LA SENDA DE LA ENTREGA
Durante la Primera Guerra Mundial, dos hermanos se encontraban en
las trincheras, y uno de ellos al salir cayó malherido en «tierra de
nadie», una franja de tierra muy peligrosa situada entre trincheras en
el frente de combate. Cuando el hermano mayor que estaba en la trinchera
supo del apuro en que se encontraba su hermano menor, le dijo a su
superior: «¡Tengo que rescatarlo!» El oficial le respondió: «¡Imposible!
¡Te matarán en cuanto asomes la cabeza por la trinchera! ¡Ya sabes que
el enemigo siempre comienza a disparar en cuanto te asomas!» Pero el
hermano mayor se soltó del oficial, que lo tenía sujeto, salió a gatas
de la trinchera y se lanzó a «tierra de nadie» en busca de su hermano
menor, desafiando el constante fuego del enemigo. Allí lo encontró
moribundo, susurrando: «¡Sabía que vendrías!» El mayor, que para
entonces también había sido herido, a duras penas consiguió arrastrar a
su hermano menor de vuelta a la línea de los Aliados, donde ambos
cayeron moribundos en la trinchera. Con el rostro cubierto de lágrimas,
el oficial le preguntó al hermano mayor. «¿Por qué lo hiciste? ¡Te
advertí, que morirían los dos!» Pero el hermano mayor respondió, con una
última sonrisa: «¡Tenía que hacerlo! Él contaba con que lo haría; no
podía defraudarlo!»
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