Procura tratar a todos con el amor y la consideración que manifiestas a tus seres queridos. Verás la diferencia que hace.
El amor sigue siendo la solución divina aun en una sociedad tan compleja y confusa como la actual.
Procura hacer felices a todos, pues todos tienen derecho a serlo y a ver satisfechas sus necesidades.
El amor viene en paquetes muy variados. Si no nos llega como esperábamos, no significa que no lo hayamos recibido.
Siempre hay tiempo para amar, para detenerse a escuchar, para orar por alguien, para dar una mano. Son esos momentos los que hacen que la vida valga la pena.
¿Cuán perfecto es el amor de Dios? Él ve en nosotros lo bueno y las posibilidades latentes, aun en nuestros peores momentos.
El amor en todas sus expresiones -la amabilidad, la mansedumbre, la consideración, el respeto por el prójimo y muchas otras- es el sello de la grandeza.
El amor posee poder creativo. En el hogar obra su magia motivando actitudes desinteresadas y ayudando a cada miembro de la familia a ver a los demás con una mirada positiva.
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