Espera pacientemente
Mirad cómo el labrador espera el
precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la
lluvia temprana y la tardía. Santiago 5:7
Dios, valiéndose de Su inmenso libro
ilustrado que es la naturaleza, te está enseñando a esperar, a sembrar la
semilla y a aguardar a que el grano madure lentamente bajo el cielo paciente.
Él no te entrega de un momento a otro cosas perfectas y plenamente desarrolladas,
sino que planta semillas de cosas que paulatinamente crecerán, madurarán y
llevarán fruto. Nos da primero yemas, luego flores que se abren en toda su
plenitud, y por último el fruto perfecto. Adaptación de un texto de Hugh
Macmillan (c. 1850)
Tú no te desmoralices,
que puede que sin tardanza
vengan días más felices.
Anónimo
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