Una forma de averiguar la voluntad de Dios es a través de una señal, de un vellón, de una indicación visible.
¡Poner un vellón es como hacer un trato con el Señor! Uno hace un acuerdo con Dios, le hace una propuesta. Uno pide una revelación específica. ¡Tal como hizo Gedeón!
Gedeón puso un vellón (piel de oveja) en el suelo y dijo: "¡Señor, si este vellón amanece mojado mañana, y todo el suelo seco, sabré que tal cosa es Tu voluntad!" El Señor lo hizo, pero Gedeón seguía inseguro, de modo que a la noche siguiente dijo: "¡Señor, si el vellón amanece seco y el suelo mojado, entonces lo creeré!" El Señor así lo hizo de nuevo, y Gedeón supo que Dios estaba de su parte. Si el Señor no hubiera obrado un milagro con el vellón, Gedeón habría podido desanimarse por completo y darse por vencido. ¡Pero cuando el Señor respondió, no quedó duda de que se trataba de un milagro! (Jue.6:36-40)
Cuando el Señor responde a un vellón, debes creer que Dios te ha hablado y que el resultado es la respuesta acertada. Si haces un trato con Dios, mejor será que cumplas tu parte, pase lo que pase. ¡Es tan importante que tú cumplas tu parte del trato y tu palabra, como que lo haga Dios! ¡Es una prueba de fe! Así que pon un vellón prudente, atente a él, ¡y sabrás que es Dios quien te responde!
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