¿Cuándo desahogas de veras tu corazón ante el Señor?
Todas nuestras pequeñas oraciones están bien y el Señor las escucha y sabe que son sinceras, y las contesta como corresponde. ¡Pero también tiene que haber momentos en que no nos contentemos con el curso habitual de las cosas, momentos en que acudamos con gran urgencia al Señor, en oración, para implorarle un cambio que nos esté haciendo falta y desahogar nuestro corazón delante de Él!
¡Jesús nunca falla! Él siempre responde cuando nos despertamos y hacemos un esfuerzo por clamar a Él de todo corazón. Él dice: "Me buscaréis y Me hallaréis, porque Me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jer.29:13). De todo corazón significa entrar en el Espíritu, ¡rogando y clamando al Señor con lágrimas!
La oración ferviente le sienta muy bien a tu alma, le hace bien a tu espíritu. ¡Es bueno para tu estado espiritual saber que le has abierto el corazón al Señor y que de veras te has desahogado ante Él con toda tu alma, con todo tu corazón y con todas tus fuerzas!
¿Cuándo oras tú de verdad? ¿Cuándo te pones de veras en el Espíritu? ¿Cuándo fue la última vez que le desahogaste tu corazón al Señor en oración, clamando fuertemente? ¡Debes hacerlo!
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