¡Nunca caminarás solo si tienes a Jesús en el corazón y te aferras a Su mano!
Con Jesús siempre tendrás compañía y amor. Donde sea que te encuentres estarás en Sus manos y Él cuidará de ti. Jesús es la única posesión que nunca tendrás que abandonar, dejar atrás ni perder. Puedes darlo a los demás tanto como quieras, que lo seguirás teniendo. Siempre estará cerca de ti (Mat.28:20; Heb.13:5).
Él siempre está presente. No es que el Señor a veces no esté; somos nosotros quienes a veces nos alejamos. A veces nos vamos tras otros afanes y lo dejamos a Él muy atrás. Pero Él nunca nos deja atrás a menos que no le sigamos... ¡es así de sencillo!
"¡Gustoso iré con Jesús por doquier. ¡Aquí o allá, mi dicha será estar con Él! Yo tengo por un gran honor llevar mi cruz. ¡Gustoso iré por doquier con Jesús!" "Si con voz apacible caminos desconocidos me pide recorrer, pondré mi mano en la Suya, diciendo: ¡Adonde quieras, iré!"
Ven con nosotros, Señor. ¡Es lo mejor que podemos desear: que tú estés con nosotros a cada paso del camino, y que nosotros vayamos contigo a cada paso del camino!
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