Isaías 40:29-31 dice: “El Señor da fuerzas al cansado, y aumenta el vigor del que desfallece. Los jóvenes se fatigan y se cansan; los más fuertes flaquean y caen; pero los que confían en el Señor recobran las fuerzas y levantan el vuelo, como las águilas; corren, y no se cansan; caminan, y no se fatigan”.
Los jóvenes y los más fuertes también se cansan, flaquean y se caen. Todos necesitamos recibir fuerzas del Señor porque el desaliento en la vida se puede presentar de muchas formas, distintas para cada uno. Una situación familiar que te desgasta, puede ser lo que absorbe todas tus fuerzas, al punto de desfallecer anímicamente, quitando todas tus ganas de seguir. Puede ser también una situación financiera, un desgaste en la salud, una relación conflictiva con otra persona, u otro tipo de situaciones desfavorables que producen que no quieras seguir luchando.
Te sientes dolido, quebrado, abatido y agotado física y espiritualmente. Dios conoce perfectamente nuestra debilidad, por eso ha dejado ésta promesa para nosotros. El Señor da fuerzas al cansado y las aumenta al que no tiene ninguna.
Ahora vamos a realizar una oración para recibir esta promesa de Dios. Repitamos juntos:
“Dios mío, hoy recibo tus fuerzas que eliminan mi cansancio, aumentan mi vigor y quitan el agotamiento que me desalienta. Recuperaré toda fuerza perdida y multiplicarás mi vigor para luchar. Sin ti soy débil, pero con tu presencia soy más que vencedor; lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”
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