Los seguidores de Jesús no estamos exentos de pasar muchas de las mismas dificultades y sufrimientos que viven otras personas. Sin embargo, aunque a veces ese puede ser el caso, somos bendecidos, porque jamás estamos sin esperanza. Pablo explicó en 2 Corintios 4:8-10 (RVR 1995): «Estamos atribulados en todo, pero no angustiados; en apuros, pero no desesperados; perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no destruidos. Dondequiera que vamos, llevamos siempre en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo».
Siempre tenemos a Jesús, que nos guarda cuando tenemos dificultades. Más que solo ayudarnos a sobrevivir, Él se identifica con nuestros desafíos. Tiene misericordia de nosotros con respecto a nuestras debilidades. Comprende la intensidad con que nos afectan los aprietos y dificultades de esta vida terrenal. Pedí al Señor que nos ayude a entender cómo ve Él esas cosas y cómo podemos verlas desde Su perspectiva.
(Jesús, hablando en profecía:) Sé lo abrumador que puede ser cuando no sucede algo que te parece que es justo, correcto y que es el momento preciso. Estoy aquí. Lo veo. Comprendo. Ten en cuenta que, en muchos casos, personas como la Madre Teresa enfrentaron lo que parecía injusto o una pérdida inmerecida o un sufrimiento o una falta cuando lo que ellas entregaban lo hacían solo por amor. ¿Fue algo justo en ese momento? Para nada.
Con frecuencia, la Madre Teresa apenas tenía suficiente para comer. Aunque muchas veces no recibía el apoyo material que merecía por su bondad, el que siguiera adelante con fidelidad, que repartiera de lo poco que poseía entre los que tenían una necesidad más acuciante, hizo que su testimonio fuera una manifestación más impactante de Mi amor.
La Madre Teresa hizo buenas obras que por largo tiempo fueron en su mayoría desconocidas por el mundo. Durante años recibió poco ánimo o promoción. Muchas veces tuvo temores y dudas, pero eso hizo que fuera más valioso optar por seguirme de todos modos. Hizo que cada sacrificio tuviera un valor inmenso, porque su obediencia tuvo un precio muy alto. Siguió adelante porque sacó fortaleza de Mí y Mi amor, que superaba lo que ella tenía.
Las dificultades y el sufrimiento pueden intensificar tu percepción de Mi Espíritu en ti. A medida que confíes en que te sostendré frente a problemas como esos, serás un reflejo de Mí que habla a los demás porque tu ejemplo da esperanza a los que sufren, y a los que están perdidos y desesperados sin Mí.
Estoy muy orgulloso de ser llamado tu Dios. Se me parte el corazón en esos momentos en que te esfuerzas para dar cada paso a pesar del agotamiento, enfermedad, pena o trabajo y te parece que solo logras hacer lo suficiente a fin de sobrevivir. Lo sé y comparto contigo el dolor que enfrentas. Recibo los golpes que Satanás te inflige por medio de las dudas y temores. Satanás asegura que te abandoné o que por lo menos estoy más distante. Eso es completamente falso. No te he abandonado; no me he alejado. Al contrario, siempre estoy aquí. Sosteniéndote a medida que avanzas un poco más, un paso más, un día más.
En este mundo a veces pueden ser intensas las épocas de dificultades y sufrimientos que soportas tú o tus seres queridos o amigos y conocidos. En esta vida soportarás dificultades, sufrimiento, profunda pérdida u otras cosas que pongan a prueba tu alma. Se debe a que tienes una misión. Sigues Mis pasos.
Es posible que tu misión sea atender amorosamente a tu familia, o infundir esperanza a otras personas. Permito que pases por momentos difíciles de modo que puedas identificarte con los que se sienten abrumados y que des el consuelo que has recibido de Mí en esos momentos. Puedes comprender la frustración, la ira, la desesperanza que pueden invadir a tantos cuando parece que sus mejores esfuerzos han sido derrotados por las circunstancias que no pueden controlar. Puedes sentir empatía con los que enfrentan el dolor de la soledad, o que se sienten inútiles, o que les falta una meta en la vida o sentido del valor, o que les parece que el inmenso mar de la humanidad se los lleva por delante y necesitan una mano amiga y una guía suave que sea un ancla para ellos.
No enfrentas estas pruebas solo para tu beneficio. También soportas muchas de estas cosas por otras personas, así como Yo soporté tanto sufrimiento por ti, a fin de que tú pudieras acudir a Mí para que te dé consuelo, apoyo, ánimo y esperanza, por muy malas que sean las circunstancias. A medida que sostengas a los que he colocado a tu lado o a tu cuidado, te conviertes en un conducto de Mi consuelo y compasión que les entrego a ellos.
Puedes ofrecer esperanza a otros incluso en las épocas en que enfrentes dificultades, porque a medida que te aferres a Mí y me permitas que te sostenga, puedes seguir adelante. Sigues adelante. Aunque a veces el cansancio y la sensación de agobio parecen más de lo que puedes soportar, Yo te llevo para que des un paso más, y luego otro.
No te prometo una vida fácil ni que siempre sea justa y equitativa en este mundo. Sin embargo, te prometo que aunque a veces la situación sea difícil, siempre tienes a Alguien que ve tu corazón, que te conoce y te ama por la persona que eres en realidad. El hecho de que todo lo que has enfrentado no te ha evitado que hagas lo que sabes que es correcto demuestra que eres uno de Mis discípulos. En los momentos dolorosos has elegido seguirme a fin de aprender lo que esas experiencias pueden enseñarte, y ser para otros un ejemplo vivo de que sea lo que sea que te lance este mundo, nunca me perderás. Puedes confiar en que siempre te sacaré adelante hasta el fin.
Cuando te sientas débil y sin esperanza, permíteme que Yo sea tu fuerza. Es posible que parezca que estas épocas de dificultades se prolongan eternamente cuando estás en medio de ellas. Sin embargo, en realidad, aunque la duración sea de toda una vida, cuando lo veas en el contexto de la eternidad, es solo una pizca de tiempo. Tu vida terrenal pasará pronto, y sus problemas quedarán atrás. Solo permanecerá lo bueno, el crecimiento y la gloria que resulte de lo que pases ahora. Eso será tuyo para siempre.
Corres bien la carrera. Has soportado, has madurado y me has seguido fielmente a pesar de los obstáculos y los reveses que has tenido. Es posible que no te sientas fuerte ni realizado, pero en realidad sí lo eres, y cada día más. Cuando te veo, lo que está frente a Mis ojos no tiene todas las sombras y máscaras de esta vida. Yo veo solo la gloria y las realidades espirituales que permanecen. Para Mí eres una persona bella y te amo. No lo olvides.
Gabriel García