Romanos 13:11-14 / Efesios 5:14-16
Efesios 5:14-16 “…Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. 15 Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos…”
Pablo comunica a las Iglesias su sentido de urgencia debido a lo sutil que es lo malo.”Los días son malos” necesitamos el mismo sentido de urgencia porque también nuestros días son difíciles.
Unos de los ataque más directos de Satanás es hacia la Iglesia. La pereza, poco caso, desobediencia, sueño espiritual. Cuyos ataques están debilitando al pueblo de Dios.
Pablo compara al creyente con un soldado que está listo para la batalla.
2 Timoteo 2:4 “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado“.
Estamos durmiendo en medio de una guerra.Efesios 6:12 “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes“.
En la vida cristiana batallamos en contra de fuerzas malignas poderosas, encabezadas por Satanás, un luchador vicioso. Para contrarrestar sus ataques, debemos depender de la fortaleza de Dios y usar cada pieza de la armadura.
Dios ha provisto de armas espirituales a los creyentes de todas las Iglesias, no solamente a los pastores sino a todos sus siervos. Efesios 6:11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo“.
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Seamos vigilantes espirituales.
Ezequiel 33:6 “Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya“. Dios designo a Ezequiel para que fuera un atalaya, para predicar juicio y esperanza al pueblo de Israel.
1 Tesalonicenses 5:6 “Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios“. LOS ESFUERZOS POR DETERMINAR LA FECHA DEL REGRESO DE Cristo son necios. Nadie sabe el día ni la hora. El Señor volverá sorpresivamente, advierte Pablo.
Conclusión:
Dios nos llama a levantarnos del sueño. Aunque no sabemos cuántos días nos quedan, el tiempo es corto para hacer todo el trabajo que nos falta. Pablo observa que nuestra liberación de las penas de esta vida, que se logrará con el regreso del Señor, “está más cerca que cuando creímos”.
Cada día nos acerca más a esa hora de salvación.Si estaba cerca en aquel tiempo, ¿cuánto más cercana está ahora? Así que, debemos despertar y reconocer que nos queda poco tiempo. Es hora para trabajar.
Debemos despertarnos del sueño y prepararnos para trabajar, ya que dentro de poco no podremos hacerlo. Tal vez uno de los trucos favoritos de Satanás es adormecernos.
Nos hace creer que nos queda bastante tiempo, y susurra a nuestro oído: “Lo que no se hace hoy, siempre puede hacerse mañana. Ya han pasado casi dos mil años desde la primera venida de Cristo. ¿Quién sabe? ¡Tal vez pasarán otros dos mil años! A lo menos no es probable que venga esta semana. Cálmense, queda tiempo todavía”.
© Juan Carlos Jimenez.
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