¡La voluntad de Dios en cuanto a ti es aquello para lo que te creó!
¡Tal vez te sorprenda, pero cada uno tiene su propio ministerio particular, algo que solamente él puede hacer! ¡El Señor es quien diseña los instrumentos, haciéndolos aptos para la tarea! Dios sabe para qué eres adecuado, qué utilidad quiere darte y qué clase de instrumento eres, ¡así que más vale que hagas lo que Él sabe que puedes hacer mejor!
Busca la labor para la que Dios te ha capacitado, para la que te ha creado y te ha dotado. Busca al Señor y halla Su Voluntad. Si aún no la conoces, ¡búscala! ¡Y si ya la encontraste, por el amor de Dios, persiste en ella!
Si todos estuvieran satisfechos y dispuestos a cumplir con su vocación, si nadie quisiera más, ni menos, podrían serles muy útiles al Señor y Él los haría muy felices. Pero a veces nosotros mismos provocamos nuestra infelicidad por estar insatisfechos con lo que el Señor nos ha dado, pues no hemos aprendido, como dijo el apóstol Pablo, a "contentarnos, cualquiera sea nuestra situación" (Fil.4:11). Todos necesitamos aprender a estar satisfechos y agradecidos por el lugar de servicio y el ministerio que nos ha dado Dios.
"¡Procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás!" (2Pe.1:10)
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