Dios tiene un plan para ti
James H. McConkey
Cada hijo de Dios es una nueva creación
en Cristo Jesús y Dios tiene un plan para cada persona. Es un plan muy
razonable. ¿El arquitecto hará los planos de su majestuoso palacio? ¿El artista
hará un bosquejo de su obra maestra? ¿El constructor naval trazará las líneas
de lo que será su barco colosal? ¿Y Dios no tendrá un plan para el alma
inmortal que trae al mundo y pone «en Cristo Jesús»?
Es más, Dios tiene un plan para ti que
nadie más puede llevar a cabo. […] No hay dos hojas ni dos piedras preciosas ni
dos estrellas ni dos vidas iguales. Cada vida es una concepción divina
totalmente nueva entregada al mundo. No hay nadie en el mundo capaz de realizar
tu labor tan bien como tú. Y si tú no encuentras ni cumples el propósito que
Dios ha concebido para tu vida, algo de lustre le faltaría a la gloria que de
otro modo se habría manifestado en ti.
Cada piedra preciosa reluce con su
propio resplandor. Cada flor destila su propia fragancia. Cada creyente posee
su porción particular de la gloria de Jesús y la fragancia de Cristo que Dios
transmite a los demás por medio de esa persona. Dios te ha dado una
personalidad distinta. Él creó también un círculo particular de individuos a
los que solo les puede llegar y conmover esa personalidad. Seguidamente, Él
moldea tu vida y hace que llegues a tener contacto con ese círculo de personas.
Basta un leve giro para ajustar el
telescopio y contemplar la belleza de algo que antes se veía confuso y
obnubilado. Así también, ese granito de variación individual y personal permite
que alguien vea en ti a Jesús con una claridad y belleza que no podría percibir
de otra manera. Es un gran privilegio tener en nuestro interior la personalidad
de Cristo, por humilde que sea. ¡Qué alegría nos da saber que Dios se valdrá de
esas características particulares como no lo haría en el caso de otra persona!
En ti hay un pequeño cambio en el ángulo de la piedra preciosa ¡y entonces
alguien ve la luz! Una variación muy pequeña en la mezcla de especias en tu
interior, y eso hace que alguien perciba la fragancia de Cristo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario