suceda. Junta los pedazos de tu esperanza, ármala de nuevo y vuelve a arremeter.
No importa lo que pase… no desmayes, sigue adelante.
La vida es un desafío constante pero vale la pena aceptarlo.
Y sobre todo… nunca dejes de cantar.
Y recuerda la promesa de Dios:
Isaías 41:10 “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo;
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré
con la diestra de mi justicia.”

PEDIDOS DE ORACIÓN:
Por el Pastor Percy; para que ocurra el milagro tan esperado y El Buen Señor lo sane y restablezca totalmente de lo que padece y pueda volver a seguir impartiendo La Palabra de Dios¡
Por Carlos G. Ch. Para que pueda ser empleado nuevamente con una excelente remuneración, y para que se haga la voluntad De Dios en su vida.
Por el señor López opositor del gobierno de Venezuela  para que El Señor de los ejércitos intervenga y sea liberado ¡inmediatamente de prisión!; por fuerza, paz, y bendiciones para él y su familia. 
Por todos los Pastores Cristianos en el mundo , para que cesen las muertes y persecución contra ellos; y puedan continuar llevando el Evangelio de la paz a todos los pueblos que aún no conocen a Dios.

jueves, 16 de febrero de 2017

La envidia

La envidia es la distorsión de la apreciación o admiración. Generalmente la raíz de la envidia es baja estima, el envidioso cree que vale poco, se percibe a si mismo como inferior, no se gusta, no esta satisfecho con su vida o con su cuerpo o con sus logros, el sentirse un fracasado es también un motivo que genera envidia.
Es decir la envidia en un punto es orgullosa y egoísta porque la persona pretende ser única, quiere gloriarse menospreciando a los demás. La envidia pretende destruir a los demás.
Generalmente cuando una persona critica esta envidiando. Cada vez que alguien tiene éxito el envidioso lo interpreta como su propio fracaso.
Aunque el envidioso sufre por dentro y se carcome logra algo de alivio temporal al hacer sentir mal a los demás, cree que “aunque sea” el otro se sienta mal y no disfrute lo que tiene. Satanás envidio a Dios y a su creación y también nos envidia a los hijos de Dios, así que cuando alguien envidia esta lleno de una raíz terrenal y diabólica. Si vemos que alguien logra algo bueno debemos admirarlo, alegrarnos y tomar su ejemplo, para que nosotros alcancemos todas nuestras metas también.
Tres puntos para superar la envidia:
Punto 1: CONOCER MI POTENCIAL Debes estar tranquilo con tu propia capacidad, Dios repartió dones y talentos para todos, sean diferentes o no, pero cada uno puede resaltar en aquello para lo que nació, hay algo que te gusta hacer y eres bueno, en eso tienes que enfocarte. Recuerda esta frase: “Cada estrella tiene su propio brillo”.
Punto 2: APRENDER A APRECIAR, Cada vez que veas a alguien ganar, llegar a la meta, ser bendecido, recuerda que debes imitar su dedicación, su esfuerzo y festejar el favor de Dios en él. Nunca jamás pienses que el otro no merece algo, porque cada uno cosecha lo que sembró. Cuando veas el logro de otro, ¡alégrate! porque es una señal de que podrás cumplir todas tus metas también. Nadie te va a quitar nada, nadie puede robarte el resultado de tu trabajo y tus sueños, son únicos, no te compares con nadie, compararse es ser falto de sabiduría.
Punto 3: NO OBSESIONARSE, EXPANDIRSE: La envidia produce obsesión, hace que la persona este concentrada en los demás en todo lo que haga o no haga, pero esa energía la tienes que cambiar de lugar y concentrarla en tu expansión, en tu crecimiento y en tus metas y sueños. Enfócate en crecer tú mismo y no en obsesionarte en los demás. Canaliza la fuerza que tienes en cosas productivas, en pensar como puedes mejorar, en estudiar, perfeccionarte, en buscar a Dios, en ser cada día mejor.
Dios tiene mucho para darte, tu esencia no tiene límites de expansión y crecimiento, tu propósito se trata de estar bien, libre, bendecido y eso, impartirlo y compartirlo con los demás.
Tu destino y tus bendiciones tienen tu nombre ¡No hay nada que envidiar! Adelante, ¡conquista tus metas sin dudar!

miércoles, 15 de febrero de 2017

Siempre amado y valorado

Siempre amado y valorado
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? (v. 35).

Lectura: Romanos 8:31-39 
La Biblia en un año: Mateo 18:21-35
Servimos a un Dios que nos ama más a nosotros que lo que hacemos.
Sí, es verdad que el Señor quiere que trabajemos para dar de comer a nuestra familia y que cuidemos responsablemente del mundo que Él creó. También espera que sirvamos a las personas débiles, hambrientas, desnudas, sedientas y quebrantadas que nos rodean, y que nos mantengamos alertas ante aquellos que aún no han respondido al llamado del Espíritu Santo a sus vidas.
Pero, aun así, servimos a un Dios que nos ama más a nosotros que lo que hacemos.
Nunca debemos olvidar esto, porque tal vez llegue un momento en que nuestra capacidad para «hacer para Dios» se termine por problemas de salud, fracasos o tragedias imprevistas. En esas ocasiones, el Señor quiere que recordemos que no nos ama por lo que hacemos para Él, sino por lo que somos: ¡sus hijos! Una vez que le pedimos a Cristo que nos salve, nada —ni «tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada»—nos separará jamás «del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro» (Romanos 8:35, 39).
Cuando todo lo que tenemos o hemos hecho ya no está, lo único que Dios quiere es que descansemos en nuestra identidad en Él.

Señor, aunque pierda todo, que nunca me olvide de tu amor incondicional por mí.
Cuando lo perdemos todo, Dios solamente quiere que descansemos en lo que somos en Él.

martes, 14 de febrero de 2017

La vejez

Años de compartirlo todo, y uno por otro velar;
¡una vida llena de amor no se puede comparar!

     ¡La vejez debería ser considerada como la mejor época de la vida! Si llenaste tus años de amor, viviste bien y lograste algo para el Señor, ¡es una época en que puedes ver el buen fruto de tus esfuerzos! ¡Y eso contribuye a que sea la mejor época de la vida!
     Es verdaderamente lamentable ver cuántos consideran la ancianidad como una edad terrible, ¡cuando lo cierto es que cuanto más se envejece, mejor van las cosas! La vejez sólo se convierte en una decepción cuando vemos que han pasado los años y no nos han servido para acercarnos más a Dios. En ese caso es como andar en círculos; ¡moverse sin avanzar! ¡Pero Dios no nos regaló la vida con la intención de que la primera mitad fuera la mejor! Dios concluye todo lo que comienza (Sal.138:8). ¡Dios siempre termina lo que empieza! De manera que no temas a la vejez ni te rebeles contra ella; vive plenamente esa etapa de la vida y haz de ella algo hermoso.
          "Pues la vejez las mismas oportunidades ofrece
          que la juventud, sólo en apariencia diferentes.
          ¡Y al desvanecerse la luz del atardecer,
          brillan las estrellas, que de día nadie ve!"

lunes, 13 de febrero de 2017

Nuestra fortaleza proviene de buscar a Dios siempre

Cuando haces de Dios tu prioridad, poniendo tu fe absoluta en Él, las cosas en tu vida comienzan a cambiar. Dios se agrada de los que lo buscan continuamente, Él los recompensa. Creer, nos lleva a tener un estilo de vida de búsqueda de Dios. Debemos buscar al Señor y su fuerza continuamente, recordando sus maravillas, y los milagros que ha realizado. No podemos permanecer pasivos en su búsqueda.
Necesitamos buscar su presencia en todo tiempo, para tener la fortaleza y libertad necesaria que nos llevan a resultados extraordinarios. Para ayudarnos en esto, Jesús envió al Espíritu  Santo para guiarnos, enseñarnos y mostrarnos qué caminos debemos tomar. Tengamos en cuenta que las cosas de Dios sobrepasan las circunstancias y pueden lograr lo que nadie más puede hacer. Buscar el rostro de Dios se trata de anhelar conectarnos íntimamente para conocerlo, para que sea nuestra verdadera prioridad, nuestro estilo de vida sobrenatural.

viernes, 10 de febrero de 2017

Héroes inadvertidos

Héroes inadvertidos
… Aarón y Hur sostenían [las] manos [de Moisés], el uno de un lado y el otro de otro… (v. 12).

Lectura: Éxodo 17:8-15
La Biblia en un año: Mateo 18:1-20
L a Biblia relata historias que nos hacen detener a pensar. Por ejemplo, cuando Moisés guiaba al pueblo de Dios a la tierra prometida y los amalecitas lo atacaron, ¿cómo supo que debía ir a la cima del monte y mantener en alto la vara de Dios? (Éxodo 17:8-15). No lo sabemos, pero sí se nos dice que, cuando Moisés levantaba la mano, los israelitas ganaban, y que, cuando la bajaba, vencían los amalecitas. Entonces, al cansarse Moisés, su hermano Aarón y otro hombre llamado Hur le sostenían los brazos para que los israelitas pudieran triunfar.
No se dice mucho sobre Hur, pero jugó un papel crucial en ese momento de la historia de Israel. Esto nos recuerda a los héroes inéditos; aquellos que sostienen y alientan a los líderes, y que suelen pasar inadvertidos. Tal vez los libros de historia mencionen a los líderes y los medios sociales los elogien, pero el Señor no ignora a aquellos que sirven en silencio y fielmente de otras maneras. Él ve a aquel que intercede diariamente por sus amigos y familiares; a la mujer que acomoda las sillas en la iglesia cada domingo; al vecino que se acerca con una palabra de aliento.
Dios nos utiliza, aunque nuestra tarea parezca insignificante. No olvidemos reconocer y dar gracias a los héroes inadvertidos que nos ayudan.

Señor, que no deje de apreciar a los que me ayudan.
Dios siempre ve a los héroes invisibles.

jueves, 9 de febrero de 2017

¡Los ganadores nunca se rinden, y los que se rinden nunca ganan!

¡Los ganadores nunca se rinden, y los que se rinden nunca ganan!

     ¡Cuando todo se pone difícil, más hay que pelear! Y si lo haces, ganarás, ¡y tendrás victorias mayores! ¡Cuando es fuerte la adversidad, los fuertes la enfrentan sin vacilar! Como John Paul Jones: estaba en una batalla con su nave a punto de zozobrar, su tripulación diezmada y un brazo desgarrado, y cuando el enemigo le preguntó si estaba dispuesto a rendirse, respondió a voces: "¡No, maldita sea! ¡Ni siquiera hemos empezado a luchar!" ¡Y era verdad! ¡No había empezado; pero empezó! Y siguió luchando hasta ganar la batalla.
     ¡Tal vez ni siquiera hayas empezado a luchar contra nuestro viejo Enemigo! Quizás "no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado" (Heb.12:4), como hizo Jesús. Aunque le costó la vida, ¡sólo tres días más tarde resucitó triunfante de la tumba! ¡Los soldados que alcanzan la victoria son aquellos que no abandonan la lucha! Por tanto, "no os canséis de hacer el bien, porque a su tiempo segaréis, si no desmayáis" (Gál.6:9). "¡Sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo, a fin de agradar a Aquel que te tomó por soldado!" (2Tim.2:3) ¡Pelea la buena batalla, guarda la fe y acaba la carrera! ¡Y te estará guardada una corona! (1Tim.6:12; 2Tim.4:7,8)
     ¡Que Dios te ayude a ser fiel hasta el final! "¡Sé fiel hasta la muerte, y Yo te daré la corona de la vida!" (Ap.2:10)

miércoles, 8 de febrero de 2017

Muy humano

Muy humano

… Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado (v. 14 NVI).

Lectura: Romanos 7:14-25
La Biblia en un año: Mateo 17
El escritor británico Evelyn Waugh manejaba sus palabras de un modo que acentuaba sus debilidades. Finalmente, se convirtió al cristianismo, pero la lucha seguía. Un día, una mujer le preguntó: «Sr. Waugh, ¿cómo puede comportarse así y seguir llamándose cristiano?». Él respondió: «Señora, créame, si no fuera por mi religión, difícilmente parecería un ser humano».
Waugh experimentaba la lucha interna que describió el apóstol Pablo: «el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo» (Romanos 7:18). También dice: «Sabemos que la ley es espiritual. Pero yo soy un simple ser carnal» (v. 14 RVC). Luego, explica: «Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, […] ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?» (vv. 22-24). Finalmente, responde exultante: «¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor» (v. 25 NTV).
Cuando ponemos nuestra fe en Cristo, reconociendo nuestro pecado y la necesidad de un Salvador, nos convertimos de inmediato en una nueva creación, aunque el crecimiento espiritual dura toda la vida. Como señala el apóstol Juan: «ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero […] cuando él se manifieste, seremos semejantes a él» (1 Juan 3:2).

Señor, hazme cada día más semejante a ti.

«Ser cristiano significa perdonar lo inexcusable en otro, porque Dios ha perdonado lo inexcusable en ti». C. S. Lewis

PEDIDOS DE ORACIÓN:
PorTomás; para que su operación de rodilla sea exitosa, guiada por El Señor.
Por Jorge; para que se someta por entero a Dios y sea totalmente sanado de su adicción al alcohól.
Por Martha; para que pueda encontrar al Señor y tenga paz y sosiego en su vida.
Por todos los damnificados de los huaicos en el Perú; para que llegue la ayuda solidaria y El Señor consuele y les provea a los que han perdido todo. 

martes, 7 de febrero de 2017

¡Uno de los factores más importantes para la curación es la fe!

¡Uno de los factores más importantes para la curación es la fe!

     Tu salud física depende sin duda alguna de tu estado emocional, y tu salud emocional depende en gran medida de tu estado espiritual. ¡Es más, algunos médicos estiman que los problemas emocionales son la causa directa del 90%, o más, de todas las enfermedades!
     El temor, la tensión o el odio generan diversas enfermedades sicológicas y nerviosas. También hay muchas enfermedades físicas y naturales, como las afecciones cardiacas, la artritis y las úlceras estomacales, que pueden ser provocadas por la preocupación, el temor, el rencor, el odio o una actitud negativa frente a la vida. ¡Esos sentimientos pueden provocar una verdadera acumulación de toxinas en el organismo, que a su vez son causa de las enfermedades! En definitiva, el estado de ánimo puede provocar el envenenamiento del cuerpo. ¡La ciencia lo ha demostrado!
     ¡Por eso la fe es una cura tan maravillosa! Saber que tu Padre celestial te ama y cuidará de ti y de los tuyos, de tu familia, de tu futuro, de tu trabajo, de todo, elimina el temor y lleva serenidad a tu mente, paz a tu corazón, y una sensación de bienestar espiritual y descanso a tus órganos vitales, lo cual hace que se eliminen las toxinas de la sangre. ¡La mejor medicina que existe es la fe sencilla en el amor de Dios! ¡Pruébala, te gustará!

lunes, 6 de febrero de 2017

Cada segundo tiene un valor infinito

CADA SEGUNDO TIENE UN VALOR INFINITO
El día de ayer se esfumó. Mañana aún no ha llegado. No tenemos sino el día de hoy. Empecemos. Madre Teresa
Cada segundo tiene un valor infinito. Johann Wolfgang von Goethe
Al final de tu vida jamás te arrepentirás de tal examen que no aprobaste, de tal juicio que no ganaste o de tal trato que no llegaste a cerrar. Lamentarás no haber pasado más tiempo con tu esposo, tus amigos, tus hijos o tus padres. Barbara Bush
Tomado de La Familia Internacional

viernes, 3 de febrero de 2017

Halla la razón de tu vida

«Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente»  —le respondió Jesús—. Este es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a este: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. Mateo 22:37-40[1]
Es posible que conozcas un adagio cuáquero que dice: «No pasaré por este camino más de una vez. Por lo tanto, si puedo hacer un bien, ser bondadoso con un ser humano, lo mejor es que lo haga ahora, que no lo posponga ni lo relegue; pues no volveré a pasar por esta senda».
Hay tanto que hacer. Es fácil quedarnos inmersos en todo lo que hay que hacer. Independientemente de tu ocupación y estilo de vida —si estudias, trabajas o diriges una labor misionera en un país donde no naciste— los muchos detalles de la vida cotidiana pueden ocupar nuestro tiempo y energía de modo que no hagamos una pausa y pensemos en lo que hacemos de nuestra vida y por qué.
En términos sencillos, para los discípulos cristianos, la razón por la que hacemos lo que hacemos debería ser el amor. Al fin y al cabo, Dios es amor. Amar es nuestro mayor privilegio, nuestra más grande obligación: ante todo amar primero a Dios, seguido cercanamente por el amor al prójimo.
¿Qué es lo que hace que seamos capaces de amar al prójimo, de sacrificarnos por los demás, de vivir sin egoísmos?
Esas son preguntas difíciles de responder. El hecho es que ninguno de nosotros tiene en su interior lo que hace falta para manifestar constantemente amor, altruismo, interés y preocupación por los demás. Es decir, a menos que tengamos el amor de Dios en nuestro corazón y que estemos dispuestos a expresarlo a los que nos rodean.
El amor no es algo que nos ponemos y nos quitamos. No podemos llevarlo puesto como una chaqueta. Debe ser una parte de nuestra vida, de lo que respiramos. En primer lugar, debemos llenarnos de amor por medio del Espíritu de Dios en nuestro corazón. Luego, debemos optar por manifestar amor cuando se presentan las oportunidades. Por lo general, demostrar amor no llega de manera tan natural como esperaríamos. Sin duda alguna, de manera individual, no tenemos suficiente amor para vivir como Jesús nos enseñó, para amarnos unos a otros como Él nos ama.
A fin de vivir la vida de amor que Dios quiere que tengamos, debemos acercarnos al Señor y recibir Su Espíritu y Su amor.
¿Cómo lo hacemos? Debemos dedicar tiempo a Jesús. Debemos recibir Su Palabra en nuestro corazón y permitir que Él nos dé las fuerzas para amar a los demás como Él quiere que lo hagamos. Ahí está el secreto, en dedicar suficiente tiempo a tener comunión con el Señor, de modo que Su amor surja de nuestro corazón, rebose y cubra a los que nos rodean.
Hay veces en que manifestar o expresar amor es un sacrificio. A menudo, hacer caso a los avisos de Dios para manifestar amor va contra nuestra naturaleza, no es conveniente, no tiene sentido, o simplemente parece innecesario. Por una u otra razón, con frecuencia no expresamos el amor y admiración que sentimos por los que nos rodean, o nos demoramos en hacerlo. Es triste que la consecuencia de esa situación común sea que cuando posponemos expresar aprecio, es posible que se pierda una oportunidad de animar a alguien a quien le hace mucha falta, o de dejar manifiesto de manera tangible cómo ve Dios a esa persona. Alguien dijo: «sentir amor y no expresarlo es como envolver un regalo y no darlo».
La siguiente anécdota de Tom Anderson arroja nueva luz sobre manifestar amor y aprecio.
En una ocasión, al dirigirme en auto a nuestra cabaña en la playa para pasar unas vacaciones, me propuse que en esas dos semanas trataría de ser un esposo y padre amoroso. Muy amoroso. Sin excusas.
Tuve la idea al escuchar a un comentarista en un CD que llevaba en el auto. Citaba pasajes bíblicos con el tema de que los esposos sean considerados con sus esposas. Luego, dijo: «El amor es un acto de voluntad. Una persona puede elegir amar». Tuve que reconocer que había sido un esposo egoísta, que nuestro amor había perdido brillo por mi falta de sensibilidad. En realidad eran pequeños detalles: regañaba a Evelyn por su impuntualidad; insistía en poner el canal de televisión que yo quería ver; tiraba el periódico del día anterior aunque sabía que Evelyn quería leerlo. Bien, por dos semanas eso cambiaría.
Y así fue. Desde el momento en que besé a Evelyn en esa puerta le dije:
—Este nuevo suéter amarillo te queda muy bien.
—Tom, lo notaste —dijo sorprendida y complacida, quizá un poco perpleja.
Después de conducir mucho tiempo para llegar a la cabaña, quise sentarme a leer. Evelyn sugirió ir a caminar por la playa. Iba a negarme, pero luego pensé: «Evelyn ha estado aquí con los niños sola toda la semana. Y ahora quiere estar a solas conmigo». Caminamos por la playa mientras los niños volaban sus cometas.
Y así transcurrieron las dos semanas. En ese tiempo no llamé a la empresa de inversiones de Wall Street donde soy director. Fuimos al museo de conchas, aunque por lo general detesto los museos (y ese museo me gustó). Me esforcé para no decir nada mientras Evelyn tardaba en alistarse y llegamos tarde a una cena. Me relajé y estuve feliz. Así pasaron todas las vacaciones. Hice una nueva promesa, la de tener presente optar por el amor.
Sin embargo, una cosa salió mal en mi experimento. Hoy en día Evelyn todavía se ríe de eso. Una noche, ya era tarde, estábamos en nuestra cabaña y Evelyn me miró fijamente con una expresión muy triste.
—¿Qué pasa? —le pregunté.
—Tom —empezó a decir y en su voz se notaba la angustia—, ¿sabes algo que yo no sé?
—No te entiendo.
—Es que… hace varias semanas me hice un chequeo médico… nuestro doctor… ¿te dijo algo de mí? Tom, has sido tan bueno conmigo… ¿me estoy muriendo?
Tardé un momento en entenderlo todo. Luego, me reí a carcajadas.
—No, mi cielo —le respondí, mientras la abrazaba y le daba un beso—. No estás muriéndote. ¡Es que yo estoy empezando a vivir!  Tom Anderson
Tom optó por amar al dejar de lado sus preocupaciones por Wall Street y sus intereses personales a fin de dar atención positiva a su familia; en este caso, principalmente a su esposa. Los resultados dan más pruebas de que cuando dedicamos tiempo a amar, a menudo causa un impacto tremendo y duradero. En este caso, su esposa quedó tan sorprendida con la atención que recibía que pensó que algo debía andar mal; hasta pensó que tal vez estaba muriéndose. Resulta que se encontraba bien. Sin embargo, en el mundo hay muchas personas que sí se mueren por que les presten un poco de atención, que les tengan un poco de compasión y que les den un poco de amor. Es probable que todos conozcamos a alguien que se encuentra en esa situación.
En realidad, todos nos sentimos así a veces. Y si ese es el caso, ¿cómo queremos que otros nos traten? ¿Por qué no deberíamos dar eso a otros?
Hay muchos beneficios de vivir con amor a Dios y al prójimo. Una de las principales restituciones es que cuando vivimos más para el prójimo que para nosotros mismos, descubrimos que la vida tiene un propósito. Cuando vivimos con propósito, nuestra vida tiene valor. No muchas cosas de nuestra vida son eternas. El amor lo es. El amor tiene valor eterno; ¿qué te parece ese propósito? Con el tiempo, una vida egoísta causará un mayor vacío interior, porque Dios nos creó con anhelos que solo pueden satisfacerse con algo mayor que nosotros mismos, al tener una relación amorosa con Dios y una relación de amor con el prójimo. Dios nos creó con una necesidad de dar a otros, de sacrificarnos por los demás, a fin de hallar propósito y satisfacción duradera.
Examinemos detenidamente este hecho verídico:
Un corredor de Wall Street, que llamaremos Bill Wilkins, despertó una mañana en un hospital para borrachos. Abatido, miró al médico y gimió:
—Doctor, ¿cuántas veces he estado en este antro?
—¡Cincuenta!
—Supongo que el licor me matará, ¿verdad?
—Bill —contestó el médico con seriedad—. Ya no falta mucho.
—Entonces —añadió Bill—. ¿Me puedo tomar un trago para sentirme mejor?
—Creo que estaría bien, dadas las circunstancias —asintió el médico—. Pero haré un trato contigo. En el cuarto de al lado hay un joven y se encuentra muy mal. Esta es la primera vez que viene aquí. Si te presentas como un ejemplo terrible, tal vez logres que le dé miedo y que no se emborrache nunca más en la vida.
En vez de resentirse, Bill se interesó un poco y aceptó:
—Bien, lo haré. Pero no olvide ese trago cuando vuelva.
El joven estaba convencido de estar condenado. Bill, que se consideraba a sí mismo agnóstico, no se lo explicaba, pero instaba al muchacho a que acudiera a un poder superior.
—El licor es un poder externo que es más fuerte que tú y te vence —le insistía—. Solo otro poder que no está en ti puede salvarte. Si no lo quieres llamar Dios, llámalo la verdad.
Independientemente del efecto que causó en el joven, Bill quedó muy impresionado con lo que acababa de decir. Volvió a su cuarto y olvidó el trato que había hecho con el médico. Bill nunca pidió que le sirvieran el trago prometido. Por fin, pensar en otra persona le había dado a la ley de altruismo una oportunidad de obrar en él. Funcionó tan bien que vivió para convertirse en el fundador de un movimiento muy eficaz en la fe sanadora: Alcohólicos Anónimos.
William Griffith Wilson era el verdadero nombre de Bill. Aunque para mantener la tradición de Alcohólicos Anónimos, la mayoría lo conocía simplemente como Bill W. ¿Quién podría haber imaginado que a la larga un bien mundial surgiría como resultado del momento en que Bill dejó de poner atención a sí mismo egoístamente y decidió ser altruista? Al olvidarnos de nosotros mismos e invertir en los demás a menudo obtenemos los mayores dividendos.  Fulton Oursler
Era un hombre que se encontraba en la más absoluta miseria, que había estado 50 veces en un hospital para borrachos. Debió sentirse tan derrotado y sin esperanza, sobre todo por ser agnóstico. Sin embargo, encontró una forma de empezar una nueva vida al interesarse por otras personas y tratar de ayudar al prójimo.
Es probable que la mayoría de nosotros hayamos visto ejemplos de esta clase de renovación. Tal vez te has encontrado en situaciones en que no parecía que lograbas hacer un cambio necesario por mucho que lo intentaras, hasta el día en que dejaste de pensar en ti mismo y pensaste en otra persona. Y entonces tuviste la fuerza de voluntad para cambiar, hacer progresos, avanzar en la vida, y hasta para ayudar a un amigo que necesitaba hacer lo mismo.
Elisabeth Elliot expresó bien ese concepto:
¿A menudo se sienten como tierra reseca? ¿Qué no pueden producir nada que valga la pena? Yo sí. Cuando necesito un descanso para reponer fuerzas, no es fácil pensar en las necesidades de los demás. Sin embargo, he descubierto que si en vez de orar para mi consuelo y satisfacción, pido al Señor que me ayude a dar a los demás, algo asombroso ocurre con frecuencia: encuentro que mis necesidades son satisfechas de manera excelente. El descanso y refrigerio llegan como jamás habría pensado, tanto para los demás como, por cierto, para mí.
Jesús dijo:
Dad y se os dará;  medida buena,  apretada,  remecida y rebosando darán en vuestro regazo,  porque con la misma medida con que medís,  os volverán a medir.  Lucas 6:38[2]
PEDIDOS DE ORACIÓN:
Por Jorge; para que se entregue Al Señor, y pueda ser sanado, y los resultados de sus exámenes salgan todos muy bien.
Por El padre de Daisy Ruperto; para que El Señor lo sane y se recupere prontamente del infarto cerebral sufrido.
Por TOMÁS; para que su operación a los meníscos sea dirigida por El Señor, salga todo bien y vuelva a su trabajo.

jueves, 2 de febrero de 2017

Truenos y relámpagos

Truenos y relámpagos
Voz del Señor que derrama llamas de fuego (v. 7).

Lectura: Salmo 29
La Biblia en un año: Mateo 16
Hace muchos años, pescaba con un amigo en una laguna, cuando empezó a llover. Nos refugiamos en un bosque de álamos, pero la lluvia no cesaba. Entonces, decidimos dar por terminado el día y correr hasta la camioneta. Acababa de abrir la puerta, cuando un relámpago cayó como una bola de fuego en el bosque, tronando y arrancando las ramas de los árboles, y dejándolas ardiendo. Después, reinó el silencio.
Quedamos temblando y pasmados.
Los relámpagos destellan y los truenos recorren nuestro valle de Idaho, en Estados Unidos, y eso me encanta… a pesar de lo que me pasó. Disfruto al ver el poder en su máxima expresión. ¡Voltaje! ¡Estridencia! ¡Conmoción y pavor! La tierra y todo lo que hay en ella tiembla y se sacude. Luego, viene la quietud.
Básicamente, me encantan los relámpagos y los truenos porque son símbolos de la voz de Dios (Job 37:4), que habla con un poder estupendo e irresistible a través de su Palabra: «Voz del Señor que derrama llamas de fuego; […] el Señor dará poder a su pueblo; el Señor bendecirá a su pueblo con paz» (Salmo 29:7, 11). El Señor da fuerzas para soportar, ser pacientes y bondadosos, sentarnos en silencio, levantarnos y andar, y no hacer nada en absoluto.
Que la paz de Dios sea contigo.

Señor, aquieta mi espíritu en las tormentas de la vida y dame fuerzas para atravesarlas.
La fe conecta nuestra debilidad con la fortaleza de Dios.

miércoles, 1 de febrero de 2017

¡Muchas son la s aflicciones del justo!

"¡Muchas son las aflicciones del justo!" (Sal.34:19)

     ¿Las aflicciones de quién? No del impío, ¡sino del justo! "¡Pero el Señor le librará de todas ellas!" El Señor permite esas circunstancias como pruebas que fortalecen nuestra fe, para alcanzar victorias aún más grandes en lo que parecen derrotas. Hay cosas, como enfermedades, dificultades y problemas, que simplemente pasan para mantenernos aferrados al Señor. En otros casos, suceden para acercarnos unos a otros. A veces son para mantenernos humildes. Otras, para que oremos. ¡Hay muchas razones por las que sufrimos problemas! Así pues, hasta los problemas y las tribulaciones nos hacen bien.
     Cualquier cosa que Dios haga, la hace con amor. Además, "a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien" (Rom.8:28). Dios nunca dejará que a ti, un hijo Suyo que le ama, te suceda algo que no sea para tu propio bien. Por eso, aunque "muchas son las aflicciones del justo", el Señor te librará de todas ellas, ¡sin importar cuántas ni cómo sean! ¡De T-O-D-A-S; TODAS! Ni de algunas, ni de unas pocas, ni de la mayoría, ni de muchas, ¡sino de todas! ¡De todas ellas! Confía, pues, en que Dios te ayudará, conforme a Su Palabra.