Cuando una persona te confía
un secreto es como si te hiciera un depósito muy valioso, por lo cual deberás
poner todo tu empeño en no ir a divulgarlo por todas partes.
Un secreto es eso, un
secreto, no un boletín de prensa que deberás poner en circulación.
Y si alguien te abrió su
corazón de par en par y te dejó ver sus intimidades fue porque supuso que en ti
había la suficiente discreción y lealtad como para ir a sufrir una traición de
tu parte.
De manera que por
favor, guarda el secreto, sé confidente, no infidente.
Y si un buen día se
resquebraja la amistad con aquella persona que te confío un asunto privado, y
hasta te enteras de que ella sí anda contando las cosas que tú le referiste
como personales, aún así, guarda su secreto.
Dale una lección de lealtad,
no le pagues con la misma moneda, aprovecha la oportunidad para enseñarle qué
significa ser fiable.
Y si el caso es de haber
iniciado una nueva relación sentimental y tu nueva pareja insiste en que le
cuentes detalles de lo que pasó con la anterior y qué se hacía y que no se
hacía y que se decía y que no se decía, ponle los puntos sobre las íes y
aclárale que tú no tienes el derecho de andar divulgando asuntos que pertenecen
a otra persona y que todo aquello que se te confió fue bajo la clasificación de
secreto.
Con esta actitud estarás
demostrando que además de ser una persona en la que se puede confiar,
igualmente eres alguien que ha sabido romper con el pasado y empezar a
construir una nueva relación sobre bases de respeto y fidelidad.
El consejo del sabio Salomón
en el libro de Proverbios en la Biblia es que no te entremetas con gente
chismosa, pues al hacerlo corres dos peligros:
El primero es que te veas
tentado a revelar secretos ajenos, que no son tuyos, que no te pertenecen.
Y el segundo es el que
cuentes a una persona que no es de fiar aspectos privados que sí son tuyos, que
son personales, que son de cuidado y que no se le pueden soltar a cualquiera.
Los chismosos son expertos en
destruir matrimonios, quebrar empresas, dividir iglesias, lesionar amistades y
arruinar reputaciones.
Y son tan astutos, sutiles y
hasta diplomáticos, que se saben ganar la confianza de otros y por ello acceder
a sus secretos.
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