FUERZAS PARA CADA DÍA
J. R. Miller
La razón que Dios está en contra de la ansiedad por el futuro es que éste no está en nuestras manos. Él nos da la vida por días, días pequeños y uno por uno. Cada día trae sus deberes, sus necesidades, sus padecimientos y tentaciones, su dolor y tristezas.
Dios siempre nos proporciona las fuerzas suficientes para la jornada que nos da, con todo lo que pone en el día. Sin embargo, si insistimos en arrastrar todas las preocupaciones del mañana y las amontonamos encima de las de hoy, no tendremos la suficiente fuerza para llevar la carga. Dios no añadirá fuerzas solo para complacer nuestros caprichos de ansiedad y desconfianza.
Así pues, la enseñanza es que cada día es diferente y debemos ocuparnos estrictamente de lo que nos traiga. Charles Kingsley lo expresó así: «Cumple con tus deberes de hoy, combate la tentación hoy, y no te debilites ni te distraigas al mirar hacia lo que está delante y que no puedes ver, y que no entenderías aunque lo vieras».
En realidad el futuro no es asunto nuestro. Lo único que podemos hacer es prepararnos para el mismo cumpliendo con nuestras obligaciones de hoy.
Siempre podemos encargarnos de nuestra carga más pesada por un día, hasta que se ponga el sol. ¿Mañana? Es posible que no tengas un mañana; tal vez estés en el Cielo. Si estás aquí, Dios también estará aquí; y recibirás nuevas fuerzas, suficientes para el nuevo día.
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