Por el pastor Claudio Freidzon
Cuando los corazones se abren, se establece el ambiente propicio para oír la Palabra de Dios. Es allí cuando el Espíritu Santo tiene libertad para actuar y traer revelación. En la clase de hoy hablaremos acerca de hombres y mujeres que atravesaron momentos difíciles y de cómo Dios los llevó a sorprendentes resultados.
Uno de los grandes deseos del Señor es que podamos descubrir sus maravillas para poder aplicar lo que su Palabra nos enseña. En Efesios 1:18-19 vemos que el Espíritu Santo quiere alumbrar nuestro entendimiento. Si bien al nacer, Dios nos dio cinco sentidos para manejarnos en la vida, al conocer la salvación nos es dado otro sentido que es el espiritual. A partir de allí, el Señor nos comienza a mostrar su magnificencia más allá de lo que ven los ojos naturales. Jesús te ha dado la capacidad de ver lo sobrenatural. Y aunque para el mundo sea locura, para los creyentes es sabiduría.
El no creyente, siempre actuará como no creyente, a menos que decida creer. Es por eso que por más que se esfuerce, no logrará comprender lo que vive un creyente. Aunque haya tormentas, el cristiano actúa como viendo a Dios, sabiendo que todo problema es momentáneo y persevera hasta ver la victoria.
La doble porción es para ti también
Cuando Eliseo le pedía la doble porción a Elías (2 Reyes 2:9-10), en realidad estaba creyendo en un nivel de poder y autoridad superlativo. Algo que hoy está a nuestro alcance si tan solo nos dedicamos a creer y confiar en nuestro Dios. La Biblia está llena de maravillas; lo que ocurre es que algunos viven como si no las vieran. Toda esa gloria de Efesios, la forma en la que Pablo hablaba de la supereminente grandeza del poder de Dios, hace referencia a una gloria suprema. Algo que escapa a los que no tienen fe, pero da plenitud al que se anima a vivir por ella.
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