¡Primero vienen la fe y la obediencia! ¡Luego Dios responde a la oración!
Vez tras vez, vemos en Su Palabra que Dios mandó a los hombres hacer algo antes de ayudarles. Le dijo a Moisés que si golpeaba la piedra, Él haría brotar el agua (Éxo.17:6). Cuando Jesús resucitó a Lázaro, dijo: "¡Quitad la piedra!" (Jn.11:39) ¡Manifestaron su fe al obedecer! ¡Si damos un paso de fe y es la voluntad de Dios, Él nos ayudará!
A Dios le gusta poner a prueba nuestra fe. Le gusta ver cuánto creemos en realidad, y a menudo no nos responde hasta que obedecemos lo que ya nos ha dicho o indicado. ¡A nosotros nos corresponde dar el paso de fe, extender la mano de la fe y obedecer a Dios si queremos recibir Sus bendiciones! Mas cuando obedecemos lo que sabemos que Dios quiere que hagamos, nos revela más verdad; al obedecerlo en eso, nos da un poco más... Y paso a paso, a medida que lo seguimos, Él nos muestra más y más.
No siempre podemos esperar a que Dios responda. Muchas veces no nos queda más remedio que lanzarnos por fe aunque no veamos dónde vamos a poner el pie. Agárrate fuerte de la mano de Dios y Él irá delante de ti, guiándote. Así es como se anda por fe. Aunque no veas lo que hay delante, ¡pon tu mano en la mano de Dios! (2Cor.5:7)
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