¡Antes del ungimiento viene la obediencia!
No se recibe ungimiento para obedecer; se recibe ungimiento por haber obedecido. Mira cómo toma en cuenta el Señor que obedezcas simplemente porque Él lo dice, sin saber necesariamente todas las razones. Tienes que hacerlo, sin más, y luego se encargará Él de explicártelo.
Jesús ordenó a los discípulos: ¡"quedáos (esperad) en Jerusalén hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" y "me seréis testigos" en todo el mundo! (Luc.24:49; Hch.1:4,5,8) Al cabo de diez días enteros de obediencia ocurrió aquel tremendo estallido del Día de Pentecostés en que todos fueron llenos del Espíritu Santo, ¡y el estallido fue tal que la ciudad entera se reunió por millares para ver a qué se debía todo aquello! ¡Y aquel día se salvaron 3.000 personas! (Hechos 2)
Si crees en Su Palabra, Él te dará fe para ese paso de obediencia, ¡y en cuanto obedezcas por fe recibirás la bendición y el ungimiento para seguir adelante! La prueba es para ver si obedecerás o no. ¡Y en cuanto comiences a obedecer y a trabajar, Dios hará Su parte sin falta! ¡Él dará Su bendición!
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