miércoles, 14 de marzo de 2018

Mil razones en pocas palabra

Mil razones en pocas palabra


1. Protector y refugio seguro
Sería bueno que en todo momento tuvieses presente lo siguiente: “Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia, y protector de los que en él confían” (Nahúm 1:7).
2. Ante los problemas, contrariedades y dificultades
Los problemas siempre estarán presente en nuestras vidas, no podemos desanimarnos cuando nos sucedan, lo importante es no perder la paciencia y seguir confiando en Dios. “Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente y los problemas nos persiguen, pero Dios no nos abandona. Las contrariedades nos hacen caer, pero no nos destruyen” (2 Corintios 4:8-9).

3. La seguridad de estar a salvo
El Dios de la vida y del amor, no nos desampara ni nos deja sólo, Él actúa en todo momento. Aprende a decir como el salmista: “Aunque pase yo por grandes angustias, tú me darás vida; contra el furor de mis enemigos extenderás la mano y tu mano derecha me pondrá a salvo” (Salmo 138:7).
4. Alegre y confiado en Dios
Dios Todopoderoso, conoce todo de nosotros ¿ crees que el nos abandonará en el momento de la prueba? ¡Alégrate! porque Él siempre está atento con sus hijos. Di con gratitud: “Me alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma” (Salmo 31:7)
5. Todo se mueve por orden de Dios

Si tú pones toda tu confianza en Dios, Él moverá las cosas y situaciones de tal manera que saldrás favorecido por su gracia. “Sabemos que Dios va disponiendo todo para el bien de los que le aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan” (Romanos 8:28).
6. El auxilio divino
Con la asistencia divina de Dios puedes contar para siempre. Él tiene un gran propósito de salvación escondido en esa circunstancia compleja que vives. “A las montañas levanto mis ojos; ¿de dónde ha de venir mi auxilio? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra” (Salmo 121:1-2).
7. Encomienda todo al Señor
Toda carga, preocupación o problema que esté turbando tu alma, colócalo bajo el amparo del que todo lo puede. “Pon tus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ti” (1 Pedro 5:7).

8. Hoy es el día
Ponte en camino, actúa en este instante por ese problema que te inquieta en este momento. “No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le bastan sus propias preocupaciones“” (Mateo 6:34).
9. Así como recibes, debes dar
Todo ese amor con que Dios te ha inundado, aprende a multiplicarlo y entregarlo a los demás, sobre todo a los que sufren, para que puedan conocer lo bueno que es el Señor. “Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios” (2 Corintios 1:3-4).
10. La oración para tener paz en el corazón
Suplica, ruega, implora al Padre bueno que te de la paz en toda circunstancia de tu vida. Para Él no hay problema muy grande. “No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia, recurran a la oración y a la súplica, acompañadas de acción de gracias, para presentar sus peticiones a Dios. Entonces la paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar, tomará bajo su cuidado los corazones y los pensamientos de ustedes en Cristo Jesús“. (Filipenses 4:6-7).
Gracias querida Biblia, recordar estos textos me calman el alma, la mente y el corazón de manera que quiero dormir en los brazos de Dios, viéndome de niño descansando el regazo de mi madre.

Responde en Comunidad o en el Silencio de tu Corazón:
En momentos de angustia, ¿recurriste a los brazos de Dios? ¿Qué resultado obtuviste? ¿Obtuviste la Paz que necesitabas?
¿Por qué problemas deberíamos angustiarnos menos y dejarnos llevar más por el auxilio del Señor?
© Dennis Carpio. 


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