jueves, 10 de agosto de 2017

El Espíritu de Dios es como una emisora que transmite sin cesar. ¡Sólo debes aprender a sintonizarte!

El Espíritu de Dios es como una emisora que transmite sin cesar. ¡Sólo debes aprender a sintonizarte!

     Así como en este instante el aire está poblado de ondas radiales invisibles al ojo, también el Espíritu de Dios siempre está presente, esperando que hagas contacto con él. Y de manera muy similar a cualquier aparatito receptor a transistores, has sido diseñado por tu Creador para recibir determinadas señales. La potencia de Dios siempre está activa. El mensaje siempre está presente. ¡Pero a fin de recibirlo debes encenderte y entrar en Su frecuencia!
     ¡En comparación con la extraordinaria potencia y la complejidad operativa de la estación de transmisión, tú como operador o receptor no necesitas mayor poder y apenas un mínimo de capacidad! La oración es la mano de la fe que gira el interruptor y pone en marcha el poquito de potencia que tú tienes. ¡Luego la mano de la esperanza busca con ansiedad la frecuencia de la emisión de Dios, y de súbito Su gigantesca emisora irrumpe atronadoramente con un volumen y un poder tremendos! ¡Y el mensaje surge con limpidez y claridad!
     ¿Tienes tu receptor espiritual encendido y en una posición de captación permanente, sintonizado con Su frecuencia? ¡De ser así, estarás en buena comunicación espiritual con Él, recibiendo constantemente Sus ondas y escucharás sin cesar Su voz hablándote al corazón! 

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