PEDIR DISCULPAS OBRA MARAVILLAS
Pedir disculpas requiere humildad; pero es algo que, si lo haces sinceramente, obra maravillas.
Cuando te suceda algo doloroso, tanto si fue accidental como si fue intencional, adopta una actitud positiva y lo superarás con mayor facilidad.
Dar una segunda oportunidad a quien se arrepiente sinceramente de sus errores y quiere superarse no es señal de debilidad, sino de fortaleza.
No busques a quién echarle la culpa: nada sacas con eso. Averigua cuál fue el fallo, remédialo y sigue adelante.
En realidad nadie merece perdón. Quien ha obrado mal, en justicia se merece una sanción. Sin embargo, el perdón es superior a la justicia. La justicia es humana; el perdón, divino. Perdonando participas de la naturaleza divina.
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