miércoles, 25 de julio de 2018

La actitud es lo que cuenta.

La actitud es lo que cuenta. 
 
 
 
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Necesitamos vivir con actitud de agradecimiento a Dios.
 
 
 
 

La gratitud es un reconocimiento de que la vida no me debe nada y todo lo he recibido como un regalo.
Todo lo que tengo es un verdadero regalo. Mi esposa es un regalo, mis hijos son un regalo, mi cuerpo es un regalo, la comida es un regalo, la casa es un regalo.

La gratitud es el punto donde comienzo a experimentar a Dios de una manera poderosa, sin comparación alguna, y maravillosa.

El Talmud judío narra la conocida historia de Bruria. Bruria y su esposo, Rabbi Meir, tenían dos hijos los cuales murieron un viernes antes del Sabbat.
Bruria decidió no decirle a su esposo acerca de la muerte de sus dos hijos sino después de celebrar el Sabbat, ya que de acuerdo a la ley judía no se permite tener un funeral ni expresar luto en el sábado. De todas maneras no había nada que ellos pudieran hacer sino hasta después de ese día.
Guardó la información para ella misma y dejó que su esposo gozara la celebración del Sabbat.
(Imagínese la capacidad de esa mujer para hacer eso, tratando de explicarle a su esposo dónde estaban sus hijos).
Cuando la celebración del sábado terminó, ella le preguntó a su esposo:

–¿Cuál debe ser la apropiada actitud de una persona a quien le han prestado dos joyas muy valiosas y el propietario de las joyas ha pedido que se las retorne?

El esposo respondió:
–Esa persona necesita regresarlas al propietario.

Entonces Bruria tomó a su esposo de la mano y lo llevó al cuarto donde yacían sus hijos muertos y le dijo:

–Dios nos ha solicitado que le retornemos las dos joyas que nos prestó.

Bruria enseñó de esa manera la lección transformadora de la vida. Todo lo que tenemos no sólo en un regalo, sino también un préstamo.

No somos señores de nada, somos siervos a quien el Señor les ha prestado todo.

“Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: “Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre”. Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo”.
Esdras 3:11
“Si juzgas que tienes pocos bienes para agradecer a Dios, agradécele al menos… los muchos males que no tienes en la vida”.
Autor Desconocido

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