PERSISTIR EN ORACIÓN
María Fontaine
Cuando por un tiempo has orado por alguien y no ves ningún cambio visible, o quizá hasta parece que esa persona empeora en vez de mejorar, es posible que te preguntes si vale la pena seguir orando. Puesto que los humanos tenemos la limitación del tiempo, nos cuesta esperar las respuestas a nuestras oraciones cuando por razones que no entendemos, esas respuestas no llegan, mes tras mes, o hasta año tras año.
Ayuda mucho aferrarse a las múltiples promesas que Dios nos ha dado en Su Palabra. Asimismo, es provechoso que periódicamente repasemos ejemplos anteriores de Su fidelidad con nosotros y con otras personas, cuando respondió a oraciones en el momento que a Él —no a nosotros— le pareció oportuno. Incluso si en algunos casos es posible que los resultados tangibles lleguen en la otra vida, el Señor no nos fallará ni nos desamparará.
La Familia Internacional
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