Tiempo en el desierto
Palabras de Jesús
No desmayes, sino confía en Mi amor, ten
fe en él. Confía en que tus pruebas y batallas, los momentos en que te
encuentras en un paraje desolado y tienes que reposar bajo los árboles y beber
de aguas refrescantes que te devuelven las fuerzas que provienen de Mí. Ahora
no lo ves como una bendición, pero este tiempo de quietud, de oración, de
soledad, de reflexión, redundará en riqueza de espíritu.
Encontrarás sabiduría, compasión y
comprensión. Hallarás fortaleza en Mí. En tu relación conmigo encontrarás el
poder que necesitas. Piensas: «He estado tantas veces en este paraje desolado.
Cuántas veces he participado de esta quietud y soledad. ¿Por qué he de hacerlo
una vez más? ¿Será que no aprendí las lecciones que necesitaba? ¿Será que soy
tan duro de corazón que no oigo la voz del Señor, y por eso Él tiene que
castigarme y quebrantarme tantas veces?
Este tiempo no es ningún castigo. No es
que no oigas Mi voz ni aprendas las lecciones que te hacen falta. Te estoy
bendiciendo y honrando al concederte estos momentos tan especiales conmigo.
Momentos en que podemos disfrutar de mutua comunión y conocernos de un modo más
íntimo.
No quiero que tengas otros dioses
delante de Mí: ni tu familia, ni tu trabajo. Necesitarás esa estrecha relación
conmigo para cumplir el plan que te tengo reservado, cuando se te pida que
estés en sintonía conmigo, que andes en oración y con prudencia, que
manifiestes amabilidad, amor y compasión, y que entiendas a los que se sienten
desanimados y han perdido las esperanzas.
Al haber pasado ese tiempo en el
desierto podrás hablar de la abundancia de tu corazón. Hablarás por experiencia
y darás testimonio de las bendiciones y beneficios que te reportó poner tu
confianza en Mí y prestar oídos a Mi voz.
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