No vale ocultar la cabeza como el avestruz, porque empieza a ser cada vez más frecuente la escena: el adolescente le viene a sus padres con esa historia. Y éstos se quedan descolocados. ¿Cómo reaccionar?
Pablo González, redactor jefe de este diario, se dirige a un ex Míster Gay, el italiano Luca di Tolve, ahora casado con una mujer y con un hijo, y le pregunta qué le diría a un chaval que siente atracción por alguien del mismo sexo. Luca responde a esa y a otras preguntas en la entrevista que te adelanto como suscriptor de Actuall
Luca di Tolve, 46 años, no es una ursulina precisamente. Conoce perfectamente el mundo gay porque participó en orgías, tuvo amantes del mismo sexo, organizó tours LGTB, fue durante años habitante de la noche en garitos y saunas, buscando la felicidad en el sexo y el alcohol. Y levantándose cada mañana con ganas de morirse.
Nadie mejor que él para responder a aquella pregunta. Sabe lo que es sentir esa atracción irresistible, y conoce el vertiginoso tobogán por el que uno puede deslizarse. Un tobogán de euforia pero también de dolor.
Luca vio consumirse a su amigo, el transexual Belladona, que se fue para el otro barrio, con sólo 24 años, dejándole un vacío en el alma. Y al propio Luca le hirió el zarpazo del SIDA, sumiéndole en un túnel de angustia.
Por todo eso ha pasado este hombre que llegó a ser campeón de concurso de musculitos: Míster Gay.
Y ahora está casado y tiene un hijo. Y se dedica a ayudar a otros. Él mismo lo cuenta: "Ayudamos a los jóvenes y luego les vemos cambiar. Han sido homosexuales mucho tiempo, y luego se enamoran de una mujer, se casan, son felices, están tranquilos".
¿Entonces? ¿Es posible superarlo? ¿No nos están bombardeando desde los Gobiernos -al dictado del lobby LGTB- que se nace homosexual? ¿No están prohibidas, bajo penas de multa, las terapias para recuperar la heterosexualidad?
A Luca nadie puede engañarle, ni venirle con cuentos políticamente correctos. Fue un chico del “ambiente”, se las sabe todas. Un hijo de su tiempo, con heridas sufridas en la infancia (su padre lo abandonó cuando era pequeño). Alguien que lleva las cicatrices tatuadas en el alma y que sabe mucho de hospitales de campaña.
Lo ha contado en un libro estremecedor: “Yo fui gay” (editorial LibrosLibres) que acaba de publicarse en España, en el que contaba "Durante veinte años sentí mucho placer, pero jamás sentí paz”. Estremecedor y esperanzador.
En la entrevista que le ha hecho Pablo en Actuall, Luca ofrece su testimonio, en el que el amor de una madre y la fe en un Padre son decisivos.
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