lunes, 11 de diciembre de 2017

¡PERDONADO!

Tema: “¡PERDONADO!”

Lectura: Salmo 103:1-12

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado” Salmo 32:1
Una madre acababa de arropar bien a su hijito, y esperaba escucharle orar. Pero él se había portado mal ese día, y ahora eso le estaba molestando. Así que dijo: “Mamá, quiero que ahora te vayas y me dejes. Quiero orar solo”.
Percibiendo que algo andaba mal, le preguntó: “Beto, ¿tienes algo que decirme?” “No, mami -respondió-. Tú simplemente me reñirías, pero Dios me perdonará y lo olvidará”.
Ese niñito entendía uno de los mayores beneficios de la salvación – la realidad del perdón de pecados. La Biblia indica que en Cristo “tenemos redención por Su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:14). Los que hemos recibido al Señor Jesús como Salvador disfrutamos de la libertad de la condenación eterna por el pecado (Romanos 8:1), y también podemos tener perdón y purificación diarios (1 Juan 1:9).
El apóstol Pablo dijo que la salvación provee estos beneficios adicionales: somos justificados (Romanos 3:24), y estamos en paz en Dios (5:1).
Nunca debemos tener la idea de que el Señor toma nuestros pecados a la ligera. Pero cuando reconocemos nuestra culpa con verdadero arrepentimiento, Dios está listo para perdonarnos a través de lo que Jesús hizo en la cruz. A nosotros nos corresponde aceptarlo.
Cuando Dios perdona un pecado, nunca lo vuelve a sacar a colación.

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