“Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.” (Romanos 10:13 NVI)
El cielo será maravilloso. Te reencontrarás con tus seres queridos que conocieron al Señor. Serás recompensado por tu fe. Se te asignará un lugar de trabajo que vas a disfrutar. Serás liberado del dolor, la depresión, el desaliento, la vergüenza y la culpa.
¡Te regocijarás y celebrarás por la eternidad!
Pasar la eternidad al cielo es un regalo completamente gratuito que jamás podrías ganar. Sólo puedes llegar al cielo por medio de la gracia de Dios. Es el mejor trato que cualquiera que pudiera ofrecerte.
Pero hay un requisito. La Biblia dice:
“Todo el que invoque el nombre del Señor será salvo” (Romanos 10:13 NVI).
Para recibir la gracia de Dios, tienes que llamarlo a Él . Tienes que aceptar la asombrosa gracia de Dios.
Si mañana por la mañana encuentras un regalo en tu mesa y lo dejas ahí por todo un año, envuelto y sin abrir, sería bastante tonto. Un regalo carece de valor a menos que lo aceptes.
Lo mismo es cierto con el regalo de la vida eterna que Dios da a través de Jesucristo.
No significa nada a menos que lo aceptes.
Y Dios anhela darte el regalo de Su gracia. La Biblia dice:
“El Señor esperará un poco y tendrá piedad de ustedes” (Isaías 30:18ª RVC).
Dios no está enojado contigo. No te rechaza. La Biblia dice que Dios está listo y dispuesto para darte Su gracia y asegurar tu futuro en el cielo.
¡Sólo tienes que aceptar Su gracia!
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