No te esfuerces en ser perfeccionista, sé excelente
Cumplir expectativas altas, obtener a cualquier precio el reconocimiento tan buscado, llegar a donde nos dijeron que teníamos que llegar sin ser sueños propios, castigarnos en exceso y maltratarnos al cometer un error, poner un excesivo foco en los resultados sin disfrutar la vida, sin siquiera saber si tendremos oportunidad de verlos y sin contar que en el medio se han perdido amistades, parejas y tiempo es nocivo. Obsesionarse con la perfección es como querer correr en el mar o nadar en el desierto.
La excelencia te conduce a ir siempre por más. Ser portador de una buena actitud y una destacada excelencia te hará alcanzar y subir siempre un escalón más, en todo lo que hagas. Excelencia es que rompas tu récord, que te superes. Excelencia es ir por más, si estás mal buscar mejorar y si estás bien buscar estar mejor.
Excelencia es preguntarse ¿Cómo puedo ser mejor papá? ¿Cómo puedo ser mejor esposo de lo que hoy soy?, ¿Cómo puedo ser un mejor gerente, un mejor empleado, un mejor jefe, amigo? Cuando rompes tu propio récord, estás moviéndote en la excelencia.
David dijo: “Y aun esto, oh Dios, te ha parecido poco, pues que has hablado de la casa de tu siervo para más lejos, y me hasmirado como a un hombre excelente, oh Jehová Dios”.
Excelencia no es hacer las cosas mejor que otros: excelencia es que te superes cada día, es que seas la mejor versión de ti mismo.
Tienes que conquistar el deseo de seguir. Ábrete a los cambios, a lo nuevo, a lo que está por venir. Elige una actitud de excelencia. Y ¡nunca más postergues tus sueños! Alcanza los grandes proyectos que hay por delante y no te detengas.
Transforma tu mente cada día. Piensa en soluciones y no te compliques, ni compliques a los demás por el afán de que todo sea perfecto. Sé sencillo. Usa la sabiduría que está en tu interior. Date hoy mismo la oportunidad de no ser perfecto y disfrutarlo.
Ten en cuenta que “todos cometemos errores, la persona inteligente aprende de sus propios errores, la persona sabia aprende de los errores ajenos”.
Fuiste diseñado para el éxito y el camino hacia él está pavimentado de fracasos. No le tengas miedo al fracaso, conviértelo en tu aliado, en tu mejor amigo para llegar a la meta. ¡Que tus dificultades te desafíen a soltar todo tu potencial, a liberar de ti lo mejor!
Excelencia: es la habilidad para mejorar continuamente y para eso se necesita estar abierto a los cambios y ser flexible ante el fracaso, aceptando los propios errores. Sólo al aceptarlos se estará en condición de revertirlos.
Perfeccionismo: el perfeccionista tiene varias ideas en la cabeza, varias cogniciones, varias creencias que activan la conducta perfeccionista:
“si lo hago perfecto me amarán” el perfeccionista es dependiente de la opinión de los demás. Mira su cuerpo y pregunta: “como me veo”.
Si se equivoca esto es catastrófico. No juega para ganar, juega para no perder (la diferencia es la motivación, no disfruta deljuego). Su obsesión no le permite disfrutar de su juego) el gran miedo y el gran motivador no es ganar sino evitar el desastre. Como tiene pensamientos de extremo: “o soy linda o soy fea, puedo o no puedo” vive en los extremos emocionales.
Siempre debe hacer las cosas muy bien: “serás lo que debas ser o no serás nada”. Vive analizando permanentemente lo que hace (las chicas que se maquillan y están tres horas frente al espejo, porque viven revisando y eso hace que los perfeccionistas no sirvan para hacer muchas cosas, porque posponen, no pueden arrancar, dicen: “todavía me falta mejorar un poquitito”.
¿El perfeccionismo es negativo o no?
¿La clave cuál es? Si lo disfrutamos o no. si hay angustia es negativo, sino es positivo. Hay que disfrutar el recorrido, el esfuerzo, es jugar para ganar, el perfeccionismo negativo tiene miedo al fracaso. La gente que se permite el error es muy positiva porque tiene que ver con la capacidad de superarse, de seguir creciendo mientras que el otro se estanca, se paraliza.
“Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín”. La fe te lleva a ofrecer lo mejor que tienes para dar. El sentimiento de insatisfacción, cuando es una emoción positiva, suele brindarnos la motivación y energía necesarias para perseverar a pesar de los obstáculos. Es ese cosquilleo que nos mantiene en movimiento y nos lleva a resolver problemas y buscar soluciones. La meta de la insatisfacción tiene que ser un sentimiento emocional con futuro a mejorar, y no a enfermar nuestras vidas buscando la perfección”.
Autora: Silvia Truffa
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