martes, 31 de octubre de 2017

¡Para buscar la voluntad de Dios, es a la Palabra de Dios donde primero acudimos!

¡Para buscar la voluntad de Dios, es a la Palabra de Dios donde primero acudimos!

     ¡La Palabra escrita de Dios es Su voluntad conocida, segura, absoluta y revelada! ¡En ella está todo; todo lo que necesitas saber está en la Biblia! ¡Busca en Su Palabra para ver todo lo que el Señor ya ha dicho! ¡Si Dios no vuelve a hablarte, si no vuelves a recibir ninguna revelación, ni a oír voz alguna; si no vuelves a recibir ninguna profecía, si no se te otorga conocimiento, ni sabiduría, ni discernimiento; si no recibes el don de curación, ni el de hacer milagros, pero simplemente actúas de acuerdo a la Palabra escrita de Dios, lograrás muchos resultados!
     Jesús dijo: "¡El cielo y la tierra pasarán, pero Mis Palabras no pasarán!" (Mat.24:35) "¡Para siempre, oh Señor, permanece Tu Palabra en los cielos!" (Sal.119:89) ¡No existe ninguna duda al respecto! ¡Puedes contar con la Palabra de Dios! ¡Jamás falla! "¡Qué base más firme, santos del Señor, tenéis para vuestra fe en la Palabra de Dios! ¿Qué más va a deciros que no os haya dicho, cuando un refugio fuisteis en Cristo a buscar?"
     ¡Cuando el Señor te dice algo por medio de Su Libro, sabes que es acertado! ¡Acude a la Palabra! ¿Amén?

lunes, 30 de octubre de 2017

LÍBRANOS DE LAS TENTACIONES

LÍBRANOS DE LAS TENTACIONES
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Se ha difundido la tontería de que la gente buena no sufre tentaciones. Eso es obviamente una mentira. Solamente quienes resisten la tentación saben lo fuerte que es. [...] Un hombre que cede a la tentación al cabo de apenas cinco minutos simplemente no sabe cómo habría sido resistirla una hora más. En cierto sentido esa es la razón por la que las personas malas saben tan poco acerca de la maldad. Casi no han tenido tentaciones porque siempre se han rendido a ellas.  C. S. Lewis (1898–1963)

No gozaremos de estabilidad ni de madurez espiritual hasta que aprendamos a hacer lo que está bien aunque nos parezca que está mal. Cada vez que hacemos lo que está bien por decisión propia, mediante la disciplina y el autocontrol y a pesar de nuestros sentimientos, cuanto más doloroso nos resulta en lo físico, más crecemos espiritualmente en ese momento en particular.  Joyce Meyer (n. 1943)

Si educamos a nuestros hijos para que tengan dominio propio, para que se hagan el hábito de poner freno a sus pasiones, prejuicios y tendencias malsanas sometiéndolo todo a una voluntad íntegra y racional, habremos hecho mucho por eliminar tristezas y pesares durante el resto de su vida, además de crímenes contra la sociedad. Benjamin Franklin (1706–1790)

viernes, 27 de octubre de 2017

¡Hay ciertas cosas que Dios no puede hacer!

¡Hay ciertas cosas que Dios no puede hacer!

     Porque no quiere, porque se ha impuesto a Sí mismo ciertas limitaciones para no entorpecer nuestra capacidad de decisión. Como a Adán y Eva en el Paraíso, a cada uno se le da una oportunidad de elegir entre hacer el bien o el mal. De hecho, y a fin de cuentas, desde el Huerto del Edén hasta la fecha, ésa ha sido la razón principal por la que estamos aquí: ¡para aprender a tomar decisiones bajo la guía de Dios! ¡Tú tienes que tomar las decisiones, Él no te obligará a hacer Su Voluntad! "¡El que quiera, venga!" (Ap.22:17)
     ¡Dios nunca fuerza a nadie! Simplemente ofrece a la gente la oportunidad de recibir Sus bendiciones. Si las rechazan, ¡son ellos quienes pierden! "¡Cada hombre debe dar a Dios cuenta de sí!" (Rom.14:12) No podemos escondernos detrás de nadie en lo referente a nuestra soberana capacidad de decisión. ¡Cuando Dios nos pide cuentas, no podemos echar nuestra responsabilidad sobre otras personas! Dios quiere que cada uno tome su propia decisión por fe, según su fe. No por la fe de otra persona, ¡sino la propia! ¡Quiere que aprendamos a confiar en Él por nosotros mismos, y no apoyados siempre en los demás! Cada decisión depende de ti y de nadie más. ¡Nadie puede elegir por ti, ni siquiera Dios!
     "¡Conforme a vuestra fe os sea hecho!" (Mat.9:29)

miércoles, 25 de octubre de 2017

Señor, ayúdanos a mantener una relación muy estrecha contigo y entre nosotros.

Señor, ayúdanos a mantener una relación muy estrecha contigo y entre nosotros.

     Por lo que se ve, Dios siempre bendice la armonía, el hecho de que las personas convivan en paz, muestren afecto unas por otras, colaboren entre sí y se demuestren gran amor. Dios ha determinado una dinámica del Espíritu que obra de manera sorprendente. El Señor dice: "¡Si uno solamente puede perseguir a mil, dos pueden hacer huir a diez mil!" (Deut.32:30) En otras palabras, no se limita a doblar tus fuerzas: ¡las quintuplica! Por lo tanto, la unidad brinda fuerzas extraordinarias. Esta fue la última plegaria de Jesús: "Que sean uno, así como Nosotros somos uno." (Jn.17:21-23)
     Si nuestro amor por el Señor es auténtico, para bien de Su Reino debemos esforzarnos por trabajar en unión con otras personas. Sin rivalidades, unidos bajo el yugo del amor y asumiendo la carga entre todos. "¡Bendito el lazo de unión que nos liga en amor fraternal! ¡Es nuestra armonía y comunión igual que la celestial!"
     "Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y un mismo parecer." (1Cor.1:10)

martes, 24 de octubre de 2017

¿ERES DIGNO DE CONFIANZA?

¿ERES DIGNO DE CONFIANZA?


Peter Amsterdam
A menudo hay una forma, en particular en la sociedad actual y en el mundo de los negocios, de justificar pequeños desvíos de lo que sabemos que es correcto, y esas desviaciones nos pueden poner muy rápidamente en una pendiente resbaladiza. Un error conduce a otro, y al poco tiempo disminuyen nuestras convicciones, nos disculpamos a nosotros mismos; y ahí es cuando corremos peligro de que se debilite nuestro carácter, de dañar nuestra integridad, de manchar nuestra reputación, y de llegar al punto en que desvalorizamos la obligación de cumplir nuestra palabra y permitimos que nuestra felicidad y tranquilidad sean atacadas mediante la culpa, el remordimiento y la vergüenza.
Creo que todos queremos vivir sin remordimientos. Pero ¿cómo se hace? Tomando decisiones basadas en nuestras convicciones personales, en nuestro patrón de conducta cristiana.
Independientemente de que una persona sea cristiana o no, hay características, actitudes y acciones que obstaculizarán su éxito y perjudicarán su reputación. Hablo de comportamientos como mentir, contar chismes, tener prejuicios, no cumplir su palabra, no cumplir sus compromisos, no ser digno de confianza para que haga un trabajo de calidad, no cumplir con los plazos.
Tomado de La Familia Internacional

lunes, 23 de octubre de 2017

Tu puedes hablar con Dios!

Cuando Mike Marolt se encuentra fuera de la ciudad, entra a su computadora y sus archivos en su oficina por conexión remota. En un reciente viaje al extranjero, Marolt contestaba correos electrónicos y se mantenía en contacto con sus clientes usando su computadora portátil por medio de una conexión telefónica por satélite. Sin embargo, esta vez estaba sentado en una tienda de campaña en un campamento de base a 6 mil metros junto al Monte Everest. En estos días, ni siquiera eso nos sorprende porque nos hemos acostumbrado a la tecnología que ofrece acceso al resto del mundo en cualquier momento, en cualquier lugar.
También podemos desarrollar fácilmente una falta similar de asombro hacia la oración. ¿Hablar con Dios? «Por supuesto». No tenemos que esperar en línea, entrar en un edificio, o usar ropas elegantes. Podemos verter nuestros corazones delante de Dios en cualquier momento, en cualquier lugar. Es fácil perder el sentido de la maravilla de ello porque se ha vuelto algo muy familiar.
Pablo siempre parecía maravillarse ante la puerta abierta para entrar en la presencia de Dios. «En Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo» escribió. «Porque por medio de Él . . . tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre» (Efesios 2:13, 18).
La puerta está abierta para todos. Dios les da la bienvenida a todos los que vienen por fe. Por medio de Cristo podemos entrar en Su presencia -en cualquier momento, en cualquier lugar. ¡Asombroso!.
No hay lugar ni momento en el que no podamos orar.

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Estimado hermano de "Pan de vida para el mundo" si necesitas oración por algun motivo, no dudes en pedirla, para que los cientos de miembros de esta comunidad oren por ti. 

viernes, 20 de octubre de 2017

Cuando Dios no mueve las montañas

Cuando Dios no mueve las montañas

Heather Hiccups

Hemos querido tener un bebé desde hace exactamente dos años. Y en esos dos años, he escuchado de todo. Al parecer, una creencia común es la que dice que si tan solo tuviera suficiente fe, ocurriría lo que deseo. Y el mismo criterio afirmaría que la razón por la que no ha sucedido es simplemente porque nuestra fe no es lo suficientemente fuerte.
Entonces, ¿qué he hecho? He orado. Con fervor. Sangre, sudor y lágrimas, con todo el corazón. Se lo he encomendado a Dios, y lo he hecho con frecuencia. Me he armado de cada gramo de fe que poseo hasta tal punto que he llegado a sentirme físicamente cansada y enferma.
Y no ha sucedido nada.
En conclusión, al parecer la fe que tenía no era la fe sobrehumana y alucinante que se considera necesaria para lograr que suceda lo que deseo. Sencillamente no era suficiente.
Es difícil aceptarlo por muchas razones, pero sobre todo porque este punto de vista me hace responsable de sanar mi infertilidad. Sigo siendo estéril porque no he logrado reunir suficiente fe. Porque mis oraciones fueron y siguen siendo insuficientes. No tuvieron la fuerza necesaria para conseguir que Dios me sanara. Mi llanto, mis oraciones y utilizar cada pizca de fe que me pareció posible no fue suficiente para lograr que Dios dijese que sí y me diera un bebé.
Pero mi punto de vista ha empezado a cambiar. Leí una sección de la Biblia en 2 Corintios en la que Pablo, el individuo con un nivel insuperable de fe, habla de su discapacidad. Recuerden que ordenó a la gente que se sanara en el nombre de Jesús, y se sanaban inmediatamente. Este tipo le dijo a un demonio que se fuera simplemente porque estaba molesto, y el demonio huyó. Es evidente que a Pablo no le faltaba fe. Él podía decirle a una montaña «muévete» y se movía. Él dice:
«Un impedimento me fue dado como un don para mantenerme en constante contacto con mis limitaciones. Un ángel de Satanás hizo todo lo posible por abatirme; lo que en definitiva logró fue que me postrara de rodillas. Y quedó descartada la posibilidad de que mi actitud fuera altanera y arrogante. Al principio no pensé que me estaba dando un don y le rogué a Dios que me librara del impedimento. Le rogué tres veces, y me dijo: “Mi gracia es suficiente; es todo lo que necesitas. Mi fuerza se hace apreciar en tu debilidad.” Cuando escuché esas palabras, me entregué con alegría. Dejé de concentrarme en mi impedimento y comencé a apreciar el don».  2 Corintios 12:7–12, El mensaje
El muchacho de fe no podía librarse de su propia discapacidad por medio de la oración. Pidió tres veces, utilizando un nivel de fe difícil de comprender para mi mente natural... y Dios le dijo que no. Dios quería que Pablo confiara en Su gracia para seguir adelante, y no en su propia capacidad. Quería que Pablo se postrara de rodillas y se apoyara en Él para todo. Si no hubiera tenido una discapacidad, habría podido fácilmente enorgullecerse de su autosuficiencia, y de ser increíblemente bendecido y favorecido, y aunque probablemente todavía saludaría a Dios de vez en cuando (ya saben, para mantener una buena relación), en realidad no lo necesitaría a Él.
Esto nos muestra una profunda verdad. Si bien sería genial tomarme un café y reírme con mis amigas afirmando que todas somos «fértiles doncellas», nunca podré hacerlo. He sido despojada de toda actitud arrogante que pudiera tener con respecto a mi capacidad de ser madre, y no puedo dar el testimonio de que Dios me concedió el increíble regalo de bendecirme con hijos propios. Estoy más bien forzada a postrarme de rodillas, teniendo que depender totalmente de las decisiones de Dios, solo pudiendo contar con que Su gracia es suficiente para darme alegría sin un bebé. Porque mi regalo no viene envuelto con cintas y moños. Viene envuelto en lágrimas y heridas en las rodillas. Él podría haberme sanado a mí, a Pablo o a ti, al instante.
Pero a veces Dios dice que no.
Francamente, no manejo estas situaciones con la misma grandeza que Pablo. No he llegado al punto de considerar mi infertilidad como un «don». O de valorarla. O de sentirme feliz porque es un recordatorio constante de que no puedo hacer todo por mi cuenta. No, no es el tipo de pastilla que me encanta injerir.
Es posible que ustedes tampoco hayan llegado a ese punto. Cuesta llegar a «ese punto». Para llegar a «ese punto» hay que decir:
  • «Aunque nunca me des un bebé, Tu gracia es suficiente».
  • «Aunque mi hijo nunca se cure de su discapacidad, Tu gracia es suficiente».
  • «Aunque mi dolorosa enfermedad nunca desaparezca, Tu gracia es suficiente».
  • «Aunque no cures el cáncer de mi madre, Tu gracia es suficiente».
No, «ese punto» no es un lugar de moda en el que uno naturalmente quiere estar. Pero sí es un lugar en el que obtenemos consuelo, porque allí uno entrega el control total. No tenemos que repetirnos que la fe que procuramos reunir con tanto esfuerzo, y con tal intensidad que nos enfermó físicamente, no fue suficiente. Que si tan solo nos esforzáramos un poco más, podríamos lograr que Dios cambiara la situación. Que de alguna manera podríamos controlar a Dios.
Porque, asombrosamente, es muy reconfortante saber que Dios puede decir no. Y lo hace a menudo. Nos fortalece saber que no podemos controlar Sus decisiones, y que, de hecho, el resultado no siempre depende de nuestro nivel de fe.
Y nos brinda fuerza saber que a veces Dios no mueve las montañas, simplemente porque quiere que dependamos de Él para escalarlas.
Si no mueves las montañas que necesito que muevas.
Si no partes las aguas por las que deseo pasar.
Si no me das las respuestas, después de mucho pedir,
confiaré en Ti, confiaré en Ti.
Letra de Lauren Daigle

miércoles, 18 de octubre de 2017

"¡Por Sus llagas fuimos nosotros curados!" (Isaías 53:5)

"¡Por Sus llagas fuimos nosotros curados!" (Isaías 53:5)

     ¿Qué quiere decir eso de "por Sus llagas fuimos nosotros curados"? Que así como la sangre de Jesús fue vertida para la salvación de nuestros espíritus, Su cuerpo fue quebrado para la curación de nuestros cuerpos.
     No era preciso que Jesús sufriera corporalmente por nuestros pecados. Le bastaba con derramar Su sangre y morir por ellos. Pero para salvar nuestros cuerpos tuvo que ofrecer el Suyo. Su cuerpo sufrió y fue quebrado por nosotros de varias maneras: ¡la corona de espinas, los azotes, las llagas, el dolor y el sufrimiento, para poder, por intermedio de ello, expiar también nuestras enfermedades!
     ¿En qué consistió esa expiación? En un pago por adelantado. Jesús compró nuestras almas o espíritus con Su sangre y estamos salvados, pero también compró nuestros cuerpos con Su sufrimiento. ¡Así que, si estás enfermo y necesitas curarte, reclama la curación por fe, está a tu disposición!
     ¿Crees que Jesús sufrió por ti, no sólo por tus pecados, sino por tu cuerpo, por tus enfermedades, para que te curaras? ¡Si es así, puedes reclamar el milagroso poder curativo de Dios! ¡Está a tu disposición, no tienes más que pedirlo!


PEDIDOS DE ORACIÓN.

Por la mama de Pablito y Boris: Para que El buen Señor la sane y salga del hospital. por muchisima fe, paz, y tranquilidad para mis queridos amigos y sus familias.

Por este ministerio: para que siga creciendo y lleguen estos mensajes de aliento y alivio y sean compartidos alrededor del mundo. Por provision, salud, y gozo para todos los miembros de este ministerio y sus familias.  





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Estimado hermano de "Pan de vida para el mundo" si necesitas oración por algun motivo, no dudes en pedirla, para que los cientos de miembros de esta comunidad oren por ti. 

martes, 17 de octubre de 2017

¡Estamos viviendo en el Tiempo del Fin!

¡Estamos viviendo en el Tiempo del Fin!

     ¡La Palabra de Dios contiene innumerables señales específicas de los tiempos que se han cumplido en nuestra generación y que demuestran que actualmente estamos viviendo en el Tiempo del Fin!
     Entre dichas señales se encuentran: una espectacular ola de "pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares" (Mat.24:7); que "será predicado el Evangelio en todo el mundo para testimonio a todas las naciones" (Mat.24:14); un drástico aumento de los viajes internacionales, ya que "muchos correrán de aquí para allá, errantes de mar a mar, y la ciencia aumentará notablemente" (Dan.12:4; Amós 8:11,12); una gran "apostasía" o apartamiento del Señor (2Tes.2:3), conforme "los malos hombres y los engañadores vayan de mal en peor, engañando a muchos" (2Tim.3:13). Y "el amor de muchos se enfriará" (Mat.24:12), ¡con lo que habrá "angustia de las gentes en la tierra, desfalleciendo los hombres por el temor"! (Luc.21:25,26) ¡Son señales que claramente se están cumpliendo hoy en día más que nunca!
     "Cuando veáis todas estas cosas", dijo Jesús, "conoced que el Fin está cerca." ¡No se dirigía a Sus discípulos de hace 2.000 años, que no vieron el cumplimiento de todas estas cosas, sino a nosotros! "¡No pasará esta generación —la nuestra— hasta que todo esto acontezca!" (Mat.24:33,34) ¿Estás preparado?

lunes, 16 de octubre de 2017

Tu tiempo mas valioso se lo debes dedicar a Dios.

“Busqué a Jehová, y Él me oyó” Salmo 34:4
Jane Welsh, la secretaria del ensayista escocés Thomas Carlyle (1795-1881), se casó con él y dedicó su vida tanto a su esposo como a la obra de éste. Él la amaba profundamente, pero estaba tan ocupado con su labor de escritor y orador que a menudo la descuidaba. Luego de algún tiempo de haber estado casados, ella enfermó y murió repentinamente.
En un nuevo libro de John Ortberg, leí que, después del funeral, Thomas fue solo a la habitación de Jane y leyó su diario. Encontró estas palabras que ella había escrito acerca de él: “Ayer él pasó una hora conmigo y fue como estar en el cielo. Le amo tanto”. Otro día, ella escribió: “He estado atenta todo el día esperando escuchar sus pasos en el vestíbulo, pero ahora es tarde. Imagino que no vendrá hoy”. Él lloró destrozado al darse cuenta de cómo él había descuidado y cuánto ella había deseado tan sólo hablar con él.
Al leer eso, no pude evitar pensar, Dios me ama muchísimo y espera que yo tenga comunión con Él. ¿Cuántos días me olvido yo de Él?
El Señor recibe nuestra adoración, nuestra oración y nuestra alabanza. Él nos ha dicho en Su Palabra que oremos en todo tiempo (1 Tesalonicenses 5:17). Así como lo hizo con la iglesia de Laodicea en Apocalipsis 3, Cristo toca a la puerta de nuestro corazón y espera pacientemente (v. 20). Escucha atentamente a nuestro llamado, a nuestro clamor y a nuestra oración. ¿Cuántas veces espera Él en vano?
Habla con Dios; Él anhela saber de ti.

jueves, 12 de octubre de 2017

Tan sólo una vida, y pronto pasará; sólo lo que se ha hecho por Cristo perdurará.

“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo” Filipenses 3:7
En 1927, John Sung abordó un barco desde Los Estados Unidos con destino a Shangai. Había pasado más de siete años en Norteamérica, y durante ese tiempo obtuvo tres grados académicos, incluyendo un doctorado.
A medida que el barco se aproximaba a su destino, Sung lanzó todos sus diplomasmedallas y llaves de la fraternidad por la borda, y sólo conservó su diploma de doctorado para mostrárselo a su padre. Él había recibido a Jesucristo en su corazón y había tomado la determinación de que por el resto de su vida sólo viviría para aquello que contara para la eternidad.
Muchos cristianos ancianos que todavía viven en el este y sudeste de Asia llegaron a conocer a Cristo por medio del ministerio de John Sung, a quien se le ha llamado el Billy Graham de la China por su obra evangelística. Sus acciones demuestran lo que Pablo escribió en Filipenses 3:7: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo”.
No todos pueden hacer lo que hizo John Sung. Pero, al igual que Pablo, todos debemos considerar las cosas de esta vida “por basura” (v. 8) y vivir nuestras vidas de tal manera que cuenten para la eternidad.
Hay personas dentro de tu círculo de influencia cuyas vidas puedes impactar para Dios. Él las ha colocado dentro de tu alcance para que les seas de testimonio señalándoles a Jesús.
Piensa en alguien a quien puedas hablarle acerca de Jesucristo y de lo que Él ha hecho por ti.
Tan sólo una vida, y pronto pasará; sólo lo que se ha hecho por Cristo perdurará.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Confiar en Dios convierte los problemas en oportunidades.

“No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras se manifiesten en él” (v. 3)
Si no lo conocieras, pensarías que todo está a favor de Nick Vujicic. Nick nunca ha tenido problemas en las rodillas. Nunca se ha aplastado el dedo con una puerta, nunca se ha dado en los dedos del pie, ni se ha golpeado la rodilla contra la pata de una mesa.
Pero eso es debido a que Nick no tiene dedos del pie. Ni dedos. Ni rodillas. Ni brazos. Nick nació sin brazos ni piernas. Antes de que comiences a lamentarte por Nick, lee sus palabras. “Dios no dejaría que nada nos suceda en la vida a menos que tenga un buen propósito para ello. Yo entregué mi vida por completo a Cristo cuando tenía 15 añosdespués de leer Juan 9, Jesús dijo que la razón por la que el hombre había nacido ciego era ‘para que las obras de Dios se manifiesten en él’… Ahora veo esa gloria revelada cuando Él me usa tal y como soy de maneras en que los demás no pueden ser usados”. Nick viaja por el mundo para difundir el Evangelio y el amor de Jesús.
Él dice: “Si puedo confiar en Dios en las circunstancias que me encuentro, entonces tú puedes confiar en Dios en las circunstancias que te encuentres… El mayor de todos los gozos es tener a Jesucristo en mi vida y vivir el propósito piadoso que Él tiene para mí”.
¿Podemos nosotros decir eso? ¿Podemos ver más allá de nuestras limitaciones y tener la misma confianza en Dios que transformó a un hombre sin brazos ni piernas en un misionero de Jesús?
Confiar en Dios convierte los problemas en oportunidades.

martes, 10 de octubre de 2017

No endurezcas tu corazón!

Las compañían farmaceúticas facturan miles de millones de dólares vendiendo medicamentos que evitan el endurecimiento de las arterias, una enfermedad que puede llevar a ataques cardíacos, los cuales matan a miles de personas cada día.
Sin embargo, una enfermedad más grave que el endurecimiento de las arterias, es el endurecimiento del corazón, y ningún medicamento milagroso puede evitarlo. El profeta Zacarías les advirtió a los israelitas acerca de ello. Ellos habían endurecido sus corazones y se negaron a escuchar las palabras del Señor. Los síntomas de esta condición mortal fueron su negativa a ejecutar verdadera justicia y su fracaso en mostrar misericordia y compasión (Zacarías 7:9). Como resultado de ello, el Señor se enfureció y dejó de escucharles (v. 13).
Si bien es importante impedir que se forme una obstrucción en nuestras arterias, aún más importante es impedir que nuestros corazones se vuelvan insensibles a las personas que son importantes para Dios: las viudas, los huérfanos, los extranjeros y los pobres (v. 10).
Es de importancia crucial seguir las órdenes de nuestro doctor para evitar que nuestras arterias se endurezcan. Pero aún máscrucial es obedecer a Dios para evitar que nuestros corazones se endurezcan a las necesidades de los demás.
Pídele a Dios que recuerde a alguna persona que necesite la ayuda de alguien con un corazón tierno.
Amar a Cristo es tener compasión por los demás.

lunes, 9 de octubre de 2017

Finalmente en casa

En enero de 1957, Jan y Hendrikje Kasper llegaron en barco hacia aguas estadounidenses. Su familia de 12 miembros, junto con otros inmigrantes holandeses a bordo del Grote Beer, se apiñaron en la cubierta para ver por primera vez la Estatua de la Libertad en el puerto de Nueva York.
Esa visión inicial de la Dama Libertad fue emocionante y emotiva. Acababan de soportar una ardua travesía de once días a través del mar en un viaje nada lujoso. Habían dejado atrás a muchos amigos y familiares en los Países Bajos. Habían experimentado mares embravecidos ocasionados por un huracán y habían lidiado con mareos que parecían interminables. Pero ahora -finalmente- habían llegado. Este país se convertiría en su nuevo hogar.
Algún día, aquellos de nosotros que hemos confiado en Jesucristo como nuestro Salvador personal dejaremos esta vida e iremos al lugar que Él ha preparado para nosotros (Juan 14:3). Puede que el viaje sea difícil o incómodo, pero ciertamente esperamos el destino final.
El compositor Don Wyrtzen escribió la música para una maravillosa canción que ilustra nuestra vida terrenal como un “mar tempestuoso”. Termina con estas palabras:
Tan sólo piensa en pisar la orilla -¡y encontrar que es el cielo!
En tocar una mano -¡y encontrar que es la de Dios!
En respirar un aire nuevo -¡y encontrar que es celestial!
En despertar en la gloria -¡y encontrar que es nuestro hogar!
Cuando veamos a Jesús cara a cara por primera vez estaremos “finalmente en casa”.
Aquellos que aman y sirven a Dios en la tierra se sentirán en casa en el cielo.