La curación es una recompensa que depende de la obediencia.
Sí, es cierto que "muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará el Señor" (Sal.34:19), aunque a veces tienes que reunir ciertas condiciones para que el Señor te libre.
Cuando no te libra; cuando permite que el Diablo te siga acosando y te deja un aguijón en la carne, lo hace con un fin, y no te librará hasta que obedezcas. ¡Si no estás dispuesto a pagar el precio que Dios exige para que te cures, no te cura! Sólo los obedientes se curan. La salud es una bendición especial de Dios. Sólo puedes exigirla y esperarla en oración si eres obediente. ¡Pero si eres desobediente no tienes derecho a nada!
¡Una vez que Dios te ha perdonado y curado, más te vale respetar los límites, normas y reglas, así como Su voluntad y cualesquiera que sean las condiciones que haya fijado, consciente en todo momento de que tu salud y bienestar dependen completamente de Él!
¡Cuando te hayas curado, recuerda que es una bendición especial, un privilegio invalorable que Dios puede quitarte si no sigues confiando en Él para que te conserve la salud ni dándole toda la gloria! ¡Manténte unido al Señor y haz aquello para lo que te haya curado! ¡Utiliza para la gloria de Dios las fuerzas que te ha dado!
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