El Príncipe de Paz
- Escrito por Gabriel García Valdivieso
No es pecar de pesimismo pensar que el mundo anda mal. La frialdad, la violencia y la degradación de los valores nos desconciertan día a día. A veces andamos a tientas en la oscuridad buscando un rayo de esperanza. ¿Lo habrá?
Hace dos mil años brilló sobre el pueblo de Belén una estrella nueva, y un ángel anunció a un corro de pastores: «He aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor»1. Esa noche estrellada Dios nos hizo el regalo más preciado que pueda haber: nos dio a Su Hijo Jesús.
Si bien vino al mundo como una tierna criatura, trajo consigo todos los magníficos dones de Dios. Cuando se hizo mayor, fue desenvolviendo uno por uno esos regalos, enseñándonos a amar a Dios y a amarnos unos a otros. Luego, al morir por nosotros, nos hizo el mayor regalo de todos: nos prometió vida eterna junto a Él en el Cielo.
Jesús desea vivir en el corazón de cada persona, sea quien sea y esté donde esté. Él nota la amargura, el sufrimiento y el dolor de los apesadumbrados. Se fija en los débiles, los enfermos y los fatigados. Conoce la desazón de los que sienten remordimientos por el pasado y aprensiones sobre el futuro. Ve a los perseguidos y a las víctimas de guerras, a los que han sido privados de esperanza y de una oportunidad en la vida. Escucha nuestro llanto y extiende Sus consoladores brazos. «No dejen que el corazón se les llene de angustia —nos dice—; confíen en Dios y confíen también en Mí»2. «Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque Yo he vencido al mundo»3.
Te deseamos una hermosa Navidad con tu familia. Que Dios les haga sentir Su amor y cariño.
1. Lucas 2:10,11
2. Juan 14:1 (NTV)
3. Juan 16:33 (NTV)
2. Juan 14:1 (NTV)
3. Juan 16:33 (NTV)
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