martes, 12 de agosto de 2014

Dios tiene un plan para ti

Dios tiene un plan para ti

James H. McConkey

Cada hijo de Dios es una nueva creación en Cristo Jesús y Dios tiene un plan para cada persona. Es un plan muy razonable. ¿El arquitecto hará los planos de su majestuoso palacio? ¿El artista hará un bosquejo de su obra maestra? ¿El constructor naval trazará las líneas de lo que será su barco colosal? ¿Y Dios no tendrá un plan para el alma inmortal que trae al mundo y pone «en Cristo Jesús»?

Es más, Dios tiene un plan para ti que nadie más puede llevar a cabo. […] No hay dos hojas ni dos piedras preciosas ni dos estrellas ni dos vidas iguales. Cada vida es una concepción divina totalmente nueva entregada al mundo. No hay nadie en el mundo capaz de realizar tu labor tan bien como tú. Y si tú no encuentras ni cumples el propósito que Dios ha concebido para tu vida, algo de lustre le faltaría a la gloria que de otro modo se habría manifestado en ti.

Cada piedra preciosa reluce con su propio resplandor. Cada flor destila su propia fragancia. Cada creyente posee su porción particular de la gloria de Jesús y la fragancia de Cristo que Dios transmite a los demás por medio de esa persona. Dios te ha dado una personalidad distinta. Él creó también un círculo particular de individuos a los que solo les puede llegar y conmover esa personalidad. Seguidamente, Él moldea tu vida y hace que llegues a tener contacto con ese círculo de personas.

Basta un leve giro para ajustar el telescopio y contemplar la belleza de algo que antes se veía confuso y obnubilado. Así también, ese granito de variación individual y personal permite que alguien vea en ti a Jesús con una claridad y belleza que no podría percibir de otra manera. Es un gran privilegio tener en nuestro interior la personalidad de Cristo, por humilde que sea. ¡Qué alegría nos da saber que Dios se valdrá de esas características particulares como no lo haría en el caso de otra persona! En ti hay un pequeño cambio en el ángulo de la piedra preciosa ¡y entonces alguien ve la luz! Una variación muy pequeña en la mezcla de especias en tu interior, y eso hace que alguien perciba la fragancia de Cristo.  
 

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