La oración es respondida por el Señor si la hacemos con total sinceridad, transparencia y fe. Hay algunas oraciones que Dios no responde, porque lo que pedimos no se trata de la perfecta voluntad de Dios para nosotros, creemos que algo es lo que necesitamos, pero Dios tiene un plan mejor, y ese plan se ejecutará supliendo esa necesidad de alguna manera, aunque a veces no se resuelva exactamente como nosotros lo esperamos. Por eso debemos pedir lo que hay en nuestro corazón aunque no estemos seguros, dicha acción, involucrar a Dios para que nos ayude, la oración que le permite obrar en nuestra vida.
Lo que pedimos muchas veces no es respondido de inmediato, pero en el mundo espiritual se producen cambios, cadenas se rompen y se prepara todo para traer la respuesta. Semillas son sembradas en nuestro corazón que luego darán fruto. Es tan importante poner las cosas en oración porque siempre traen algún tipo de resultado y es la llave principal que abre la puerta a la intervención de Dios.
Hagamos juntos esta oración:
“Padre te abro las puertas de mi vida para que tomes el control de que cada situación que me toca vivir ahora. Precioso Espíritu Santo eres bienvenido para guiarme y enseñarme a orar en cada situación. Lo pido y lo creo en el nombre de Jesús. Amén”
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