martes, 13 de septiembre de 2016

Fracasando para triunfar

FRACASANDO

A un destacado industrial se le preguntó cómo había llegado a un éxito tan marcado en sus actividades. Y el hombre se limitó a contestar: «Fracasando». A primera vista, su respuesta parece un error o una broma. ¿Cómo alguien podría triunfar mediante el fracaso? Sin embargo, la palabra de este exitoso industrial encierra un pensamiento digno de consideración.
Se dice que en el trabajo de los investigadores, casi siempre cuando llegan a un fracaso luego de mucho esfuerzo, les espera poco después un buen descubrimiento.
Parecería que los fracasos y las derrotas fueran como el cuaderno lleno de errores y borrones, con el que comenzamos a escribir. Tenemos que pasar primero por esa etapa, antes de poder aprender a escribir correctamente.
¡Cuánto nos contrariamos frente a un fracaso, sin reflexionar que detrás de él y de la lección que nos enseña, puede estar escondido un éxito brillante! Por supuesto, a todos nos agradaría triunfar sin tener que fracasar primero. Pero como esto no siempre es  posible, debemos admitir los fracasos sin temor, como un estímulo para la superación. 
¿Te espantan los fracasos que has tenido, o quizá alguno que tengas en este preciso momento? Entonces es hora de que te levantes con fe, optimismo y voluntad. Hoy Dios puede tenderte Su mano poderosa. El que anda con Dios siempre llega a su destino. «Al que a Mí viene, no le echo fuera». (Jn. 6:37)

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