viernes, 31 de julio de 2015

Da y recibiras

SI DAS, RECIBIRÁS
Reza una leyenda que había un monasterio cuyo abad era muy generoso. Jamás negaba alojamiento a un mendigo y siempre daba todo lo que podía. Lo extraño del caso es que cuanto más daba, más próspero se volvía el monasterio.
Al morir el viejo abad, fue sustituido por otro de naturaleza totalmente opuesta. Era mezquino y amarrete. Un día llegó un anciano al monasterio pidiendo alojamiento. Aducía que años antes ya le habían dado resguardo una noche. El abad se lo negó, alegando que el monasterio no podía darse el lujo de hacer honor a su proverbial hospitalidad.
—Nuestra abadía ya no puede ofrecer pensión a extraños como hacíamos cuando éramos más prósperos. Hoy en día nadie hace ofrendas para nuestra obra.
—No me sorprende —dijo el anciano—. Creo que se debe a que echaron a un monje del monasterio.
—No recuerdo que jamás hayamos hecho eso —respondió el abad desconcertado.
—Por supuesto que sí —replicó el anciano—. Y tenía un hermano gemelo. El que fue expulsado se llamaba Dad, y su hermano, Se Os Dará. Como echaron a Dad, Se Os Dará resolvió irse también.

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