PASEMOS POR ALTO LOS ERRORES AJENOS
La capacidad de perdonar es una de las virtudes más valiosas que hay. Forma parte de la naturaleza y esencia de Dios. Al perdonar te alzas por encima de la pequeñez de espíritu de los mortales.
Se necesita fe y optimismo para pasar por alto los errores ajenos y ser capaz de ver lo bueno que puede salir de ellos. Es un don que mucha más gente podría tener si se lo pidiera a Dios.
Cuando se desate un conflicto, accede a escuchar a la otra persona, por muy difícil que te resulte oír su versión de los hechos o por mucho que discrepes de ella. Si ve que la escuchas, que vas a obrar con sensatez y disculparte si la situación lo amerita, lo más probable es que ella haga lo mismo.
Si tienes que pedir perdón, lo mejor es hacerlo enseguida.
Es una pena que dos personas pasen días, meses o incluso años distanciadas a causa de un malentendido que podría haberse resuelto si una de las dos hubiera manifestado más humildad, amor o comprensión.
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