Por Esteban Correa
“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta” Santiago 2:26
Siempre que ejecutemos una acción, que intentemos algo, que probemos, estaremos muy cerca de resultados positivos, cuando no realizamos ninguna acción, ni arriesguemos cosas estaremos muy lejos de la bendición.
El principio de la ejecución nos dice: “Para lograr algo, tenemos que hacer algo, de lo contrario no habrá posibilidades de triunfar, en la acción hay reacción y por ende posibilidades concretas”.
El principio de la ejecución nos dice: “Para lograr algo, tenemos que hacer algo, de lo contrario no habrá posibilidades de triunfar, en la acción hay reacción y por ende posibilidades concretas”.
Nunca arriesgar es un fracaso, porque cuando intentas cosas te acercas al éxito, pero si no lo intentas, jamás el éxito te golpeará la puerta. Fuimos creados para conquistar cosas, para alcanzar, para hacer algo que nos beneficiará a nosotros y a muchos más. Tu felicidad en Dios está del lado de la acción. Cuando ejecutes tu propósito por el cual fuiste creado es cuando cumplirás el plan de Dios, pero todo esto requiere algo: Ejecución. Cuando te sea revelado este principio verás la ley de la ejecución por todos lados, y por supuesto, donde primero la debemos ver es en la biblia.
Eclesiastés 11:4 nos dice: “El que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes, no segará”.
La biblia esta llena de historias de acción, historias de personas como nosotros que a pesar de sus errores, debilidades y temores dieron el gran paso de tomar riesgos confiando en Dios y finalmente alcanzaron las promesas.
En hebros 11 del verso 7 al 40 observamos el desfile de los héroes de la fe, ellos sabían que la fe sin obras era muerta, el verso 33 dice: “Por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones…”. El denominador común es un verbo, una acción “conquistaron, hicieron, alcanzaron, taparon”. La fe no es pasividad o resignarse a esperar.
La biblia esta llena de historias de acción, historias de personas como nosotros que a pesar de sus errores, debilidades y temores dieron el gran paso de tomar riesgos confiando en Dios y finalmente alcanzaron las promesas.
En hebros 11 del verso 7 al 40 observamos el desfile de los héroes de la fe, ellos sabían que la fe sin obras era muerta, el verso 33 dice: “Por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones…”. El denominador común es un verbo, una acción “conquistaron, hicieron, alcanzaron, taparon”. La fe no es pasividad o resignarse a esperar.
Dios le dice a Josué “Todo lo que emprendas prosperará”, y estamos muy acostumbrados a escuchar “Dios te prosperará” como algo mágico, pero nos olvidamos de la otra parte del texto: “lo que emprendas”, también es ejecución, del verbo emprender, que significa hacer algo. También en la vida de José se manifestó el mismo principio de ejecución y lo resume de esta manera al final del verso 23 de Génesis 29: “Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba”. Notemos que no era una simple bendición, sino que Dios bendecía lo que José hacía.
Si miras atrás en tu vida te darás cuenta que todo lo que lograste fue porque accionaste y te animaste. Seamos como José y Josué por un lado siempre fieles y pacientes, pero sin dejar de lado el esfuerzo, la acción y el espíritu emprendedor. Hoy el Señor nos dice: “Todo lo que emprendas te saldrá bien” ¡Simplemente Hazlo!
Si miras atrás en tu vida te darás cuenta que todo lo que lograste fue porque accionaste y te animaste. Seamos como José y Josué por un lado siempre fieles y pacientes, pero sin dejar de lado el esfuerzo, la acción y el espíritu emprendedor. Hoy el Señor nos dice: “Todo lo que emprendas te saldrá bien” ¡Simplemente Hazlo!
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