ACENTUAR LO POSITIVO
María F
Sean agradecidos en toda circunstancia,
pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo
Jesús. 1
Tesalonicenses 5:18
A menudo decimos por costumbre «qué
lindo día» cuando hace sol y «qué día tan feo» cuando llueve. Sin embargo, los
días lluviosos también pueden ser bellos, sobre todo cuando el Señor los trae
para nuestro bien, para mitigar el calor o para que las plantas crezcan. En
algunos lugares, la gente estaría sumamente agradecida por los días de lluvia. Cuando
hay sequía, escasea el agua y la tierra pide lluvia para las flores, la hierba
y las plantas que nos proporcionan alimentos, en esos casos, la lluvia se
agradece mucho. No se llama malo a un día de lluvia; se dice que es un día muy
bueno.
Debe de ser un poco ofensivo y doloroso
para el Señor cuando catalogamos de mala o de fea la hermosa
lluvia que con frecuencia necesitamos, pues muchas veces la lluvia no es mala
ni fea, máxime si las flores, plantas y árboles tienen falta de ella. Además,
si la vegetación la necesita, naturalmente que nosotros también, toda vez que
las plantas son esenciales para nuestro sustento, nos proporcionan el aire que
respiramos y son un deleite. Por eso, si lo que nos proponemos es tener una
actitud más positiva y pensar de manera más optimista, también debiéramos
renovar nuestro vocabulario y expresarnos de manera más positiva; porque es
bastante difícil decir que un día es malo y al mismo tiempo pensar bien de él.
No solo es preciso que cambiemos nuestro modo de pensar, sino también los
calificativos que ponemos a las cosas.
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