PARA NO PERDER LA SALUD MENTAL EN NAVIDAD
María Fontaine
Todos tenemos metas que alcanzar, múltiples responsabilidades y la multitud de detalles prácticos que ello supone y que nos toca atender. Hasta cierto punto, todos afrontamos el reto de mantenernos al día en el ámbito laboral y el familiar, o en algunos casos nos toca mantenernos al día en nuestros estudios. Eso sin contar nuestra vida espiritual y el compromiso de dedicar tiempo al Señor.
Así y todo, sea cual sea nuestra situación y por muy ocupados que estemos, hay ciertas cosas que podemos hacer o que en realidad tenemos que hacer; medidas que nos ayudan a evitar o combatir el estrés, o maneras de beneficiarnos más de los momentos que dedicamos a relajarnos, aunque no sean tan largos como quisiéramos. En algunos casos, lo que nos hace falta es ver desde otra óptica para no perder la salud mental.
Y a medida que hacemos lo que podemos —tanto en el aspecto espiritual como en el práctico—aprenderemos a lidiar mejor con las muchas obligaciones que tenemos y otras cosas que Dios permita que nos depare la vida. ¡Y lo bueno es que es posible llegar a aceptarlo y a fortalecernos con ello!
La Familia Internacional
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