UN HOMBRE ÍNTEGRO
Bobby Jones no era solamente un golfista talentoso. También ejemplificaba los principios del espíritu deportivo y el juego limpio. Cuando era amateur, en las eliminatorias finales del Abierto de 1925 en el club deportivo Worcester, se encontraba en un partido.
Entonces, la pelota terminó en el rough, un poco fuera del fairway, y cuando se disponía a dar un golpe, el palo hizo que la pelota se moviera un poco. Se enojó consigo mismo, y de inmediato miró a los árbitros y se marcó a sí mismo una falta. Los árbitros hablaron entre ellos y preguntaron al público si alguien había visto ese movimiento de la pelota de Jones. Llegaron a la conclusión de que ninguno de ellos había visto lo que pasó, así que dejaron la decisión a Jones.
Bobby Jones se dio una penalidad de dos golpes, sin saber que perdería el torneo por ese golpe. Cuando lo alabaron por ese gesto, Jones respondió: «Es como si elogiaran a alguien por no robar un banco».
Tomado de La Familia Internacional
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