viernes, 14 de octubre de 2016

Paz



Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.  Mateo 5:9
Todos los hombres desean la paz, pero muy pocos desean lo que contribuye a la paz.   
Tomás de Kempis
Se siembra la paz desde la niñez, programando en el corazón las opciones que aseguran el respeto, la comprensión, la solidaridad, la justicia, la fraternidad, el perdón. 

 J. Dagorne
Para crear una paz interior, lo más importante es la práctica de la compasión y el amor, la comprensión y el respeto por los seres humanos. Los más poderosos obstáculos para ello son la ira y el odio, el temor y el recelo. De modo que es bueno que nos desarmemos internamente de estas armas negativas.  

Tenzin Gyatso, xiv Dalái Lama
A veces superar una enemistad es muy difícil, y no hay fuerza de voluntad —por férrea que sea— capaz de borrar los resentimientos y antagonismos de larga data. ¿Cómo se hace, entonces, para vencer los prejuicios, el miedo y la desconfianza? La respuesta puede resumirse en una sencilla palabra: con amor.

«El odio despierta rencillas; pero el amor cubrirá todas las faltas» (Proverbios 10:12). El amor verdadero nos lleva a ver más allá de las faltas ajenas, y nos motiva a aceptar y perdonar a una persona a pesar de que nos haya perjudicado. Podemos amar al prójimo y contribuir a traer paz al mundo. Basta con que pidamos al Príncipe de Paz —Jesús— que nos infunda ese amor por nuestros semejantes que tanta falta nos hace.

Tomado de La Familia Internacional

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