COBRA ÁNIMO…
Sra. Charles E. Cowman
Cobren ánimo y ármense de valor, todos
los que en el SEÑOR esperan. Salmo 31:24
Mantén la fe y la mira en Jesús.
Dediquémonos a ayudar a alguien que lo necesite y olvidémonos de nosotros.
Claro que eres un desastre total. Todos lo somos. Si ponemos los ojos en
nosotros mismos, nos deprimimos tremendamente.
No cedas al desaliento,
independientemente de lo intensa que sea la presión o lo que te acose. El alma
desalentada no puede hacer nada. Cuando se encuentra en ese estado, no puede
resistir las artimañas del enemigo, ni puede persistir en la oración por otros.
Busca las promesas de Dios y de cada una
de ellas repite: «Esta promesa es mía». Si de todos modos tienes alguna duda y
desaliento, desahógate con Dios y pídele que reprenda al enemigo de tu allma
que te fastidia tan despiadadamente.
En el mismo momento en que te apartes de
todo síntoma de desconfianza y desaliento, el Espíritu Santo aumentará tu fe e
infundirá fortaleza divina a tu alma. […] Ah, si nuestros ojos pudiesen
contemplar la sólida falange de fortaleza, de poder, que hay detrás de
cada vez que alguien se aparta de los ejércitos de tinieblas, dirigiéndose
hacia Dios, ¡entonces haríamos poco caso de los esfuerzos que hace el astuto
enemigo para afligirnos, deprimirnos y desalentarnos!
Todos los magníficos atributos del
Altísimo están de parte del más débil de los creyentes, que en el nombre de
Cristo y con una confianza sencilla, como la de un niño, se entrega a Dios y
acude a Él en busca de ayuda y guía.
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