lunes, 19 de marzo de 2018

Entrégate a Dios

Frecuentemente tenemos la sensación de revivir situaciones del pasado, momentos que nos llenan de felicidad y tristeza. Pero que tanto estamos preparados para retomar de nuevo estos pensamientos? Creo que no lo estamos. La nostalgia es una sensación de vacío que evoca carencias y ataduras que son solo idealizaciones que ya fueron.
Esta sensación de vacío solo se podría llenar siendo capaces de sentir el poder de DIOS en nosotros, sentir nuevamente la sensación de ser niños de vivir sin preocupaciones solo viviendo el presente, viviendo con lo básico, viviendo simplemente, disfrutando cada instante de nuestras vidas como si fuera el ultimo.
Abandonarnos en Dios es la forma más simple y diáfana de volver a ser niños, de volver a ser los consentidos de él. De experimentar que habrá días de felicidad mayor solo si lo tenemos a él a nuestro lado.

Evaluar estos comportamientos nos generaran mayor tranquilidad, llenar esos vacíos que en la adultez nos agobian será parte de esa transformación para él, porque solo él nos podrá dar todo lo que queremos si lo tenemos dentro de nosotros. Abandonar el gusto por lo material, por lo mundano, por llenar y nutrir tu vida de buenos pensamientos, buenas obras y sobre todo paz interior es el inicio de ese camino hacia él.
Sentir como a veces la vida se nos convierte en un torbellino de situaciones delicadas y sin sentido nos está mostrando cuan alejados estamos de él y cuanto lo necesitamos dentro de nosotros. Reparando esas heridas del pasado que muchas veces no nos han dejado seguir adelante con nuestras vidas.
Establecer para nuestra vida nuevas prioridades sin involucrar lo material, solo lo espiritual es parte de ese nuevo renacer, el camino no es fácil, estará llena de pruebas y retos. Está en nuestra determinación de cambio, fortaleza y resiliencia establecer como lo vamos a hacer, cual camino vamos a elegir y sobre todo cuan dispuestos lo estamos a cumplir.
Las sensaciones de derrota, de opresión, de humillación, podrán afectarte físicamente, hasta el punto de desgastar tu cuerpo de una manera tal en la cual no vas a ver salida a ese túnel que cada vez se va haciendo más largo y oscuro, pero que al finan veras que esa luz crecerá internamente, sanara tu cuerpo, tu ego y tu alma.
Esa luz se llama Dios (Juan 8:12), estará en cada uno de nosotros que estamos recorriendo este camino avivarla y llevar esa llama dentro de nosotros hasta el final de los días, porque solo él es y será, solo él es el principio y el fin (Apocalipsis 1:8). Queda para interiorizar que la vida es como un paseo en tren, que solo tú decides donde te subes y solo tú decidirás hasta dónde quieres llegar.

Dios los bendiga hoy y siempre.
© German Andres Pombo Torres. 

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