viernes, 29 de agosto de 2014

Dios de toda consolación

Dios de toda consolación

Charles Spurgeon

«Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación…»  2 Corintios 1:3

«Dios de toda consolación». En Dios se encuentran toda clase de consuelos. Sea lo que sea que requieras para sobrellevar tus aflicciones, Dios cuenta con la clase de alivio que necesitas. ¡Y está más que dispuesto a brindártelo! De eso no te quepa la menor duda, ten por seguro que te lo concederá si se lo pides.

¡Qué nombre tan alentador para todos los que se han desanimado con las pruebas de la vida, los obstáculos con que se han topado en este enorme y terrible desierto! Dios es el Dios de toda consolación; no de alguna, sino de toda consolación. Aunque necesites todos los tipos de consuelo que se han concedido jamás a los hombres, Dios los tiene guardados y te los dará.

Todo consuelo que puedan hallar los hijos de Dios cuando se encuentren enfermos o en prisión, necesitados o en medio de la depresión, el Dios de toda consolación se los dispensará conforme a su necesidad. 
 

jueves, 28 de agosto de 2014

Con amor

CON AMOR

La justicia con Amor te hace justo, sin Amor te hace duro.
La amabilidad con Amor te hace amable, sin Amor te hace hipócrita.
La inteligencia con Amor sirve a la razón, sin Amor te hace cruel.
La autoridad con Amor te hace guía y protector, sin Amor te hace déspota.
La amistad con Amor te hace generoso, sin Amor te hace interesado.
Ayudar al necesitado con Amor te hace servicial, sin Amor te da una
excusa para lucirte.
La alegría con Amor te ayuda a ver a Dios en todo, sin Amor te hace un
necio.
La libertad con Amor te hace capaz del mayor bien, sin Amor te hace un
abusador.
Tus éxitos con Amor te hacen crecer, sin Amor te hacen orgulloso.
Tus enseñanzas con Amor te hacen maestro, sin Amor te hacen arrogante.
La vida con Amor, lo es todo. La vida sin Amor, no vale nada.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Guarda tu lengua

Cuando una persona te confía un secreto es como si te hiciera un depósito muy valioso, por lo cual deberás poner todo tu empeño en no ir a divulgarlo por todas partes.
Un secreto es eso, un secreto, no un boletín de prensa que deberás poner en circulación.
Y si alguien te abrió su corazón de par en par y te dejó ver sus intimidades fue porque supuso que en ti había la suficiente discreción y lealtad como para ir a sufrir una traición de tu parte.
De  manera que por favor, guarda el secreto, sé confidente, no infidente.
Y si un buen día se resquebraja la amistad con aquella persona que te confío un asunto privado, y hasta te enteras de que ella sí anda contando las cosas que tú le referiste como personales, aún así, guarda su secreto.
Dale una lección de lealtad, no le pagues con la misma moneda, aprovecha la oportunidad para enseñarle qué significa ser fiable.
Y si el caso es de haber iniciado una nueva relación sentimental y tu nueva pareja insiste en que le cuentes detalles de lo que pasó con la anterior y qué se hacía y que no se hacía y que se decía y que no se decía, ponle los puntos sobre las íes y aclárale que tú no tienes el derecho de andar divulgando asuntos que pertenecen a otra persona y que todo aquello que se te confió fue bajo la clasificación de secreto.
Con esta actitud estarás demostrando que además de ser una persona en la que se puede confiar, igualmente eres alguien que ha sabido romper con el pasado y empezar a construir una nueva relación sobre bases de respeto y fidelidad.
El consejo del sabio Salomón en el libro de Proverbios en la Biblia es que no te entremetas con gente chismosa, pues al hacerlo corres dos peligros:
El primero es que te veas tentado a revelar secretos ajenos, que no son tuyos, que no te pertenecen.
Y el segundo es el que cuentes a una persona que no es de fiar aspectos privados que sí son tuyos, que son personales, que son de cuidado y que no se le pueden soltar a cualquiera.
Los chismosos son expertos en destruir matrimonios, quebrar empresas, dividir iglesias, lesionar amistades y arruinar reputaciones.
Y son tan astutos, sutiles y hasta diplomáticos, que se saben ganar la confianza de otros y por ello acceder a sus secretos.
Pero tú, resístelos, y resístete a ser como uno de ellos. ¡Sé una persona confiable!

martes, 26 de agosto de 2014

Deseo para ti

Deseo para ti…

Que tengas felicidad suficiente para conservar tu dulzura,
pruebas que te fortalezcan,

Tristezas para no perder tu sensibilidad,
esperanza para seguir siendo feliz,

Fallos que te mantengan humilde,
éxitos para atizar tus ansias de progreso,

Amigos para reconfortarte,
bienes para satisfacer tus necesidades,

Entusiasmo para avanzar con ilusión,
fe para desterrar la depresión,

Y determinación para que cada día resulte mejor que el anterior.
Anónimo

lunes, 25 de agosto de 2014

Apoyate en mi

Apoyarse más en Mí

Jesús, hablando en profecía

No es que se pueda o se deba desentenderse de los asuntos apremiantes del trabajo ni hacer como si no fueran asunto de uno para liberarse del estrés. No obstante, en las ocasiones en las que se tiene más trabajo de lo habitual conviene seguir las recomendaciones de muchos grandes hombres de Dios, que aprendieron el secreto para dirigir con eficacia: apoyarse más en Mí. La clave en esos momentos es acercarse más a Mí y pasar más tiempo conmigo. Con tanto como hay que hacer, la clave consiste en apoyarse más en Mí, confiar en Mí, pasar tiempo conmigo y alabarme; no tratar de asumir más por las propias fuerzas.
Cuando las circunstancias exigen mayores obligaciones o una mayor carga de trabajo, se debe priorizar la relación conmigo. Eso sigue siendo lo primero, y nada debe cambiar en ese sentido. La mayor prioridad siempre debe ser la misma.
En vez de exigirse más físicamente, conviene esforzarse por apoyarse más en Mí. Quienes me encomiendan el trabajo adicional y solicitan el poder de Mi Espíritu, en vez de procurar abarcarlo todo en sus propias fuerzas, descubren que el trabajo adicional les ayuda a crecer y madurar. Puede motivarlos a acercarse más a Mí y adquirir una mayor dependencia en Mí.
 

viernes, 22 de agosto de 2014

Espera pacientemente

Espera pacientemente

Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Santiago 5:7

Dios, valiéndose de Su inmenso libro ilustrado que es la naturaleza, te está enseñando a esperar, a sembrar la semilla y a aguardar a que el grano madure lentamente bajo el cielo paciente. Él no te entrega de un momento a otro cosas perfectas y plenamente desarrolladas, sino que planta semillas de cosas que paulatinamente crecerán, madurarán y llevarán fruto. Nos da primero yemas, luego flores que se abren en toda su plenitud, y por último el fruto perfecto. Adaptación de un texto de Hugh Macmillan (c. 1850)

¿No se cumple hoy tu esperanza?
Tú no te desmoralices,
que puede que sin tardanza
vengan días más felices.
Anónimo

jueves, 21 de agosto de 2014

Sonrie

El corazón alegre hermosea el rostro.
Proverbios 15:13
*
El mundo es como un espejo: si le muestras mala cara, te pondrá mala cara; sonríele, y te sonreirá.
Anónimo
*
En casi todos los casos, una sonrisa es producto de otra.
Frank Clark (1911–1990)
*
La sonrisa es el dispositivo de iluminación del rostro y el sistema de calefacción del corazón.
Anónimo
*
Si luces una sonrisa, tendrás amigos. En cambio, si andas con el ceño fruncido, no tendrás más que arrugas. ¿Para qué estamos si no para hacer la vida más llevadera a nuestros semejantes?
George Eliot (1819–1880)
*
Sonríe. Es una terapia gratuita.
Doug Horton (1891–1968)
*
Si sonríes descubrirás que la vida vale la pena.
John Turner (n. 1932) y Geoffrey Parsons (1910–1987)
*
Las arrugas deberían ser simplemente la huella de las sonrisas.
Mark Twain (1835–1910)
*
Sonríanse unos a otros. Sonrían a su mujer, a su marido, a sus hijos, a quien sea. Así se agrandará el amor que hay entre ustedes.
Madre Teresa (1910–1997)
*
Aunque en el mundo hay cientos de idiomas, una sonrisa los habla todos.
Anónimo  

miércoles, 20 de agosto de 2014

Las pruebas equivalen a bien

Las pruebas equivalen a bien
María Fontaine
Como «muchas son las aflicciones del justo» (Salmos 34:19), ciertamente es un consuelo saber que «a los que aman al Señor, todas estas cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados» (Romanos 8:28). Es más, es imprescindible que convirtamos esta promesa en un elemento fundamental de nuestra vida, para poder salir victoriosos de las numerosas pruebas, dificultades, batallas y tentaciones que enfrentamos.
Si no pasamos todo lo que nos ocurre por el filtro de Romanos 8:28, si no vemos siempre nuestras decepciones, penas, pruebas, enfermedades, oposición, batallas y todo lo demás con el enfoque de esta promesa, lamentablemente nos perderemos muchas enseñanzas importantísimas que Dios quiere transmitirnos. Además nos privaremos de la paz que sentimos cuando confiamos totalmente en esa preciosa promesa y principio.
Si aprendemos esta sencilla ecuación: «pruebas = bien», nuestra vida se enriquece, aprendemos más, tenemos más paz interior, y reconocemos más fácilmente la mano del Señor en los acontecimientos de nuestra vida. Es totalmente diferente —como de la noche al día— contemplar una riada de problemas, batallas, pruebas y tribulaciones esperando que suceda lo peor, o contemplarla con la ilusión y expectativa de descubrir todo el bien que sabemos que el Señor hará que nos traiga. 

martes, 19 de agosto de 2014

Oración vespertina

ORACIÓN VESPERTINA

C. Maud Battersby

Si a alguien hice hoy sufrir, Señor,
O por mi culpa alguien tropezó,
Si obstinado anduve en un error,
Perdóname.

Si dije algo en vano y no pensé
Que mis palabras iban a ofender,
Y si la angustia ajena ignoré,
Perdóname.

Por los pecados que reconocí
Y por las faltas que tal vez no vi,
Perdóname, y acércame a Ti,
Jesús mío. Amén.

lunes, 18 de agosto de 2014

Salir a caminar

 

Salir a caminar, claro, pero no creas que es un descanso
Dan Pallota, HBR, 27 de febrero, 2014

Cada mañana, hago una caminata de cinco kilómetros y medio por mi vecindario sin importarme el clima que mi ciudad de Nueva Inglaterra me ofrezca. Parto una manzana en dos y le doy la mitad a cada uno de los caballos en la esquina de la calle Cross. Los sonidos de sus mordiscos y sorbos me hacen partícipe de su felicidad.
Cuando era niño caminaba al colegio todos los días con John Flaherty, Doug Casey y Rollie Graham. Al final del día, después de práctica de debate, Bill Bailey, Paul Salamanca y yo volvíamos caminando a casa. No parábamos de hablar ni un minuto, y podríamos haber seguido otra hora más cada día para poder decir todo lo que hubiéramos querido.
Parte de la razón por la cual creé «Cáncer de mama, 3-días», una caminata benéfica, allá por 1998, fue para ofrecer a las mujeres con cáncer de pecho y sus simpatizantes el lujo de tener tres días para conversar, fantasear y reflexionar, sin tener que preocuparse de las contrariedades de cada día.
Pero nos equivocamos si pensamos que caminar no es más que una actividad para calmar la mente, una fuente de ejercicio o un pasatiempo de lujo. Cuando de trabajar se trata, una caminata puede aumentar claramente la productividad. En un sentido muy práctico, caminar puede significar trabajo y los trabajos se pueden realizar mientras caminamos.
El año pasado di la charla de clausura de la conferencia 2013 de TED. Esta charla se ha visto casi tres millones de veces y por ahora está entre las primeras 100 más vistas de todas las charlas TED de todos los tiempos. La ensayé de principio a fin durante caminatas que realicé en mañanas heladas por espacio de dos meses: enero y febrero. Lejos de ser un placer, esas caminatas no me ilusionaban, porque mis ensayos eran trabajosos. Mi productividad a esa hora era tan densa que me extenuaba mentalmente. Si por el contrario me hubiera quedado pegado al escritorio, ahí donde, según nos han enseñado a la mayoría, se logra el trabajo verdaderamente serio, hubiera sido más fácil, pero mucho menos productivo. Hubiera estado metido en internet cada cinco minutos para revisar mis páginas favoritas. Hubiera ido a conseguir un vaso de agua y unas galletitas. Hubiera revisado mis correos electrónicos. En cambio, al caminar uno no puede distraerse con esas cosas: está uno solo y concentrado en el trabajo.
Un estudio realizado por la sicóloga cognitiva Lorenza Colzato de la universidad de Leiden descubrió que las personas que salen a caminar o dan un paseo en bicicleta cuatro veces a la semana son capaces de pensar más creativamente que las que llevan una vida sedentaria. La Revista Británica de Medicina Deportiva descubrió que esos beneficios son independientes del estado de ánimo. La luz del sol también estimula los niveles de serotonina, que pueden mejorar la actitud.
Para mi estos hallazgos son totalmente ciertos. El primer kilómetro de mi caminata es un barullo de voces que compiten en mi pensamiento entre opiniones y listas de quehaceres. Pero después de dos o tres kilómetros, sin importar lo bajoneado y sin ánimos que haya estado cuando empecé, las voces se calman.
Henry David Thoreau pronunció aquellas célebres palabras: «Pienso yo que en el momento que las piernas se me empiezan a mover, mis pensamientos empiezan a fluir». El incremento de endorfina que proviene de subir una cuesta hace que la producción de ideas sea casi predecible. Hay claros momentos a lo largo de mis caminatas en los cuales las ideas me vienen a la cabeza y es como si cayeran de un árbol mágico situado a la vera del camino. El perfeccionamiento de muchas ideas o imágenes imprescindibles para mi charla de clausura TED 2013 me vinieron en ese mismo punto.
En todo caso cuesta trabajo. Las ideas no vienen así no más a no ser que me haya comprometido con el tema en cuestión. Si estuviera escuchando U2 estrepitosamente, lo cual sería mucho más fácil, esas ideas permanecerían soterradas o fuera de mi alcance.
El año pasado mi compañía, Advertising for Humanity, se encontraba al borde de una fecha límite para entregar un trabajo encargado por un cliente importante. Al cabo de meses de trabajo la idea simplemente no cuajaba. Una mañana mientras caminaba se me alumbró la mente. La nueva campaña ha sido un tremendo éxito. Nuestro equipo de creación salió a caminar hace unos meses para abordar otra tarea de gran magnitud. La caminata resulto ser mucho más eficaz que la pizarra para aclarar las ideas y destilar el problema hasta dar con su esencia. El espacio que creamos entonces nos llevó a dar con otra gran idea que resultó ser un éxito fenomenal.
Caminar es muy bueno para sostener conversaciones profesionales de corazón a corazón. Cuando dirigía una empresa grande en Los Angeles, frecuentemente salía a caminar con los empleados a lo largo del Sunset Boulevard para poder conversar y aclarar asuntos. El biógrafo Walter Isaacson señaló que la fórmula preferida de Steve Jobs para tener una conversación seria era salir a dar una caminata. No es un recreo. Es un cambio de aires, pero es trabajo. El movimiento hace que la conversación se torne menos rígida, más autentica, que entrañe más responsabilidad y sea más pareja.
Así que cuando te urja hacer algo, aléjate de la computadora y de la sala de conferencias y date un largo paseo. No es un lujo; es trabajo.



                      
 

viernes, 15 de agosto de 2014

El pozo milagroso

EL POZO MILAGROSO

Hoy en día, cuando necesitamos un poco de agua no nos hacemos problemas.
Vamos al caño, abrimos la llave y ya está, obtenemos la cantidad de agua
que deseemos.
Sin embargo, mi esposa Robbie y yo recordamos aún aquellos días en que
no era tan fácil. Allá por los años treinta de la Gran Depresión,
vivíamos en una casa pequeña de dos habitaciones, no muy lejos de la
casa-granja de mi suegro en Daysville, Tennessee.
Yo trabajaba en una empresa constructora de carreteras y para ir a
trabajar tenía que caminar 8 kilómetros en la mañana y la misma
distancia de regreso por la tarde.
En nuestra casa no teníamos ni electricidad ni cañerías de agua;
usábamos una estufa a leña para cocinar y calentar la casa. Y para lavar
la ropa y bañarnos íbamos a un arroyo que pacíficamente seguía su
armonioso recorrido a escasos cincuenta metros, pero para conseguir el
agua para beber y lavar la vajilla sí había que caminar para traerla del
manantial que quedaba en la pradera. ¡Era toda una peregrinación! Es
decir bajar unos 300 metros por la ladera, pasar bajo un portón de
madera, llenar los dos cántaros de diez litros cada uno y regresar
cuesta arriba con todo el peso encima. Era muy cansador para todos,
especialmente para mi esposa que siempre llevaba a nuestras hijas
pequeñas. A pesar de las penurias, no cesamos de darle las gracias a
Dios por todo lo que sí teníamos y nos sentíamos muy confiados que Él
estaba al tanto de todas nuestras dificultades y necesidades.
Un fin de semana, mi esposa Robbie se fue con las niñas a visitar a su
padre y me quedé haciendo limpieza en el huerto. Hacía mucho calor,
estaba moviendo la tierra, acomodando las hojas, extrayendo la mala
hierba; era un trabajo si bien muy saludable pero a la vez muy agotador.
Mientras disminuía mi ritmo para recuperar el aliento, sentí la
presencia de un extraño. Enseguida interrumpí mis labores. Era un hombre
alto con una camisa blanca muy limpia y pantalones negros. Estaba parado
frente a mí a unos escasos veinte metros. La verdad es que me sorprendí
muchísimo, porque, dada la naturaleza de nuestra propiedad y el campo
abierto que la rodeaba, siempre veíamos venir ya de lejos a nuestros
pocos visitantes, pero esta vez ni me di cuenta en absoluto hasta que ya
estaba muy cerca.
—¡Buenos días! —me saludó amablemente con una voz grave, tranquila,
agradable, y casi inmediatamente me preguntó: —Tengo mucha sed. ¿Podría
darme un vaso de agua por favor?
Como nos costaba tanto esfuerzo conseguir el agua potable, su uso era
bien medido y no se derrochaba ni una gota. La cuidábamos mucho porque
sino pronto tendríamos que ir de nuevo al manantial y el sólo pensarlo
ya era agotador.
Sin embargo, pensé que el extraño también podría estar agotado, tal vez
aún más agotado que yo. Hice acallar las vocecitas que me decían que
quedaba muy poca agua y que lo necesitaba para mi esposa e hijas que
volverían pronto, también muy agotadas. Muy consciente que posiblemente
mi hospitalidad podría significar un viaje nocturno al manantial, le dije:
—¡Por supuesto amigo! —y al disponerme a alcanzarle el vaso con agua del
manantial se me ocurrió que también debería invitarle algo para comer.
—Sólo agua, gracias, si tuviese otro vaso por favor, se lo agradecería
—contestó cortésmente.
Con ello se acabó el agua potable de los baldes. Como de todas maneras
tenía traer más y sabiendo que el hombre cansado apreciaría mucho el
agua fresca del manantial le dije:
—Voy por agua fresca, siéntese y descanse. Bajé hasta por la ladera y al
regreso le serví un vaso lleno de agua cristalina. No demoró mucho en
beberla.
—Es un agua muy buena —me dijo y añadió:
—¡Qué lástima que tenga que caminar tan lejos para recogerla!
—Sí es verdad, nos hubiera gustado que esté más cerca pero... tenemos
otras muchas bendiciones.
Se dibujó una sonrisa en el rostro del extraño, me dio las gracias y se
fue caminando hacia Daysville. Me quedé observándolo. No sé por qué pero
me sentí bien aunque algo extraño. ¿De dónde salió este hombre?¿De dónde
vino y hacia dónde irá? Había sentido mucha paz ante su presencia.
Me quedé intrigado y decidí ir al pueblo de Daysville. Como era un
pueblo tan pequeño, yo sabía que un extraño siempre llamaría la atención
y así obtendría más información de aquel hombre misterioso. Sin embargo,
nadie lo había visto llegar, mis amigos que siempre se sientan a
conversar en el pórtico del almacén de víveres a la entrada del pueblo
me dijeron:
—¡Si hubiera pasado lo hubiéramos visto!
A los pocos días llovió torrencialmente. Cerca de la casa como a diez
metros, empezó a brotar agua de la tierra. Al día siguiente la tierra
empezó a secarse por todos lados pero menos en ese sitio, de donde
brotaba un hilito de agua. Quise averiguar qué pasaba y cavé con mi
pala. Para mi asombro empezó a salir agua fresca, era un nuevo manantial
exactamente en el mismo lugar donde estaba parado el extraño cuando lo vi.
Ya no teníamos que hacer todo ese trajín para obtener agua fresca. Dos
años más vivimos en esa casa y nuestro manantial no se secó mientras
estuvimos allí. Al mudarnos, otra vez volvió a llover fuertemente y el
manantial se secó.
Han pasado muchos años desde entonces, pero mi familia y yo jamás nos
olvidaremos de esa fuente milagrosa que nos calmó la sed y nos dio
alivio. Aún ahora al recordarla nos trae paz.
Dimos unos vasos de agua fría y ¡a cambio recibimos un manantial!

De cierto os digo que cualquiera que dé a unos de estos pequeñitos un
vaso de agua fría solamente, de cierto os digo que no quedará sin
recompensa. (Mateo 10:42)
En cuanto lo hicisteis a uno de estos Mis hermanos más pequeños, a Mí me
lo hicisteis. (Mateo 25:40)
Adaptado de un relato de Tom Douglas

jueves, 14 de agosto de 2014

Una relación mas estrecha

Una relación más estrecha

No necesitamos gritar nunca a través de los espacios a un Dios ausente. [Él] está más cerca que nuestra propia alma, más que nuestros pensamientos más secretos. A. W. Tozer (1897–1963)

A Dios se lo conoce en el silencio. Él se manifiesta por medio de misterios. Robert Hugh Benson (1871–1914)

Haber hallado a Dios no es un fin sino un comienzo. Franz Rosenzweig (1886–1929)

Buscad leyendo y hallaréis meditando; llamad orando y se os abrirá contemplando. S. Juan de la Cruz (1542–1591)

Cuando una persona me dice: «A mí lo que me pasa es que no amo al Señor con la devoción que debería», le respondo: «No. Lo que te pasa es que no sabes cuánto te ama Él». Selwyn Hughes (1928–2006)

Llega un momento en que no tengo nada más que decirle a Dios. Si siguiera rezando con palabras, tendría que repetir lo que ya he dicho. En esos momentos es magnífico expresarle: « ¿Puedo morar en Tu presencia, Señor? No tengo nada más que decirte, pero me deleito en estar en Tu presencia». Ole Hallesby (1879–1961)

Dios da esperanzas a quienes sueñan. Concede milagros a quienes creen. Nunca defrauda a quienes confían y nunca abandona a quienes andan con Él. Nishan Panwar
 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Ilumina


Hace más de doscientos años, en San Francisco, un hombre de edad solía
caminar en la noche por las oscuras calles de la ciudad llevando consigo
una lámpara de aceite encendida; eso hacía sobre todo cuando el cielo
estaba cubierto y la luna no daba su resplandor.
De vez en cuando se topaba con caminantes quienes, ansiosos de llegar a
casa cuanto antes después de un largo día de trabajo, agradecían la luz
que les mostraba el camino. Algunos entablaban conversación con el
bondadoso hombre y cual no sería su sorpresa al darse cuenta, que el
hombre era ciego.
—¿Pero qué hace usted, siendo ciego, con una lámpara en la mano?
Entonces, el ciego solía responder:
—Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Conozco las calles de
memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino.

Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para otros, aunque uno
mismo no lo necesite.
Alumbrar el camino de los demás no siempre es tarea fácil, porque hay
quienes aman la oscuridad, pero eso no nos vale como excusa para
esconder nuestra luz.
Lamentablemente, muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos el camino
de los demás, a través del desaliento, los chismes, la crítica, el
egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento y consejos poco
constructivos.
¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás!
Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz el mundo
entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.

martes, 12 de agosto de 2014

Dios tiene un plan para ti

Dios tiene un plan para ti

James H. McConkey

Cada hijo de Dios es una nueva creación en Cristo Jesús y Dios tiene un plan para cada persona. Es un plan muy razonable. ¿El arquitecto hará los planos de su majestuoso palacio? ¿El artista hará un bosquejo de su obra maestra? ¿El constructor naval trazará las líneas de lo que será su barco colosal? ¿Y Dios no tendrá un plan para el alma inmortal que trae al mundo y pone «en Cristo Jesús»?

Es más, Dios tiene un plan para ti que nadie más puede llevar a cabo. […] No hay dos hojas ni dos piedras preciosas ni dos estrellas ni dos vidas iguales. Cada vida es una concepción divina totalmente nueva entregada al mundo. No hay nadie en el mundo capaz de realizar tu labor tan bien como tú. Y si tú no encuentras ni cumples el propósito que Dios ha concebido para tu vida, algo de lustre le faltaría a la gloria que de otro modo se habría manifestado en ti.

Cada piedra preciosa reluce con su propio resplandor. Cada flor destila su propia fragancia. Cada creyente posee su porción particular de la gloria de Jesús y la fragancia de Cristo que Dios transmite a los demás por medio de esa persona. Dios te ha dado una personalidad distinta. Él creó también un círculo particular de individuos a los que solo les puede llegar y conmover esa personalidad. Seguidamente, Él moldea tu vida y hace que llegues a tener contacto con ese círculo de personas.

Basta un leve giro para ajustar el telescopio y contemplar la belleza de algo que antes se veía confuso y obnubilado. Así también, ese granito de variación individual y personal permite que alguien vea en ti a Jesús con una claridad y belleza que no podría percibir de otra manera. Es un gran privilegio tener en nuestro interior la personalidad de Cristo, por humilde que sea. ¡Qué alegría nos da saber que Dios se valdrá de esas características particulares como no lo haría en el caso de otra persona! En ti hay un pequeño cambio en el ángulo de la piedra preciosa ¡y entonces alguien ve la luz! Una variación muy pequeña en la mezcla de especias en tu interior, y eso hace que alguien perciba la fragancia de Cristo.  
 

lunes, 11 de agosto de 2014

De Jesus con cariño

De Jesús, con cariño: Sacarle jugo a la vida

Me entristece que tantas personas se contenten con vegetar. Es posible que estén muy ocupadas manteniéndose a flote o esforzándose por salir adelante y que dediquen todos sus ratos libres a actividades relajantes. Pero ¿a qué conduce todo ese trajín? ¿En qué momento viven de verdad?

El secreto para sacarle jugo a la existencia es vivir en estrecha relación conmigo y ser fiel a Mis enseñanzas (Juan 8:31). Con eso no quiero decir que debas recluirte y consagrarte exclusivamente al estudio y la meditación; me refiero a que procures incluirme en tus actividades cotidianas y buscar orientación en Mi Palabra (Salmos 119:105).

Si aprendes a hacerlo, tu vida cobrará renovado sentido y profundidad. Además de ser más feliz y obtener mayor satisfacción, si reflejas la luz de Mi amor iluminarás a quienes te rodean.

Empieza cultivando el hábito de tomarte unos momentos de quietud al comienzo del día para orar y estar conmigo (Proverbios 8:17). Luego toma lo que Yo te haya enseñado en el aula y aplícalo a lo largo de la jornada. Ya sea que estés en el trabajo, haciendo diligencias o relajándote con tu familia y amigos, podré servirme más de ti para bendecir a los demás y encima bendecirte a ti también. Si acudes a Mí, tu vida se enriquecerá y cobrará más sentido.
 

viernes, 8 de agosto de 2014

Orgullo y humildad

Orgullo y humildad
Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. (Santiago 4:6)
Los hombres verdaderamente grandes por lo general son hombres muy humildes, y no necesitan jactarse de lo grandes que son.
Los grandes hombres se olvidan de sí mismos. Por eso es que otros los recuerdan.
¡Es fantástico cuando te puedes dar cuenta de que estás equivocado!
El orgullo es amor por uno mismo.
El orgullo está a la raíz de todos los grandes errores.
La fama es inconstante y el triunfo es sólo pasajero.
            El orgullo viene antes de la caída, ¡y nunca estás tan cerca del abismo como cuando estás al borde!
            El que es humilde no sabe que lo es.

jueves, 7 de agosto de 2014

Mi espiritu en el lugar de trabajo

Mi Espíritu en el lugar de trabajo

Palabras de Jesús

Aunque el día se vislumbre largo y lleno de trabajo, si ponen su mano en la Mía, haré que les resulte más fácil. Puedo ayudar a que vaya suave, a Mi ritmo. Les ayudaré a lograr lo que sea necesario. Aunque haya mucho por hacer, intentarlo por sus propias fuerzas solo terminará por agotarlos. Así que no olviden tomar descansos. De esa manera reconocen que no conseguirán nada esforzándose más. Reconocen que la mejor manera de obrar es mediante Mis fuerzas y a Mi ritmo. Manifiestan fe y confianza en Mí, en Mi plan y en Mi cronograma. Demuestran confianza en que me encuentro al control de todo. Yo puedo hacer que la carga de trabajo sea más ligera.

Antes de levantarse de la cama y ponerse a leer el correo o meterse de lleno en el trabajo, diríjanme unas palabras. Pídanme ayuda y ungimiento. Pasen unos momentos en Mi presencia antes de empezar el día. Recibirán una infusión de ánimo e instrucción. Tómense un respiro en algún momento de la jornada para conectarse a Mi Espíritu.

Busquen maneras de empaparse de Mi Espíritu. Aunque tengan muchas tareas que realizar, encuentren la forma de empapar su trabajo de Mi Espíritu. Apoyarse en Mí es memorizar un versículo e invocarlo para el trabajo que van a realizar. Apoyarse en Mí es encomendarme algo en oración y pedirme ayuda. Pedirme que les hable y les indique sus prioridades es otra manera de apoyarse en Mí.

Es posible que tengan mucho que hacer, pero no se sientan presionados por ello. Persistan hora tras hora, hagan lo que puedan y dejen lo demás en Mis manos. Pueden sentir motivación por lo mucho que hay que hacer, mas no dejar que ello los oprima. Cuando haya mucho que hacer, dejen que ello los motive, no que los abruma.
Echen sobre Mí toda ansiedad.

Encomiéndenmelo todo en oración y pídanme que los ayude a llegar al final del día. Puedo hacerlo y lo haré. No saldrán adelante a duras penas, sino que al final del día tendrán la satisfacción de saber que hicieron todo lo que podían y lograron hacer lo más importante.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Conozco tu corazon

Conozco tu corazón

Palabras de Jesús

Mi vista recorre la creación entera. Conozco cada uno de tus pensamientos y deseos. Conozco hasta las peticiones secretas de tu corazón. Conozco cada uno de tus sueños, esperanzas y aspiraciones. Conozco tus anhelos más profundos y oigo cada una de tus oraciones.

Se me conmueve el corazón para bendecirte, obrar por medio de ti y ungirte de acuerdo con el afán con que me buscas, tu grado de sumisión y tu fidelidad.

En la medida en que me abres el corazón, Yo abro a ti el Mío. Cuando alzas las manos a Mí con toda el alma en oración, Yo abro Mis manos y derramo sobre ti bendición en abundancia. Cuando te postras ante Mí en humildad, reconociendo que me necesitas y clamando por Mi ayuda, te pongo en alto, te levanto y te infundo fuerzas que desconoces.

Mi amor por ti es eterno. El amor que siento por ti es incondicional. No conoce barreras. Nada que digas o hagas alterará el hecho de que te amo. Morí por ti. Di la vida por ti y estoy siempre aquí con los brazos abiertos para recibirte a ti en particular.

Señor, Tú me has examinado y conocido.
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme. Has entendido desde lejos mis pensamientos.
Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos.
Pues aún no está la palabra en mi lengua y ya Tú, Señor, la sabes toda.
Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste Tu mano. […]
Cuán preciosos, Dios, son Tus pensamientos. Cuán grande es la suma de ellos.
Si los enumero, se multiplican más que la arena. Yo despierto y aún estoy contigo.
Salmos 139:1-5, 17-18
 

martes, 5 de agosto de 2014

El que perdona demuestra fortaleza de caracter

El que perdona demuestra fortaleza de carácter

Palabras de Jesús

La capacidad para perdonar indica fortaleza de carácter. No es fácil. Es una decisión que tomas. Es preciso que te apoyes en Mí para obtener las fuerzas que no tienes. A decir verdad, si lo miras desde un punto de vista lógico antes de decidirte a perdonar, es posible que te parezca imposible. Es así de difícil.

Sin embargo, no es imposible. Estoy para ayudarte y poseo amor y fuerzas ilimitadas y te los puedo dar. Deseo que perdones para que te sanes, que vuelvas a ser feliz, que esta experiencia te fortalezca.

¿No es así con lo que te brinda fuerzas y aguante en la vida? El sello distintivo de lo que fortalece es que cuesta soportarlo. Es lo que te obliga a ampliar tus límites; y con el perdón es igual.

Cuando algo te cause dolor, tienes que escoger. Puedes perdonar y volverte más fuerte o aferrarte al dolor y mantenerlo, con lo que terminarás debilitándote. Al optar por el perdón puedes hallar curación.

Mientras que si no das el paso de perdonar, es posible que empiece a empañarse la bondad que albergas y tu alegría puede empezar a esfumarse lentamente.

No te quepa duda de que te observo con gran amor y compasión cuando afrontas una situación que te exige perdonar. Sé lo difícil que es. Pero también sé lo plena que puede ser tu vida y la fortaleza de carácter que puedes obtener al pasar por esa situación. Apóyate firmemente en Mí y verás que estoy a tu lado para ayudarte.

lunes, 4 de agosto de 2014

El perdon es salud

El perdón es salud


El perdón, en su esencia, no se trata de lo que te hayan hecho. El perdón es entre tú y Yo. Perdonar es saber que tengo poder para sanar y restablecer el espíritu. A ti te corresponde tomar la decisión de servirte de ese remedio que he puesto a tu disposición.

El perdón es para ti. Es la poción que restablece corazones y espíritus agraviados y abatidos, e incluso cuerpos. Hay otros remedios espirituales y emocionales para los lastimados por pecados ajenos; pero no existe un sustituto para el perdón que proporcione limpieza espiritual y salud.

Cuando te lastiman o agravian, tu espíritu puede sufrir daños y necesita restablecerse. Tanto si el dolor es físico como emocional, tu espíritu puede salir lastimado por las malas intenciones o acciones del otro. Yo creé al hombre para amar y ser amado. Las fuerzas positivas y negativas entre las personas tienen efecto. El amor es una fuerza creadora, mientras que la maldad, el odio y la enemistad son fuerzas destructivas.

Es propio de la naturaleza humana, además de una ley espiritual, que los agravios no solo duelen superficialmente sino que causan heridas profundas. Afectan tu espíritu. Y parte de la solución, la poción sanadora, es el perdón. Hay otros factores que aceleran la curación, como buscarme a Mí, Mi Palabra y Mi consuelo. Pero no encontrarás verdadera salud hasta que perdones. No puede cuantificarse en términos lógicos, pero es una ley espiritual. El perdón es medicinal. El amor crea. La salvación redime. El perdón sana y restablece.

Al ocuparte de un agravio que te hayan hecho pueden surgir muchos interrogantes. Pero al encontrarte en una situación en que te han lastimado errores o faltas ajenos, sean grandes o pequeños, que haya sido algo deliberado o producto de un descuido, y dejando de lado la complejidad o los numerosos matices que pueda tomar el asunto, la solución está envuelta en el velo del perdón. No hay otra forma de sanar del todo las heridas del espíritu, restaurarlo y reponerlo.

Muchas veces entran en juego otros factores, necesidades y decisiones en el camino a encontrar perdón. Puede ser necesario dar numerosos pasos para sanarse, como la buena comunicación para entender qué pasó o explicárselo a otros, el diálogo y la reconciliación.

También hay ocasiones en que la mejor manifestación de perdón es guardar silencio. Los pasos a dar al perdonar son una cuestión personal y algo que cada uno deberá decidir en comunicación conmigo.
 

viernes, 1 de agosto de 2014

La mano

LA MANO

Una maestra de primer grado pidió a sus alumnos que hicieran un dibujo
de algo por lo que estuvieran agradecidos. Como eran niños pobres casi
seguro no iban a pintar
artículos de lujo, de los cuales sólo podían soñar,
pero difícilmente ser dueños. La tarea tenía el propósito
de motivar a los niños a que se fijaran en lo que sí tenían y no tanto en
lo que estaba fuera de su alcance. La mayoría de los alumnos se pusieron
a dibujar sus juguetes favoritos: una pelota, una muñeca, un oso; y por
supuesto hubo dibujos de frutas, tortas y otras delicias, de las
cuales disfrutaban de vez en cuando algunos de ellos.
No obstante, la profesora se sorprendió al ver el dibujo que le entregó
Douglas: una mano, dibujada infantilmente.
¿De quién era la mano? La abstracta imagen cautivó a toda la clase.
—Debe de ser la mano de Michael Jordan, el mejor jugador de basket —dijo
un niño.
—A mí me parece que es de su tío Francisco, porque es muy hábil con sus
manos, sabe arreglar de todo —dijo otro.
Cuando los demás alumnos se ocuparon en otras cosas, la maestra se
inclinó sobre el pupitre de Douglas y le preguntó de quién era la mano.
—Es la mano de usted, profesora —dijo entre dientes.
La maestra recordó que a la hora del recreo ella a menudo llevaba de la
mano a Douglas, que era un chiquillo desaliñado y triste. Solía hacer
eso con varios de los niños, pero ello había significado mucho para Douglas.
Quizás es eso lo que todos deberíamos agradecer, no las cosas materiales
que recibimos, sino la atención desinteresada que nos brindan los demás,
por pequeña que sea.

Adaptado de un texto anónimo