viernes, 29 de enero de 2016

Haz cambios en tu vida


Fíjate una meta hoy: «Voy a probar algo distinto. Voy a encarar una tarea que llevo tiempo postergando. Voy a reanudar una vieja amistad o entablar una nueva». Un pequeño reto de ese tipo puede obrar maravillas.
El cambio habitualmente sirve de catalizador del progreso.
Sácate de la cabeza la idea de que toda crítica es mala y debe evitarse. Viene bien saber en qué aspectos se debe cambiar. ¿De qué otra manera se pueden hacer progresos?
No tengas miedo de cambiar. A lo mejor descubres que es la solución que andabas buscando.
Suele ser más fácil hacer las cosas como siempre que introducir cambios. Éstos requieren tiempo y esfuerzo, pero si son para bien, a la larga valen la pena.
Nunca tengas miedo de los cambios; teme más bien el estancamiento.
Lo que pasó, pasó. Hoy empiezas de cero, es el principio de una nueva etapa.

jueves, 28 de enero de 2016

Decisiones

DECISIONES

La vida está llena de decisiones. Todos los días nos vemos obligados a tomar algunas, grandes o pequeñas, y cada día que pasa tenemos un historial cada vez mayor de decisiones tomadas. Algunas nos resultaron bien, otras mal, otras en parte bien y en parte mal, y otras más todavía no se sabe. En todo caso, cada una de ellas contribuyó a hacer de nosotros lo que hoy somos.

Los siguientes son algunos principios que a mí me han servido al reflexionar sobre el pasado y los factores que me han conducido a mi situación actual.

Nuestro futuro no está limitado por nuestro pasado. Independientemente de las decisiones que hayamos tomado, de las que otros hayan tomado por nosotros y de nuestras circunstancias actuales, el futuro sigue siendo tan halagüeño como las promesas de Dios, dos de las cuales son: «Si tenéis fe, […] nada os será imposible», y: «Al que cree todo le es posible». Si no estás en la situación en que desearías estar, aún hay tiempo para cambiar eso. Mientras da vueltas el cielo, hay esperanza en el suelo. María Fontaine

miércoles, 27 de enero de 2016

Pasemos por alto los errores ajenos

PASEMOS POR ALTO LOS ERRORES AJENOS
La capacidad de perdonar es una de las virtudes más valiosas que hay. Forma parte de la naturaleza y esencia de Dios. Al perdonar te alzas por encima de la pequeñez de espíritu de los mortales.
Se necesita fe y optimismo para pasar por alto los errores ajenos y ser capaz de ver lo bueno que puede salir de ellos. Es un don que mucha más gente podría tener si se lo pidiera a Dios.
Cuando se desate un conflicto, accede a escuchar a la otra persona, por muy difícil que te resulte oír su versión de los hechos o por mucho que discrepes de ella. Si ve que la escuchas, que vas a obrar con sensatez y disculparte si la situación lo amerita, lo más probable es que ella haga lo mismo.
Si tienes que pedir perdón, lo mejor es hacerlo enseguida.
Es una pena que dos personas pasen días, meses o incluso años distanciadas a causa de un malentendido que podría haberse resuelto si una de las dos hubiera manifestado más humildad, amor o comprensión.

martes, 26 de enero de 2016

Lo que pasó ,pasó

LO QUE PASÓ, PASÓ
Fíjate una meta hoy: «Voy a probar algo distinto. Voy a encarar una tarea que llevo tiempo postergando. Voy a reanudar una vieja amistad o entablar una nueva». Un pequeño reto de ese tipo puede obrar maravillas.
El cambio habitualmente sirve de catalizador del progreso.
Sácate de la cabeza la idea de que toda crítica es mala y debe evitarse. Viene bien saber en qué aspectos se debe cambiar. ¿De qué otra manera se pueden hacer progresos?
No tengas miedo de cambiar. A lo mejor descubres que es la solución que andabas buscando.
Suele ser más fácil hacer las cosas como siempre que introducir cambios. Éstos requieren tiempo y esfuerzo, pero si son para bien, a la larga valen la pena.
Nunca tengas miedo de los cambios; teme más bien el estancamiento.
Lo que pasó, pasó. Hoy empiezas de cero, es el principio de una nueva etapa.

lunes, 25 de enero de 2016

Recordatorios

RECORDATORIOS

En el mundo actual es un desafío vivir como seguidor de Jesús; sin embargo, cuando los pensamientos, acciones y días son dirigidos por principios divinos, se vuelve más fácil. La decisión correcta por lo general se ve con claridad cuando evaluamos las opciones que tenemos frente a nosotros a la luz de nuestros valores centrados en Cristo; cuando consideramos cómo Jesús habría enfocado la situación.

A medida que vivimos, tenemos experiencias, aprendemos, tenemos momentos de descubrimiento o clarividencia a menudo seguidos de este pensamiento: «Espero acordarme de esto en el futuro».

El aprendizaje es una trayectoria de toda la vida y, lamentablemente, a veces por el camino cometemos los mismos errores, o parecidos. Lo sabíamos... pero lo olvidamos, o no relacionamos ambos hechos. Si no hubiéramos olvidado las verdades aprendidas —ya sea por experiencia propia o de otras personas— y las tuviéramos muy presentes, habríamos evitado muchos problemas. Pero somos humanos. Estamos demasiado ocupados. Distraídos. Olvidamos las cosas. Necesitamos la ayuda de otros. Necesitamos recordatorios.

La segunda epístola de Pedro 3:1 trata la cuestión relativa a la eficacia de los recordatorios inspirados por Dios, como una forma en que Él quiere que nos ayudemos mutuamente a permanecer fuertes en la fe, a espabilarnos, inspirar progreso y alentarnos a hacer buenas obras. Ese versículo dice:
Amados, ésta es ya la segunda carta que les escribo, en las cuales, como recordatorio, despierto en ustedes su sincero entendimiento. […]

El apóstol Pedro escribía una epístola a los creyentes del norte de Galacia. Su público se componía de cristianos firmes. Habla de ellos como de mente sincera; les encantaba la Palabra de Dios. En su primera carta, se dirige a sus lectores como personas de gran fe, iguales a los apóstoles.

[…] a los que han recibido una fe como la nuestra [refiriéndose a los apóstoles], mediante la justicia de nuestro Dios y Salvador, Jesucristo[1].

La intención de sus misivas no era tratar de convencerlos ni discutir con ellos, sino motivar a aquellos dedicados seguidores de Jesús; que pusieran atención en temas que ya conocían, en lo que creían, pero que tal vez no habían pensado o no habían hecho. Este es un ejemplo de algunos recordatorios que dio a sus colegas seguidores de Cristo.

Precisamente por eso, esfuércense por añadir a su fe, virtud; a su virtud, entendimiento; al entendimiento, dominio propio; al dominio propio, constancia; a la constancia, devoción a Dios; a la devoción a Dios, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

Porque estas cualidades, si abundan en ustedes, les harán crecer en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo, y evitarán que sean inútiles e improductivos.

Por eso siempre les recordaré estas cosas, por más que las sepan y estén afianzados en la verdad que ahora tienen. Además, considero que tengo la obligación de refrescarles la memoria mientras viva en esta habitación pasajera que es mi cuerpo[2].

Todos necesitamos recordatorios como ese de vez en cuando, y pueden llegar de muchas fuentes: un podcast, un consejo de un amigo, tiempo de quietud que se pasa en el estudio de la Palabra de Dios, meditación y escuchar los susurros de Dios, entre otras cosas. Los recordatorios de Dios son un elemento importante de nuestro crecimiento espiritual; pueden ayudarnos a mantenernos activos espiritualmente, sanos y con un buen equilibrio.

Es posible que en uno o dos aspectos de tu vida espiritual necesites un recordatorio. O bien, tal vez tu fe flaquea y necesitas que se te recuerde que Dios es capaz, que nada es imposible para Él y que el Señor te ayudará a seguir adelante en esta época difícil.


Todos necesitamos recordatorios a fin de que sigamos esforzándonos por ser como Jesús: misericordiosos, amorosos, compasivos, honrados, sufridos, gentiles, buenos, lentos para criticar y generosos para dar ánimo.

viernes, 22 de enero de 2016

¿Te sientes con las pilas bajas?

Seguramente ha habido momentos en que te sentiste exprimido hasta la última gota, en que no te quedaba ni pizca de energía o fuerza de voluntad. El mismo apóstol Pablo admitió haber estado tan abrumado que perdió «la esperanza de conservar la vida»1. No me cabe duda de que en algún momento muchos hemos estado así de desmoralizados, hasta el punto de que ni siquiera teníamos ganas de levantarnos por la mañana para no tener que hacer frente a otro día. Quizá te sientes así en este instante. Quizá llevas ya tiempo en una situación parecida.
Pero aquí está el detalle: Pablo, a pesar de sus dificultades y tribulaciones, tanto en forma de persecuciones externas como de dudas, desesperación y abatimiento interno, aguantó y perseveró. Dijo: «Por lo que a mi vida respecta, en nada la aprecio. Solo aspiro a terminar mi carrera y a culminar la tarea que me encomendó Jesús, el Señor: proclamar la buena noticia de que Dios nos ha dispensado Su favor»2.
Eso es algo que conviene que recordemos: «Pase lo que pase, voy a persistir. No voy a dejar que nada me aparte de la senda que Dios me ha trazado en la vida». Esa determinación fue lo que impulsó a Pablo, de modo que aunque estuviera en apuros, no desesperaba3.
«Manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano»4. ¿Cómo podemos ser inconmovibles? Aferrándonos a la Roca: Jesús5. Todo lo demás es inestable y puede ser arrastrado por las olas de la vida cuando nos zarandean. ¡Lo único que se mantiene firme y no se mueve ni un ápice es Jesús!
Por otra parte, no te preocupes si te consideras débil y te parece que tienes poco aguante. No hace falta que seas fuerte por ti mismo. Tu fortaleza proviene del Señor6. Basta con que concilies tu voluntad con la de Él y quieras aguantar. Él entonces te dará las fuerzas que necesitas aunque te parezca que ya no puedes más.
Lo que sí tienes que hacer es tomar la resolución de seguir al Señor cueste lo que cueste. Como dijo Isaías: «El Señor Dios me ayuda, por eso no soy humillado, por eso he puesto Mi rostro como pedernal, y sé que no seré avergonzado»7. En ese momento debía de estar pasándolas negras; sin embargo, resolvió aguantar contra viento y marea. Si haces eso mismo, tampoco tú quedarás avergonzado.
Al vernos agobiados por problemas es natural que nos preguntemos por qué es así. Entre otras cosas tenemos problemas porque la vida en sí es una lucha constante. Estemos donde estemos, seamos quienes seamos, cualquiera que sea nuestro trabajo, la vida —es decir, nuestra existencia humana en este mundo— trae consigo innumerables complicaciones, y no hay más vueltas que darle. Por extraño que parezca, tal es el plan de Dios.
A veces pensamos: «¿Cómo voy a lidiar con esto? ¡Es demasiado para mí!» Pues podemos hallar consuelo en el hecho de que el Señor lo ha permitido; forma parte de Sus designios para nosotros. A veces nos deja ver la montaña que se alza delante para que, agotados nuestros recursos, reconozcamos que sin Su ayuda no podemos seguir.
Si los problemas fueran menos graves y viéramos la posibilidad de resolverlos nosotros mismos, tendríamos la tentación de intentarlo. Es propio de la naturaleza humana. En cambio, cuando las cosas se ponen muy cuesta arriba y los problemas son enormes, suele llegar un momento en que verdaderamente se lo encomendamos todo a Él.
Independientemente de cómo nos sintamos, si amamos al Señor, andamos por fe y hacemos lo que manda Su Palabra, podemos estar seguros de que nuestra relación con Él es firme. Y desde luego sabemos que el amor que Él alberga por nosotros es constante, inamovible. Dice: «Con amor eterno te he amado. Las montañas podrán moverse y las colinas desaparecer, pero aun así Mi fiel amor por ti permanecerá. No te desampararé ni te dejaré»8.
Así pues, por más que nos sintamos presionados al máximo, no estamos abandonados. El amor de Dios nos acompaña permanentemente. Si te acercas a Dios, Él se acercará a ti9. ¡Un pensamiento reconfortante!
* * *
La próxima vez que te suceda algo aparentemente malo, busca en ello lo divino. Procura descubrir lo sublime en los acontecimientos prosaicos del diario existir. Busca la chispa, busca la luz.  Leigh Hershkovich

El cielo nublado no siempre es presagio de lluvia; tampoco las dificultades son siempre presagio de derrota.  Kevin McKoy

jueves, 21 de enero de 2016

La fe es la llave de la libertad

LA FE ES LA LLAVE DE LA LIBERTAD


La Esperanza se ilusiona; la Fe cree; la Paciencia aguarda tranquilamente.
La fe es un don que Dios concede a quien lo desea; sólo hay que pedírselo.
Aspiremos a lo más alto. No dejemos que nada fije límites a nuestra fe.
No te afanes por el día de mañana. Ahórrate la preocupación, que no te hará bien alguno.
El temor es una celda en la que uno queda encerrado. La fe es la llave de la libertad
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

miércoles, 20 de enero de 2016

El amor nunca cae en saco roto

EL AMOR NUNCA CAE EN SACO RATO
Si queremos que afloren las mejores cualidades en quienes nos rodean, infundámosles ánimo y demostrémosles afecto y aprecio.
Si eres tímido y te preocupa qué opinión tienen de ti los demás, recuerda que es probable que a ellos les inquiete la que tú tengas de ellos. Interésate por la gente: así caerán las barreras de la timidez.
Sé pródigo con tu amor en este día. Ama a tu prójimo. Ama a tu familia. Ama a Dios. Él se encargará de que no te falte amor; te repondrá todo el que entregues.
Si te parece que tienes algún peso que no puedes sobrellevar, tal vez es que debes compartir la carga con alguien.
El amor nunca cae en saco roto; es una inversión que rinde al ciento por uno.

martes, 19 de enero de 2016

La cláve para superar obstáculos

Esa es la clave para superar obstáculos: la fe. Cuando tenemos la inconmovible convicción de que Jesús nos ama y vela por nosotros cualesquiera que sean nuestras circunstancias, se hace viable aun lo aparentemente imposible. Con frecuencia nuestra reacción inicial ante un problema es la contraria: nos sobreviene una actitud derrotista, de desaliento y depresión. Sin embargo, Jesús quiere que recibamos ayuda y estemos felices, no descorazonados y abatidos. Por eso nos dice una y otra vez cuánto ansía que acudamos a Él en momentos de dificultad y que al encontrarnos débiles, reposemos en Sus brazos. Y cuando lo hacemos, Él se lleva nuestras cargas y nos ayuda a resolver nuestros problemas.

lunes, 18 de enero de 2016

Dios anduvo en la tierra

DIOS ANDUVO POR LA TIERRA

Peter A.

La Palabra de Dios atribuye emociones a Dios: amor, aborrecimiento, furor, arrepentimiento, dolor, compasión, indignación, paciencia, generosidad, gozo, etc.
Cuando Moisés le preguntó a Dios Su nombre, Él se lo dijo: «Yahveh, Yo soy». El hecho de tener un nombre y dárselo a otro es un acto propio de una persona. Tiene también títulos que lo describen como persona, a saber: Padre, Juez, Pastor y Marido.
Nada demostró más claramente que Dios actúa como persona que Su revelación de Sí mismo en Jesús. En Jesús, Dios anduvo por la Tierra, y en todo, en cada acto, se condujo como persona, tanto que murió personalmente para que pudiéramos alcanzar la salvación.
Nuestro Dios no es un ser distante y desinteresado. Actúa como persona y se relaciona con Su creación. Se nos ha dado a conocer a través de Su Palabra. Nos ha mostrado cómo es Él. Se interesa en nosotros como individuos. Con la salvación ha dispuesto una vía para que podamos vivir eternamente con Él. Por la fe en Jesús, el Hijo de Dios, nos volvemos hijos de Dios. Esto nos permite establecer contacto personal con Él, comunicarnos con Él, oír Su voz y tenerlo como confidente.
Él tiene comunión con nosotros, permanece en nosotros y nos ama. Nosotros tenemos comunión con Él, permanecemos en Él y lo amamos. Existe una relación personal entre Él y nosotros. ¡Qué increíble y qué maravilloso! 

viernes, 15 de enero de 2016

¡Gracias, Jesús por el amor!

¡GRACIAS, JESÚS POR EL AMOR!
           Tu Amor es luz, calor, desvelo. Tu Amor es compartir, creer, recibir. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Nunca causa temor, inquietud ni ansiedad. Nunca es sinónimo de presiones, problemas, dolor o preocupación. ¡Tú no eres más que luz, vida, libertad y amor! El Tuyo es un Amor sin medida, un Amor que nunca defrauda, un Amor que no conoce horas, un Amor que siempre está presente, un Amor que trasciende los vaivenes del tiempo.
            Tu Amor alcanza hasta la más lejana estrella y toca el lecho del más profundo océano. Tu Amor no conoce días, noches ni horas. ¡No deja de ser! ¡Es interminable, infinito, eterno!
            Te agradezco, Señor, que me hayas alzado en Tus brazos y me hayas introducido en Tu mundo, Tu mundo mágico de Amor. ¡Tu maravilloso paraíso! ¡Tu esfera gloriosa!
            Tu Amor sosiega mi corazón, impregna todo mi ser. Gracias, Jesús, por Tu Amor que sobrepasa mi entendimiento humano y mi comprensión carnal. ¡Gracias, Jesús, por el Amor!

jueves, 14 de enero de 2016

Sonríe, ¡Dios te ama!

SONRÍE, ¡DIOS TE AMA!
Sonríe. ¡Dios te ama! Sigue sonriendo, y los demás también lo harán.
De vez en cuando hace bien reírse de uno mismo.
¿Quieres eliminar las arrugas de tu rostro? Sonríe.
Sonríe. Puede que tu sonrisa sea el rayo de sol que alguien necesita en un día gris.
La alegría de corazón constituye buen remedio, pero un espíritu abatido puede ser causa de enfermedad.
La vida es como una caja de bombones. Cada uno tiene un aspecto distinto. Unos son crocantes, otros tienen nueces; unos son dulces, otros masticables. Pero todos son deliciosos a su manera, y si faltara alguno, la caja estaría incompleta.

miércoles, 13 de enero de 2016

No tiene nada de malo hablar a espaldas de otra persona

NO TIENE NADA DE MALO HABLAR A ESPALDAS DE OTRA PERSONA
No tiene nada de malo hablar a espaldas de otra persona,
siempre y cuando te limites a decir cosas positivas de ella.
El matrimonio entrega magníficos premios a los que se animan a hacer los sacrificios necesarios para cultivar una buena relación.
Todo el amor que das retorna a ti. Puede que no suceda enseguida, pero a la larga descubrirás que es cierto.
El amor tiene un poder extraordinario. Transforma el corazón, renueva el espíritu, infunde esperanzas al que las ha perdido, levanta al abatido, devuelve la salud y brinda felicidad al desdichado.
Quizá no resuelvas los problemas del mundo entero, pero ayudando a una persona contribuyes a la solución.

martes, 12 de enero de 2016

Dios con nosotros

Algunas personas no alcanzan a comprender cómo es que Dios bajó del Cielo y se encarnó; pero así fue. A mí no me resulta extraño. Es más, no me cuesta creerlo porque todos los días veo nacer a Jesús en el corazón de las personas. Él viene a morar en nosotros y transforma nuestra vida. Eso para mí es un gran milagro.
La Palabra de Dios dice que uno de los apelativos de Jesús es Admirable. «Un niño nos es nacido, Hijo nos es dado, y el principado sobre Su hombro; y se llamará Su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz»1.
A lo largo de Su vida fue una persona admirable, porque iba por todos lados haciendo el bien y sanando a los oprimidos2. Fue admirable también en Su muerte, toda vez que se entregó por nosotros para que alcanzáramos la vida eterna3. Admirable fue además Su resurrección, ya que se levantó de los muertos para que nosotros también pudiéramos vencer la muerte4. Por último, es asimismo admirable ahora en Su vida después de la muerte, pues vive para interceder por nosotros5.
Sin embargo, no basta con que Cristo, el Rey de reyes, naciera en Belén bajo aquella estrella que pregonó Su venida; Él debe nacer en nuestro corazón.
Tal vez hayas visto el famoso cuadro de William Holman Hunt en el que está Jesús de pie ante una puerta cerrada, portando un farol. Dicen que poco después que el pintor concluyera la que a la postre fue su obra más renombrada, alguien se acercó a él y le comentó que había cometido un error: la puerta no tenía manija.
—No fue un error —replicó Hunt—. Es la puerta de un corazón, y no puede abrirse sino desde dentro.
Jesús, el Salvador, no puede traspasar una puerta a menos que se la abran desde dentro. La Palabra de Dios dice: «A quienes lo recibieron y creyeron en Él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios»6. Acógelo en tu corazón. Cambiará tu vida.

lunes, 11 de enero de 2016

La venganza

LA VENGANZA

     Durante la guerra de Corea, un cristiano civil surcoreano fue
arrestado por los comunistas y sentenciado a morir fusilado. Pero al
enterarse el joven dirigente comunista de que el prisionero estaba a
cargo de un orfelinato para niños pequeños, decidió perdonarle la vida
y, en su lugar, matar a su hijo. Así fue que mataron al hijo de
diecinueve años en presencia de su padre.
     Con el tiempo la suerte de la guerra cambió y el joven líder
comunista fue capturado por las fuerzas de las Naciones Unidas, juzgado
y condenado a muerte. Pero antes de que se llevara a cabo la sentencia,
el cristiano cuyo hijo había sido muerto pidió que se le perdonara la
vida al asesino. Declaró que era joven y que no sabía lo que hacía.
—Dénmelo a mí —dijo el padre—, yo me encargaré de instruirlo.
     Las fuerzas de las Naciones Unidas le concedieron su pedido, y el
padre alojó al asesino en su propio hogar, donde cuidó de él. En la
actualidad el joven comunista es pastor cristiano.

     El perdón va más allá que la justicia; es la mejor venganza y el
sermón más convincente.

viernes, 8 de enero de 2016

Amémonos más unos a otros

AMÉMONOS MÁS UNOS A OTROS

María Fontaine


Al ser amorosos, generosos y abnegados, no solo permitimos que Dios se valga de nosotros para ayudar a los demás, sino que posibilitamos que nos conceda múltiples bendiciones, pues Él favorece a los desinteresados y altruistas. Dios bendice a quienes se entregan a los demás, y en cambio priva de algunas bendiciones a quienes siempre piensan primero en sí mismos e insisten en obrar a su antojo.
«Hay quienes reparten, y les es añadido más; y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado.»
El amor humano tiene sus limitaciones. Para desarrollar todo nuestro potencial y lograr todo lo que somos capaces de hacer, debemos estar llenos del amor de Dios. Él puede llenar nuestro corazón con más amor del que cabe imaginar siquiera, si solo creemos, lo recibimos y accedemos a ponerlo por obra.
Dejemos, pues, que el amor de Jesús reluzca a través de nosotros. Amémonos más unos a otros. Hagamos con los demás lo mismo que nos gustaría que hicieran con nosotros. Manifestemos el amor del Señor demostrando mayor perdón, comprensión y apoyo, mejorando la comunicación con los demás y realizando actos cotidianos de amor y desvelo.
Dediquemos tiempo y prestemos oído a quienes lo necesitan. Abramos nuestro corazón a los demás. Seamos prontos para perdonar y olvidar. Hagamos todo lo que esté a nuestro alcance por cuidar de nuestros hermanos. Prestémonos a ser el puntal o paño de lágrimas de alguna persona. No nos apresuremos a sacar conclusiones o a juzgar infundadamente. Concedamos más bien a los demás un margen de confianza. Procuremos de todo corazón dar buen ejemplo de amor incondicional. Sobrellevemos los unos las cargas de los otros y cumplamos así la suprema ley de Dios: el amor.

jueves, 7 de enero de 2016

No hay mal que por bien no venga

NO HAY MAL QUE POR BIEN NO VENGA

Gabriel García Valdivieso


Hace poco leí un artículo en que se explicaba que la vida no es —como muchos pensamos— una serie de altibajos, una alternancia de momentos culminantes en que uno se siente en la gloria, y profundas depresiones y hondonadas en que nos sumimos en el abatimiento o a lo menos en el aburrimiento y el esplín de la normalidad. La cosa no es tan extrema. Según Rick Warren, la vida es más bien como los dos rieles de una vía férrea: uno representa las cosas buenas; y el otro, las malas. Es decir, nuestra existencia discurre paralelamente sobre el riel de la fortuna y el de la adversidad. Eso para mí tiene mucho sentido. 
Casi todos los días vivimos momentos gratos y nos ocurren incidentes desagradables, disfrutamos de experiencias dichosas y pasamos por trances tristes. Es ahí donde entran en juego la gratitud y el optimismo. No hay mejor táctica para deslizarnos felizmente por el carril de la vida que dar gracias a Dios por todo, lo bueno y lo malo, las alegrías y los disgustos, y confiar en que a la larga todo revés, todo infortunio, redundará de algún modo en nuestro bien. Lo dije hace años en este poema, que hoy les dedico cariñosamente:
Que los hombres agradezcan
es lo más hermoso que hay.
No hay vista más pintoresca
que un «a Dios gracias», ¡caray!
Si a Dios no damos las gracias
por todo bien que nos es dado,
la Providencia será reacia
a darnos otro puñado.
Deja de lado las quejas
por algún que otro contratiempo.
¿Por qué no más bien festejas
que es poco tu sufrimiento!

miércoles, 6 de enero de 2016

Remóntate hasta alcanzar la victoria

REMÓNTATE HASTA ALCANZAR LA VICTORIA


Los grandes hombres no nacen. Dios los hace así a base de padecimientos.
No confundas un recodo del camino con el final del mismo.
Habiendo conocido las tinieblas, apreciarás mejor la luz.
Aunque el llanto dure toda la noche, si aguantas, la mañana traerá alegría.
Cuando la noche se presenta muy tenebrosa es cuando más se ve la luz de una vela solitaria.
No te desanimes cuando todo se vea negro. Enfrentar la derrota con un semblante adusto no mejorará la situación. En muchos casos, una sonrisa en medio de las lágrimas es ya una victoria.
Al practicar surf, cuando se acerca una gran ola, si uno no la monta es arrollado por ella. En vez de dejarte hundir por tus problemas, saca la cabeza por encima de ellos y remóntalos hasta alcanzar la victoria.

martes, 5 de enero de 2016

Te amo y te perdono

TE AMO Y TE PERDONO
Palabras de Jesús
En los momentos sombríos, Yo seré tu luz. En los momentos de tristeza, seré tu alegría. En los momentos de lucha, seré tu liberación. En los momentos de debilidad, te infundiré fuerzas. En los momentos de incertidumbre, Yo seré tu explicación. En momentos de duda, seré fe para ti. Y algo más importante todavía: soy amor para ti. Te amo y te perdono.
No te desanimes, pues; no te descorazones. No mires atrás. No sientas remordimiento por errores o pecados cometidos. Lo pasado ya pasó. He cubierto esos errores y pecados. Lo que era como la grana será emblanquecido como la nieve. Como está lejos el oriente del occidente hice alejar de ti tus pecados.
Desde el primer momento en que imploras Mi perdón, desde el preciso instante en que clamas a Mí, te concedo Mi perdón. Por tanto, no hay ya motivo para que sigas preocupándote, temiendo y llevando la carga tú mismo.

lunes, 4 de enero de 2016

Maestro

MAESTRO
Para el año que comienza, oh Maestro,
solo una cosa quisiera:
no te pido felicidad
ni ninguna cosa terrena.
No te pido que yo entienda
el camino que me has marcado;
sino más bien que me enseñes a hacer
lo que sea de Tu agrado.
Quiero conocer Tu voz que me guía
y a Tu lado caminar siempre, Maestro.
Hazme pronto para oír
y para obedecer dispuesto.
Así comienzo el año hoy,
y será bienaventurado
si tan solo procuro hacer
lo que sea de Tu agrado.
Anónimo

viernes, 1 de enero de 2016

¡Adiós, pasado, bienvenido, futuro!

¡Adiós, pasado! ¡Bienvenido, futuro!

    Al concluir un año más, y antes de que se inicie el nuevo, es conveniente detenerse un momento y pensar: "¿Qué progresos he hecho este año? ¿Habré hecho lo mejor que pude por Jesús, considerando todo lo que Él hizo por mí?" ¿Ha sido verdaderamente un año para el Señor, vivido para Él, mediante Su poder, Su fortaleza y Su guía, conforme a Su voluntad? ¿Ha tenido los frutos del Espíritu, los frutos de Su Palabra? ¿Ha sido un año por el cual te sientes agradecido, seguro de haber complacido al Señor?
     También es un momento apropiado para considerar las bendiciones recibidas. ¿De qué acontecimiento del pasado año te sientes más agradecido? ¿Cuál es tu oración, o tu esperanza, para el año nuevo? ¿Cuál de las promesas de la Palabra de Dios invocas para el año que comienza?
     Al comenzar este año, te pedimos, Señor, que nos ayudes a mirar hacia adelante con fe y a trabajar aun más, más sacrificadamente y con mayor dedicación. Danos fuerzas para hacer lo que nos pidas; guíanos, oriéntanos y guárdanos en Tu voluntad, Señor. ¡Danos un buen año, y al margen de lo que nos traiga, ayúdanos a vivirlo plenamente para Ti!
     "¡Amanece un nuevo año; oh Maestro, que sea, sí, en testificación y victorias, otro año para Ti!"