Para poder recuperar y conservar el gozo del Señor en el centro de tus pensamientos, ten presente que el tiempo en el que vives es algo muy breve y temporal que pasa, día tras día. En cambio, tu espíritu está salvo y vive para siempre. Yo ya pagué el precio de toda falta que hayas cometido o vayas a cometer en lo futuro. Te di acceso gratuito al Cielo. Te perdonaré para siempre. Aunque tus pecados sean como la grana, haré que sean emblanquecidos.
Eso es el gozo del Señor: darte cuenta de que eres pecador, pero te perdoné; tener presente que te amo incondicionalmente; que nunca te daré por imposible; que siempre que tiendas la mano hacia Mí la tomaré enseguida y te perdonaré; que entrarás en gozo eterno y solaz celestial para siempre cuando esta vida termine.
La Familia Internacional
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